viernes, 8 de febrero de 2008

Cambio



Las plagas de Egipto constituyen una imagen recurrente en el imaginario de nuestra cultura, símbolo profundo del azote de la divinidad, conjunto intrínsecamente disperso de castigos y abandono de la gracia ante la cual se pensaba que existía una especie de permanente inmunidad.

La sensación de abandono, nos conduce hacia un espacio reflexivo interno en relación al variado acontecer de nuestra realidad en el día a día, y nos hace pensar en una suerte de abandono sino por parte de nuestra Deidad imperante a lo menos de parte del orden intangible establecido.

Algo tambalea, sencillamente no calza y al preguntar ¿Qué es? , inevitablemente devendrá el ¿Por qué?, y con ello las causas básicas que se encuentran a la base de todo esto.

Hoy nuestro querido país parece sometido a extrañas energías pues se encuentra gobernado por la sombra de la más abyecta de avaricia, corrupción y abandono a los ideales que permitieron forjar nuestra nación con un sentido de respeto, honestidad y servicio.

Los Dioses entonces se tornan inútiles y estériles, la fuerza del magma vital de nuestra tierra se agota y evidentemente iniciamos un ciclo de término, la muerte simbólica como arquetipo de la era que fenece y depara nuevos desafíos va entregando las coordenadas de lo que se acerca.

Nuevos amaneceres donde nuestra patria emergerá vigorosa, sus hijos renacerán con una creencia y espíritu de unidad que trascenderá al momento de incertidumbre y ambigüedad que atraviesa hoy.

La oscuridad, tinieblas, el abatimiento junto a los caminos trastocados que se han instalado en nuestro país como una suerte de cántico enfermizo retrocederán hasta los rincones destinados a albergar su nefasto influjo.

Es necesario para que el fruto emerja que la semilla sea plantada, así en la transición de nuestro renacimiento es necesario que los actuales valores se tornen en renovados y vigorosos y para ello que se evidencia a través de la época de plagas y azotes que vive nuestro hermoso Chile.

No hay mal que dure cien años, nos relata el adagio, el tiempo del advenimiento de una era se acerca.

lunes, 4 de febrero de 2008

¿ Vida?




Seis de la mañana, suena el despertador, me levanto rápidamente, desayuno, salgo de la casa, largo rato esperando la micro, realizo trasbordo hacia el metro que está repleto, llego al trabajo, son las nueve de la mañana, trabajo sin parar hasta la una, tengo una hora de descanso y las ocupo en terminar trabajo atrasado, continuo hasta las siete, salgo, tomo el metro, voy después de pie en la micro, estoy exhausto, a las diez llego a casa, saludo a mi esposa e hijos, me recuesto, enciendo el televisor, decido dormir por un momento, suena el despertador, veo el reloj, seis de la mañana, aún no lo creo, me levanto, el día comienza..……….......

Trabajo




Estoy conforme con mi sueldo, con trabajar de lunes a sábado, con la gran casa y automóvil que tengo, con ver una hora diaria a mis hijos, con olvidar ya el aniversario de mi matrimonio, con un cuadro agudo de estrés que padezco, con el tiempo que transcurre rápidamente, con los años que han pasado, con mi esposa que me ha abandonado, con mis hijos que decidieron irse con ella, con mi vida y con lo único que me queda, mi trabajo.