viernes, 11 de diciembre de 2009

Cambio





Por un instante me pareció que la calma y devenir de agrado eran eternos. No obstante en un momento, tal impresión mudó rápidamente hacia la sensación de que algo ascendía en mis sentidos y emociones hasta explotar en una tormenta de Ira.

La semblanza de mis acompañantes, apenas percatados de tan rápido cambio sólo expresaba la sorpresa y desde mi propia percepción me veía arrastrado en una suerte de caudal que impedía cualquier reacción distinta al mandato de aquél contingente de fuerza incontrolable.
Lo que ocurrió entonces es parte de la expresión etérea de; conciencia, sueños y naturaleza vital que mezclados en un sin fin de puntos gestaron una conducta de viscisitudes y expresiones que emergieron como liberados por un extraño conjuro, que aguardaba justo el momento para cumplirse.
Extraño sortilegio que definía una presagio por cumplirse desde lejanos tiempos y remotos espacios.

En un instante devino la calma no sin recordar mis estados previos y constatar cual paso de un huracán los efectos de mi voluble conducta.

Así aquella tarde sufrí la vivencia más sensible y cambiante en apenas un momento. Todo en uno, uno en la diversidad, sin exculpación ni menos la búsqueda de culpabilidad.

Marché entonces, con algo más de certeza y un tanto más de incertidumbre que se integraban a mi esencia en un juego gracioso y a ratos ebullente…….

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Encuentro



Presiento mientras avanzo que algo no ha variado, en un instante como si nada vienen a mí los recuerdos, simples evocaciones de un ayer inescrutable mientras me detengo a observar la gran ciudad con sus luminarias destellantes. Mientras, el camino recorrido, ese de antaño, de juegos, destrezas y aventuras desfila ante mi memoria sin poder evitar la conmoción de tiempos tan distantes y cercanos…

Nuestros pactos y alianzas ante los monstruos de la televisión que poblaban nuestro mundo infantil de manera total, nuestros diálogos de largas horas entre la complicidad y el silencio de una sociedad secreta, ese viaje a Machu Piccu en el verano del 2000, recuerdos, ebulliciones tectónicas, sismos que emergen sin dar tregua a mi presente desde la profundidad anónima de lo inconsciente.

- Evocaciones, entre sueños, anhelos y promesas-

De pronto un eco misterioso, el simple cantar, el bullicio disfrazado de voz, con cantos de encuentros pasados; ¡Hermano!, siento tu cercanía en medio del despliegue de sensaciones dispersas, flotantes y lejanas…

Parte de la historia, cualidad particular expresada en el sentimiento de lo esencial, esa significación que desata el vínculo primero, destello de imágenes de sentido y contenido hacia un otro ignorado pero no desconocido… Eres parte de esa rama que se despliega hacia el futura, entramándose y proyectando tus secretos con actos, palabras, progenie y la misma vida con sus polos de inicio y partida.

Todo ello, penetrando, escarbando y arraigándonos en las raíces de nuestros antepasados, cual semilla de generación, palpitos y sentimientos encapsulados en cada personalidad.

Música, bullicio, algarabía; -¿Lo sientes?- ha vuelto nuevamente el recuerdo, nuevamente como antes y como ayer, más mis calles ya no están, la cercanía con los instantes se evaporan, se dispersan, simplemente se marchan. No obstante, en cada rincón nuevamente esperan su oportunidad para emerger a la vida, esa vida de suave brisa, del mar, del momento, de nuestro tiempo, en cada época y que intentamos permanentemente descubrir dentro de nosotros mismos, cuales cateadores, exploradores de misterios hacia la nada y el porvenir avizorado hace mucho, mucho tiempo……..

lunes, 7 de diciembre de 2009

Música Ancestral




El sonido se expandía en intervalos de ritmo lento, en cada paso que avanzaba hacia el ocasional músico, su sonido impactaba en mi interior despertando extrañas evocaciones.

No era la música altisonante de tambores o la melodiosa sinfonía desplegada a través de un piano. ¡No!, era algo elemental, simple disposición ante una fuerza de significado indescriptible que se adelantaba y alternaba en mis oídos.

El enigmático sonido tendía a desplazarse en diversos niveles, ascendiendo y bajando en frecuencias diversas, más la sensación me traslaba a otro tiempo a un instante de encuentro, de preguntas y llamados ancestrales en medio de un horizonte de representaciones dispersas.

Imposible de evadir nos acercamos con mi mujer ante aquél personaje mescla de "rasta" o un criollo "artesa" de mis tiempos y procedimos a consultarle por el instrumento que tocaba y que nos había desviado hacia aquella esquina del metro Manuel Montt a preguntar por los misteriosos sonidos que de el emanaban.

Amablemente nuestro entrevistado respondió; - es un Didgeridoo o Yidaki,un instrumento de conexión espiritual.....

Sorprendido por aquél insospechado obsequio de la ciudad de cemento y bullicio no pude sino agradecer a nuestro músico ocasional y al sincronismo que hizo coincidir aquella tarde nuestro paso por dicho lugar.....

Más allá de la monotonía, encontrabamos la riqueza oculta bajo las capas de smog, apatía y agreste perspectiva de ciudadanos urbanos. Más allá de todo la energía espiritual volvía a emerger desde donde sólo basta un par de oídos atentos para dicha oportunidad y encuentro.......

http://es.halavideos.net/playing+the-vIdEoto3Ju_H0AcM.html

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Tránsito



La extraña ceremonia parecía concluir
El aprendiz ungido y elevado
Era conducido a un nuevo escalón
Así se representaba el ascenso, pausado y progresivo
Como el espiral secreto de la vida
El que evoluciona en grados y niveles desconocidos

De tal forma muchos iniciaron su muerte y renacimiento simbólico
transitando hacia estadios de nuevos desafíos
Como un ser distinto
Como un hombre que escucha y aprende
En medio de la más rigurosa disciplina
Como el metal maleable, futuro proyecto
Inmaterial y material
Fuego y Agua
Cielo y Tierra
Complemento e integración del mundo
Simple artífice de sendas desconocidas

Transmutación




Y sin embargo, avancé hasta donde mis fuerzas me lo permitieron
No sin antes experimentar, el sobresalto de la adversidad
En medio de la más oscura noche, me sentí sumergido
Arrastrado hacia las profundidades de la privacidad, de lo inescrutable
En medio de la ceguera del instante
Sin atisbar salida, sin experimentar esperanza de nada
Así fue mi descenso
En medio de aquél páramo, sobrevino la transmutación
El cambio de estado desde lo desconocido
Hacia el porvenir, el futuro prometido
Este se encontraba en mí
Cual s emilla depositada desde antiquísimos milenios
Remotas épocas ya olvidadas
Así, desde la aparente desesperanza surgió su opuesto; la esperanza
La ilusión, la luz frágil y vulnerable
Mi ascenso fue paulatino, ya no era el mismo, ya no era el de ayer
Cada paso era un cambio, un ánimo distinto
Cada instante un impulso que anhelaba la suerte de ese devenir extraño y desconocido
No fueron vanas las desesperanzas, pues de allí surgió ese presente
Mundo de anhelos, sueños y despertar
La somnolencia de tribulaciones
Que fraguó a elevado costo mi cambio, para ser el que fui, el soy y seré

lunes, 2 de noviembre de 2009

Aparición




Fue el canto de un ave
disfrazada de entonación mágica
La que trajo el mensaje anhelado
Mientras atisbaba la señal milenaria
Simple ilusión de errante sin ayer
Observador de la nada tras el ocaso

Así, sin más medio que la fuerza de la imaginación
En un confín lejano tu imagen se consolidaba como esencia
En un acto de sumo misterio, sin ciencia mediadora
Se produjo la recreación más perfecta ante mis Ojos

Simple Atisbo, concreción de sueños
Conjugados de estupor en tu presencia
Más allá de las barreras mortales
Mas allá de simples convenciones

Sueños arropados de esperanza en medio de la sombra
Simple chispa de erosión gravitante
Que te aferra a la vida
En un acto de instinto y supervivencia
Tras el destello de tu sonrisa
Tras los anhelos perdidos de la tierra prometida
Bañada de aventura y porvenir

jueves, 1 de octubre de 2009

Shadow




Shade; Ghostly fingerprint of identity
Drawn across unknown projections Under
the alchemy of a creative magician
Like an alter ego of the surface
You Are an image restricted or expansive
According to the plan of ours Faithful
companion travels after the crux of the life
After this path of invisible thread
This that us goes well together to the viad and nothing As force of traffic from the otherness As(Like) simple I remember of ours to spend(pass)
Stamp, print of other one Worked through With the Mistrust of the indomitable accompanist I Reflect of profundidaes ignored
That a good day they show from the mystery Between(Among) evaporated conjunctions and to give step to the presence more tenuous of to exist

Sombra





Sombra; Fantasmal huella de identidad
Dibujada a través de proyecciones incógnitas
Bajo la alquimia de un mago creador
Como un alter ego de la superficie
Eres imagen constreñida o expansiva
Según el designio de nuestro caminar
Fiel compañera tras el enigma de la vida
Tras ese sendero de hilo invisible
Ese que nos liga a la viad y la nada
Como fuerza de tránsito desde la otredad
Como simple recuerdo de nuestro pasar
Sello, estampa de otro
Labrada de principio a fin
Con la Suspicacia del acompañante indómito
Reflejo de profundidaes ignoradas
Que un buen día afloran desde el misterio
Entre conjunciones evaporadas y disueltas
Para dar paso a la presencia más tenue del existir

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Mi Bandera




Azul destello de cielo perdido
estampa de zonas latentes
Mar, Boveda celestial
Rojo; Fuego, pasión,entrega
Vida y Muerte atadas
Capturando una estrella solitaria
en el Corazón de tu memoria
Junto al Plano de la montaña Blanca
Contorneada por siglos y siglos
de Valiente encrucijada
Muestra insigne de misterio
Trascendencia y eternidad
Tu nos acompañas
Hasta Siempre
Mi Bandera

martes, 15 de septiembre de 2009

Palabras




Son las palabras el eco de un tiempo perdido
El simple sueño, el anhelo de un porvenir
Sostenido en añoranzas desafiantes
Que van brotando del instante
Más allá de la capacidad de razón
Más allá de la posibilidad de ser
El destello de una estrella moribunda
En medio del universo posible
En medio de la tiniebla señera
Sombra ruin que nos acompaña
Disparo certero que no precisa identidad
Palabras, poesía en acto fallido
Sólo cortejo tras el rechazo
Simple convención de oportunidades
Sin que detrás de ellas existe sustento real
Como ayer en: Grecia, Cartago o América
Felonía transportada de ilusión
Leve mariposa entrampada en las redes de la maldición
Sombrío instante, sueve impulso
Que nos conduce hacia el abismo
Que nos abraza en medio de la noche
Mientras susurras la dulce melodía de tus incomparables palabras


viernes, 11 de septiembre de 2009

Recuerdos Pretéritos





Un adiós lastimero surge de tus labios
El eco del lamento apenas apaga el deseo de ayer
Cuando juntos escudriñamos el vacío
Entre noches y amaneceres
Cargados de promesas lanzadas al espacio
Así fue como te ví
Asi fue como te sentí
Dentro del viaje más extremo entre tu y yo
Entre miles de recuerdos
Entre la fantasía desatada
Dentro de miles de anhelos y sueños arropados de ilusión
Sin más objetivo que la entrega de cada cual
Sin premeditación, ni cálculo
Volando en sendas prohibidas
En parques al atardecer
Simplemente en un espacio singular
Lejos, muy lejos de las convenciones
Hoy en cambio estás ausente
Recorro los senderos
No te encuentro
Más tu compañía no se escapa
Cual sombra persecutoria de mi vida
Entramada red de recuerdos
Embriagado del éxtasis absoluta
Ese que creaste en los momentos esperados
Ese que compartimos sin meditación
Hasta embriagarnos y olvidarnos del tiempo

jueves, 10 de septiembre de 2009

Encuentro




He vagado en tinieblas
Tras la revelación de un viaje peregrino
Atisbando la luz ansiada, mensaje salvador
Sin perder la esperanza ante un nuevo día

Sendero mágico de eterna alegoría
Luz de fuego, luz de aire
Fuerza liberadora, signo vital de amor
Voz de aliento ante la compleja realidad

Hasta que ha llegado el día señalado
No ha sido aleatorio tampoco casual
Fue tu huella la sentencia de mi alma
Que ha marcado a voluntad mi destino

Sincronía, encuentro de oportunidad
Donde tu imagen se ha consolidado
En la forma propia del anhelo
Opción de espera, mensaje remoto

Donde hoy tu persona emerge
Proyectada desde las simientes terrestres
Hacia la extensa bóveda cósmica
Que entre sueños me repite tu nombre

lunes, 7 de septiembre de 2009

El Eremita




Ordep el Eremita del desierto, observó atentamente las señales del cielo y procedió a abandonar temporalmente su refugio para integrarse a su tribu.

La aldea festejaba un nuevo aniversario de la epopeya que les había llevado a instalarse en el oasis de Anamar y para ello su presencia era fundamental.

De esta forma, uno a uno los integrantes de la tribu fueron confluyendo ante el espacio de calma y riqueza que otorgaba aquél vergel.

Ordep observó atentamente aquella escena; la gran fogata ardiente y voluptuosa, los habitantes atentos y el cielo límpido. Por un instante se dejó llevar por las danzas de las bellas bailarinas y la música ensoñadora del laúd. La vida mundana traía un sabor renovado luego de su largo peregrinar, agradeció a la divinidad y por un instante se permitió seguir con deleite la festividad de aquella, su tierra prometida,

martes, 25 de agosto de 2009

La Expedición




“ Buscar nuevas sendas, allí donde otros buscaron sin éxito es un desafío permanente”
Anónimo


El silencio del ambiente facilitaba la posibilidad de recibir cualquier onda o señal que fuese emitida dentro del radio en que se encontraba parte del equipo investigador de aquella zona. Las miradas de aquél grupo eran de serenidad y ansiedad, dos componentes que si bien suelen percibirse en forma separada en dicho instante eran parte de un todo, unidad compenetrada que respondía dentro de lo esperado. Así la necesaria expectativa, ansiedad que fluía entre aquellos cuerpos que provistos de trajes de destellos platinados, habilitaba el encuentro entre la calma y cálculo con ese nerviosismo de estar enfrentando algo que nunca antes has vivenciado. En un instante, un sensor de alta resolución captó algo cercano a una señal de vida, era el momento esperado por miles antes que ellos, y justo en dicho momento ocurría, se interceptaba aquel mensaje y se devolvía con una probable muestra de que en dicho cosmos existía algo similar a ellos.

Quién lideraba al equipo de tres integrantes se percibía agitado y con pasos acelerados caminó en dirección hacia el sector que emitía con mayor intensidad aquella señal. Tres individuos que marchaban según los códigos establecidos, tres hombres que podrían resolver no sólo por mando sino también por mayoría, tres hombres que encarnaban la fortaleza de la autoridad, la recepción amistosa del mediador y la capacidad de síntesis del pragmático gobernante ante el peligro. En dicha misión, obviamente nada había sido azaroso o al menos así estimaron quienes calcularon el viaje hacia el planeta E-35, ubicado en la constelación de escorpión en la dimensión Z de aquél sector del espacio intergaláctico.

En dicha área justo donde antes habían transitado las naves de embarque y comercio, en aquél lejano punto del espacio, era donde ahora se producía el encuentro que permitía avizorar nuevas respuestas ante el enigma permanente de la vida, su origen, procedencia y cuantas otras incógnitas desatadas en la vida humana.

No era fácil estimar el tiempo, tan sólo era relevante que en este preciso momento tres hombres caminaban en la dirección indicada por el sensor. Se presentaba una ocasión perfecta para reflotar las antiguas historias de visitantes y viajeros que descendían desde el cielo en artilugios inexplicables para nuestros antepasados, los cuales habían señalado en su naciente lenguaje como; “carros de fuego” que transportaban a divinidades, brujos o seres de un lugar lejano. -¿Sería posible?- pensó uno de los exploradores, que nosotros mismos seamos los que marcamos la historia de este mundo y con una diferencia de miles de años estemos replicando una historia previamente establecida en el nuestro, O tal vez seamos necesariamente parte de una pieza que debía cumplir con encontrarse en este instante sin opción a elegir. Como sea, se reiteró asimismo, estamos acá por algo y según este designio, básico pero igualmente efectivo avanzó dejando de lado sus meditaciones previas.

El camino que se iba delineando resaltaba la iluminación de una fuerte luz desde el horizonte, lo que permitía avanzar sin problemas. El sujeto que marchaba al último hizo un ademán y señaló un monte que aparecía en el sentido establecido por las computadoras portátiles y su sensor. Los tres integrantes se detuvieron, de pronto el cielo cambió de color pasando de un tenue celeste a un anaranjado profuso que definía además una variación en la temperatura ambiente, primero tímidamente y luego de forma acelerada, la que se evidenciaba claramente más baja, nada de esto estaba asumido con anterioridad, la sensación térmica te tornaba molesta, deprivadora de cualquier capacidad de avance, por tanto optaron por acampar pues la opción de regresar se hacía difícil. Instalaron un sistema de protección, algo como un campo de vigilancia a partir del emplazamiento de sensores electromagnéticos, junto con ello un sistema de habitación mediante una manta de anclaje similar a las viejas carpas pero con la ventaja de que esta permitía graduar la temperatura interna e interactuaba mediante un sistema de regulación y obtención de energía con el medio ambiente. En un instante se encontraron acogidos y pudieron observar con mayor calma la completa transformación de ese paisaje que hace un rato se mostraba grato y apacible.

En un instante la temperatura se estabilizó, marcando en la pantalla cercano a los -20º, lo que no era del todo inesperado considerando los drásticos cambios experimentados en la alta montaña terrestre y en estepas lejanas como Siberia. Los integrantes se distribuyeron sus labores, establecer contacto con su base, registrar los cambios y sobre todo mantener alerta respecto aquella señal que los había llevado hasta dicho rincón.

La primera guardia correspondería la teniente primero Edgard T. Lifetop, quién era el que marchaba al medio. Su rol fue asumido sin problemas y cumplida durante el primer periodo sin problemas. Lifetopp, encarnaba al tipo de personalidad mediadora, sin apasionamiento, siempre dispuesto a cumplir las ordenes en pro del bienestar superior y había sido escogido por el equipo de selección a través de diversos test de evaluación. El era el exponente que ayudaría a cumplir certeramente las tareas e impediría el desborde de cualquiera de sus dos compañeros. Pasado una cantidad de horas terrestres que definiremos en 5, el horizonte experimentó nuevamente un cambio manifiesto, dando paso a un color límpido del cielo junto a una brisa cada vez más seca y una temperatura en alza que finalmente quedó en 35º.

Una vez guardado el equipo básico, sólo dispusieron una modificación en su vestimenta, adecuándola al presente climático. El líder del grupo observó el paisaje, confirmó la señal que seguían y animo nuevamente a los integrantes mediante una orden de motivación, que los otros dos miembros repitieron en voz alta. El camino prometía una larga jornada y el calor imperante impedía no pensar en las gratas playas de la tierra desperdigadas por el planeta para satisfacción de ellos sus habitantes. En cambio allí estaban recorriendo un terreno inhóspito, montañoso y con un destino aún por descubrir.

Cada uno pensó en las razones por las que estaba allí, el deber surgió en el líder, la oportunidad de conocer en el segundo y el poder que alcanzaría su país se consignó en el tercero. La señal comenzó a ser cada vez más intensa, la ansiedad entonces retornó al equipo y de este modo se propusieron avanzar a intervalos pero sin dejar de lograr idealmente aquél día alcanzar su meta. Hacia el mediodía una sensación de fatiga comenzó a tornarse más evidente, las provisiones aunque suficientes corrían el riesgo de hacerse escasas y tendrían que retornar sin alcanzar el éxito anhelado, luego de un frugal descanso bajo las rocas de una cornisa prosiguieron su camino. Nuevamente llegó la tarde y tuvieron que enfrentar una situación similar a la vivida en el día anterior. En esta ocasión la guardia recayó en Thomas Poweride, Capitán de la aviación naval de la república, tercero e el lugar de marcha. Hombre de gestos adustos, mirada severa y escrutinio de alto rigor que le permitía evaluar sin miramientos las situaciones por más extremas que estas fuesen. Vigiló sin reservas, mientras sus compañeros dormían, plácidamente, aquella tarea en vez de disgustarle de cierta forma le agradaba pues permanentemente buscaba nuevos desafíos que asumir. Recordó cuando postulaba a un lugar dentro de la tripulación, sus pruebas y como no a su familia en la ciudad de origen. Pensaba en como lograr sus objetivos, no calculaba el entorno sino sólo en base a sus propios fines y si era necesario moldear el entorno el lo llevaría a cabo, atisbó atentamente el escenario que le rodeaba, aquella geografía lejana y distante de su hogar que le exigía someterse a duras pruebas sin más entrega que la capacidad interior, su fuerza personal que le llevaban a caminar y arrojarse ante el desafío. Piedras, sólo piedras en aquél lejano territorio le impidieron concentrarse en otra cosa que no fuera a misión ante la cual se encontraba.

Al llegar la madrugada, el paisaje se hacía imponente y abrasador, nuevamente la temperatura comenzaba a ceder y el astro lejano se hacía más presente ante su persona.

La marcha comenzó con absoluta inspiración luego de la motivación entregada por el líder que les animaba e instaba a no olvidar su origen y los designios que les esperaban de lograr en esta nueva etapa una respuesta favorable. El camino parecía ser la repetición de antiguas travesías desplegadas por otros como ellos en tiempos anteriores, quizás en un lejano pasado otros aventureros osaron atravesar aquél páramo para conquistar el mismo suelo, la misma sensación de heroicismo y extravagancia con que ellos hoy se desplazaban en ese camino ardiente entre rocas y montes variados. La señal se mantenía constante y con mayores intervalos, lo que evidenciaba que la meta estaba quizás a unos pasos o simplemente más cercana que ayer y ello los motivaba a seguir a su jefe quién evidenciaba a ratos cierta fatiga, no obstante marcaba el paso de quienes guían, orientan y señalan con su autoridad los tiempos a desempeñar.

Una extraña sensación les recorrió cuando se encontraron frente a un macizo de color rojizo, la simple oportunidad de evidenciar la inmensidad de aquella pared frente a su esmirriada estatura o tal vez la imponente realidad de entender que aún quedaban muchos caminos por recorrer antes de encontrarse en óptimas condiciones para lograr su propia y particular meta como equipo. Más aún cuando de improviso comenzó una ventisca la que detuvo la marcha por un momento significativo. Probaron sus equipos pertinentes y sus miradas manifestaban aceptación, cubiertos por antiparras y un cobertor que detenía fácilmente el polvo que les caía no tuvieron problemas en avanzar hacía el origen de aquella señal que los llevaba como una suerte de peregrinos poseídos y manejados desde una realidad ajena y lejana de sus existencia presente.

Caminaron hasta el cansancio, nuevamente constataron las variaciones de la temperatura y optaron por acampar, aquello quizás las podría retrasar no obstante les permitiría reponerse e iniciar de madrugada la expedición señalada.
La vigilancia recayó en su jefe; Robert Grandfly, mayor de ejército a la fecha en que se iniciará el presente viaje de expedición. Demostraba el equilibrio que le otorgaba su experiencia y además el hecho de una personalidad como pocas, destinado a coordinar, orientar y decidir en medio de situaciones límite, su sentido estaba mucho más lejos de lo que el realmente deseaba para desarrollar una misión con prudencia, capacidad de mando y junto con ello pertinencia respecto al momento mas acertado para llevar a cabo cada acción, así lo había demostrado en el pasado y lo realizaría en la actualidad a no dudarlo. Observó su ambiente y sintió que la tarea estaba próxima, el encuentro era cosa de horas y junto ello una incógnita se despertó en su rostro-¿Qué hacer?,¿Que destinos vendrían después de lograda esta misión?-, así prosiguió cavilando en medio de un cielo estrellado y sin mayores interferencias, tan sólo un eco remoto de su propia conciencia que lo instaba a estar atento a ese devenir que se iba desembozando ante el.

Al inaugurar la caminata de madrugada su animo era distinto, algo internamente les motivaba e impulsaba a ir al encuentro de dicha misión, que a su vez era la de cada uno de ellos y también el de muchos. Al avanzar, su mirada recorría aquella tierra ajena a su cercanía más elemental, distinta en cada centímetro y a su vez tan cercana a la posibilidad de existencia y vida que no se olvidaban donde se encontraban ni mucho menos los objetivos que los guiaban.

El sol se instalaba de manera impulsiva, no había forma de escapar, su equipo ya había demostraba que era útil no obstante la capacidad de provisión de agua estaba al límite, por ello la situación alcanzaba un instante excepcional. Al revisar su detector, la señal marcaba un máximo y esa era la ansiada muestra de que estaban próximos a su meta.

No obstante no todo era para confiarse, la fatiga jugaba en contra, calambres y espasmos se evidenciaban en los caminantes. Tanto Poweride como Grandfly caminaban exhaustos, en tanto Lifetop mantenía el paso inicial aunque con dificultades. Los minutos que quedaban eran cruciales y decidieron encaminarse hacia el destino señalado que aparecía como una pequeña efigie en el montículo determinado en su visor. Al andar evocaron el camino de muchos, de otros que no fueron quizás tan previsores y sin embargo construyeron algo parecido a lo que ellos buscaban instalar en el día de hoy. La vida alcanzaba ahora una significación distinta, nada era como se había delineado con antelación, la avasalladora constatación de lo vivido superaba los momentos de clases en la preparación de laboratorio y campo en aquellos simuladores. Se encontraron de pronto en una suerte de sueño, extraviados, perdidos, sin interés por saber que ocurría, eran las muestras evidentes que su cuerpo había logrado una separación aunque sea por instantes con todos los sentidos. Así, por este sólo instante la temperatura, las rocas, el fuego del astro lejano y abrasador fueron incorporados en un proceso de iniciación que los transportó a un lugar distinto y que no les era ajeno como les había parecido en un comienzo. Con esto, lograban transitar a una nueva etapa qué sin da los llevaría a asumir una capacidad distinta, diferenciada desde el aprendizaje mismo de la tierra en que habían caminado y no desde un lejano centro de experimentación.

Con esa experiencia habían sido transportados como verdaderos eremitas errantes, la verdad les había hablado y ya no eran los mismos.

En un momento, se oyó una voz lejana que les parecía susurrar para luego estallar en un gran grito: ¡Excellent patrol, number five, they have achieved it has! …….

En ese instante los tres integrantes llegaban a su meta, la base de recepción para patrullas de alta competencia y especialización en el desierto de Atacama, que su gobierno administraba en aquél lugar para la selección ante el próximo desafío de enviar una misión exploradora a Marte……

La señal marcaba el máximo, se felicitaron y al observar su camino atisbaron las huellas de quienes habían sido sus compañeros de ruta invisibles en medio del desierto más árido de la tierra.

jueves, 13 de agosto de 2009

Un camino Sinfin




Hoy nuevamente camino por el sendero de la meditación, adentrándome en las sinuosidades de la geografía humana. Difícil tarea es aquella, pues las variadas conductas nos deparan sorpresas y secretos ante los cuales somos iniciados en un ritual de eterno devenir..

Transito observando el diálogo sostenido por un hijo frente a su Padre, una discusión de remotos sedimentos que se reencarna y actualiza en cada época, con nuevos ropajes y mensajes, más siempre adherido al arquetipo fundamental. Las voces emergen desde un principio inescrutable, el hijo siente el deseo de borrar de una pincelada el origen, la autoridad y formación obtenida en esta relación intentando evadir la figura paterna, quién cual sombra en pleno desierto sigue tras la efigie que ha proyectado.

Más allá, una mujer llora frente a la soledad del abandono de su amado, sus lágrimas son el manantial que recorre la historia humana la eternidad del ayer en el hoy y el mañana. Un poco más adelante, en una esquina sombría adornada de bares y locales mustios de animosidad se encuentra “el”, joven traicionado por su compañera. Bebe, en una mesa roída por el tiempo intentando alegrar o desentrañar la solución al enigma interpuesto por aquella mujer de rojos cabellos que hasta ayer le juraba amor eterno.

Prosigo mi viaje en las honduras de la humanidad, mientras escucho el eco de una madre lamentando la muerte de su hijo en manos de un criminal o de un sujeto indescriptible frente al cuerpo inerte de un familiar corrompido por la enfermedad fatal hasta llegar al fin de su actuación en este el tiempo que nos ha tocado transitar.

Duro camino es el que iniciado esta tarde, sendero de iniciados en el dolor, desengaño y desventura, más no del todo ajeno a nuestra misma esencia del vivir. En el eterno retorno, tras la rueda mágica que transita desde escenarios remotos hasta volver a un presente indeterminado cubierta de bonanzas lanzadas a la multitud.

Es una iniciación de pocos, aunque seamos todos los que debamos experimentarla. Hoy ha sido mi tiempo, momento esencial en donde confluyeron espacio, tiempo y acontecimiento significativo que se ha revelado desde un instante. Señal solemne del avance y recorrido por el laberinto de imágenes que nos transportar a un permanente deja vú.

Sonrío, más allá un policía las emprende contra unos maleantes los que a su vez lanzan disparos, escenas reiteradas, repetidas. Un perro vaga en la calle tras un forastero que escarba los basureros. Mientras una bella mujer de cuerpo sinuoso transa ante el dueño de un automóvil del año la tarifa para un encuentro de intimidad y libertad.

Todo es nuevo, más nada es desconocido desde mi vivencia de tránsito. Recuerdo entonces la sentencia del “Nihil Novum Sub Solem” por parte del participante de la asamblea milenaria y tiendo a asentir, pues bajo los sutiles dichos del viajero, se entraña la misteriosa diadema de la humanidad. De esta forma, en un recorrido de contactos oscilantes vamos desplegando nuestro tránsito, en una suerte de espiral, que nos lleva tanto a ascensos y descensos vinculando el instante pretérito con el actual y así también con ese devenir incógnito para nuestra capacidad comprensiva.

La sombría noche se apropia de mi recorrido, los sonidos metálicos imperan sobre la armonía natural, apenas el intento de oír el cantar de un pajarillo extraviado en esa jungla de colores grises y armazones de concreto.

Camino, enfilo mi destino tras la posibilidad de lo distinto, de un nuevo sentido, al girar en la avenida me encuentro con una procesión de automóviles que transitan lentamente, son los carruajes de conquistadores, largas peregrinaciones de esclavos cargando a las autoridades en el desierto o simplemente una legión en busca de nuevos horizontes para conquistar. Nuevamente ese escalofrío que asciende por mi cuerpo me lleva a recordar el ayer, imposible evadir el eterno encuentro de figuras desplegadas antes de mi existencia por la mano invisible que se prodiga la propiedad de mi pequeño existir. Recuerdo el poema de Borges, la mano que está detrás de los jugadores de ajedrez, el principio, el origen, la explicación de nuestra existencia lanzada cual polen hacia un espacio indeterminado y en cuya germinación apenas somos capaces de replicar con una ecuación inscrita en una pizarra lejana.

Silencio, nuevamente avanzo, se activa el movimiento, el hoy se actualiza, el libreto escrito y reactualizado. Nuevamente prosigue el abandono de la amada, la riña entre amigos, el pacto secreto de la insidia, la guerra que surge de la sombra, el eterno individuo que vierte su experiencia en una superficie transmutada; barro, papiro, imprenta, hasta llegar a la intangible Internet.

Mi figura se desdibuja en medio de la extensa avenida, las luces destellantes, dan paso lentamente a la luz de oriente que asciende lentamente hasta apropiarse por un instante de traspasar su energía, nuevamente ha despertado un día, nuevamente han recibido los viajeros la señal de partida, nuevamente ha comenzado el ciclo indeterminado de formas reiteradas con nuevos enigmas que resolver, en un suerte de sin fin estruendoso y pasivo ante la mansa mirada de los individuos y detrás de ellos de sus propias conciencias que no desean alterar la marcha señalada.

lunes, 20 de julio de 2009

Cambio y Expansión




Mi conciencia se desvanece paso a paso, la música elevaba los ánimos e imaginación hasta encontrarme conmigo mismo. Ante mí, me repito soy Pedro desde el día en que nací.

Giró inmediatamente en trescientos sesenta grados, sin obtener una perspectiva lo suficientemente convincente de mi estado. El diálogo es grato me observo mientras medito respecto a mis decisiones. Es una conversación conmigo mismo, con ese yo que habita en la profundidad y que se siente marginado, privado o un actor secundario en la integración de mi universo, que trata de diferenciarse cuando lo que debe hacer es integrarse desde su historia diversa, desde la experiencia particular sin intrigas.

Mantengo esta extraña sensación, este desplazamiento sobre las palabras y el sonido hasta compenetrarme con ellos, ser parte de ellos, en una desestructuración que alcanza mis sentidos. El contacto conmigo es profundo, distinto radicalmente, mi voz se extiende en ondas y entonces puedo reconocerme desde mi inicio, me contemplo, las experiencias se precisan a ratos para luego evaporarse y abordar nuevos confines.

Es una sensación extraña, me siento en expansión, una voz me habla, soy yo mismo que me escucho desde un lugar distinto a mi conciencia central, es como si dentro de mí se constituyeran diversos centros de comunicación y que todos ellos fueran parte de mí.
Una suerte de Chakras hindúes, estructuras presentes en fuentes de energía y conciencia dentro de mí mismo.

Vuelvo hacia mi centro, me siento integrado, la experiencia vivida se asemeja a la construcción de redes en computadores, estar al unísono en un mismo espacio y tiempo dialogando con diversos centros, es la desconfiguración del núcleo de un átomo para luego retornar al centro del eje. Ser Caos y luego principio unívoco, en una permanente contracción y extensión de nuestro ser.

Vivimos unificados, segmentados en compartimentos estancos que terminan por opacar nuestras voces internas, de tal modo desatendemos el diálogo físico, postural, verbal, fisiológico, conductual, psicológico. Radicamos nuestras cartas a la expresión racional, lógica y comprimimos nuestra experiencia, intuición, observación, pretendemos ser un solo camino cuando dentro de nosotros confluyen miles de pistas, notas musicales que componen una verdadera obra musical.

En ese ir y venir, me logro contactar con temores enraizados desde niño, por un instante recuerdo situaciones que aún me molestan y que se remontan a mi temprana infancia. Un control desbordado, la agresión de las personas, su relación basada en el poder, en fin elementos cimentados desde mi temprana etapa escolar con las que tuve que lidiar y ante las cuales construí una estructura física, mental y conductual de la cual sin embargo no fui plenamente consciente hasta ahora. En este darme cuente, en esta actualización de mis voces que regresan con actos presentes y de los cuales se remite la propia historia “olvidada” en el inconciente.


Me extiendo, me permito recorrer mis encrucijadas personales, aquellas sensaciones que evocan recuerdos, emociones, anhelos, sueños y sobretodo la oportunidad de ir incorporando dichos elementos en mí. No desde la marginal sensación sino desde la central expresión y recuerdo de lo suscitado y de sus manifestaciones en el presente y hacia el futuro. Obtener insumos para avanzar, resolver los enigmas y acertijos que van actualizándose no es cosa fácil mucho menos para quién acostumbra rigidizar y estructurar todo desde la separación categórica y no desde la integración a partir de la posibilidad y oportunidad de crecimiento.

La expansión aludida anteriormente es parte de nuestro programa, sin embargo a ratos la obstaculizamos desde nosotros impidiendo el progreso de nuestra vida. Somos de tal forma una escisión entre cuerpo de adultos e imágenes, pensamiento e ideas infantiles.

Pues más allá de la multiplicidad existente en nosotros desde nuestros contextos, momentos y las formas de enfrentar tales desafíos, también encontramos tramos, etapas e hitos que nos orientan respecto a nuestro propio deambular en esta ruta de la vida. Una joven mujer que pronto se entera que será madre o un infante que conoce la noticia de la llegada de un nuevo hijo, el despido etc., cualquiera de estos elementos nos redefinen y nos tornan en nuevos dilemas, desafíos que demandan un determinado rol por parte de nosotros, en parte distinto al anterior o más bien complementario, pues nuestro avance es en espiral. Así, somos padres, alumnos, trabajadores, esposos en uno sólo y a su vez nuestra experiencia es irrepetible y diferente en una dinámica de cambio permanente dentro de una contracción hacia nuestro Yo igualmente constante. Es la evocación de Heráclito: “Nadie se baña dos veces en el mismo Río” y a su vez una opción por la esencia de aquello inmutable, que nos permite ser.

Somos actualización y permanencia en el insondable tiempo que nos acoge en su manto entretejido de posibilidad y voluntad de ser en la música de la sincronía artificiosa del constante vaivén del devenir.

miércoles, 15 de julio de 2009

Cavilaciones Tras la Sombra





Cada día caminamos enjuiciando a los demás o coronándonos bajo laureles de méritos extraviados sin pensar en que nuestros actos tienen un sentido más allá del simple ejercicio de medir, comparar o denostar. Así, bajo el pedestal de Deidades imaginarias pretendemos sobrepasar a otros, esos otros que bajo la mirada arrogante de nuestro lente es aminorado y disminuido.

Tender la mano, ejercer nuestra naturaleza social es sólo oportunidad de ofrecer nuestra caridad, más que vivenciar la oportunidad de ayuda hacia aquél, que hoy emerge desde el desamparo y la debilidad.

Con que facilidad podríamos multiplicar nuestro trabajo si tan sólo nos dedicáramos a cultivar los frutos de la buena intención sin esperar recompensas o premios.

Decidir cómo, cuando y donde parece ser un enigma que nos sobrepasa en amplitud y extensión hasta más allá de nuestra potencialidades, de tal forma que nos esforzamos poco o nada en prestar una simple ayuda.

La capacidad de ahondar en la rabia, la ira o el temor nos conduce asimismo a ir alejándonos gradualmente del centro de la atención de nuestro eje social. De esta manera nos perdemos en la descalificación, intolerancia recubierta de prejuicio.

Menospreciamos la autenticidad por la apariencia y el oropel de lo ilusorio una y otra vez, sin ser capaces de visualizar el camino que con ello pavimentamos. Indudablemente nuestro trayecto no es un azar de casualidades sino es también en parte el sello de nuestros actos previos, elecciones, decisiones y opciones en algún momento de la vida.

La idea de trascendencia, de ir más allá de lo aparente tiende a debilitarse creando a ratos la sensación de vacío total, privándonos de ese sentido que acompañado de fe y esperanza iluminan nuestra existencia. No obstante la llama de constancia debe provenir de ese fuero interno que ha sido bañado desde la experiencia temprana traspasándonos la digna enseñanza y lección respecto al devenir.

Ser capaces de compartir, ser familia, multiplicar la amistad y por sobre todo ser lo suficientemente audaces para desafiar nuestra propia vanidad y poder mirar aún a aquél que en su momento desde el efímero pedestal del poderoso hoy se encuentra caído, abandonado y execrado por el sino.

Nuestro liderazgo implica no tan sólo ser uno más de la masa amorfa que se desplaza en medio de la actualidad, sino en marcar un sendero, definir temas y sobretodo tener la valentía de delinear aquello que no nos convence o nos parece atentar contra la esencia de nuestra humanidad.

Emerger desde las sombras para traspasar las fronteras de lo simplemente esperado para ir en busca de nuestro devenir, asumiendo claramente los desafíos de nuestra humanidad una y otra vez con la satisfacción de creer en nosotros desde el sencillo anhelo de construir e impulsar los sueños.......

jueves, 9 de julio de 2009

Un día Después






Unos leves pasos rompieron con el silencio imperante en aquél departamento del sector oriente. Entonces casi apenas, una delgada silueta femenina se deslizó tambaleante ante el espejo del baño, reiterando una escena mil veces registrada en su corto historial.

Una mirada perdida, sempiterna y desencajada que evidenciaba los excesos de la noche anterior fueron a su encuentro. Las huellas de sus andanzas reflejaban en el espejo con acento revelador el costo de aquel carrete; ojeras, palidez y desencanto con una suerte de conjura que no podía obviarse sin más….

Frente a si misma en aquél instante, la joven mujer enfrentaba esa imagen que nos señala que el ayer escurridizo y cargado de ilusiones, había caducado su contrato para dar paso al hoy concreto de los hechos, de la materialización, en fin de los efectos irrevocables de sus actos.

Intentó recordar lo ocurrido y aunque su esfuerzo era reconocible y sincero no pudo lidiar con la entramada galería de eventos difusos que brotaban sin llevarle a ningún lado. Por un momento, Miró por la ventana y se fijó en una pareja de niños que corrían tras un perro por el parque. Entonces recordó sin más, los días aún frescos en su recuerdo cuando acompañaba a sus padres en largas caminatas antes de abandonar el hogar de origen junto a su entrañable afecto, para ir a compartir un departamento con compañeras de universidad. Ese recuerdo aún visible ante la evocación, le hizo detenerse por un instante y apelar a un espacio de nostalgia aún marcado por la distancia.

En tanto, el día corría, avanzaba con un vigor que ella al menos no podía compartir, al menos hoy no, mucho menos después de haber consumido ese cóctel de alcohol y drogas del que aún era prisionera. Dejó de lado la cortina y nuevamente en su espacio se encontró con la imagen insistente del espejo, sin saber que hacer, en un acto instintivo evitó el reencuentro con esa inconfortable imagen que se presentaba ante ella y que revelaba la cara poco amistosa de sus actividades.

Detenida, perpleja sin atisbar respuesta soltó una exclamación y luego inició el retorno a su habitación.

El reloj marcaba las 13:30 horas. –Aún es muy temprano- expresó, para luego proseguir a través de un pasillo oscuro, como los recuerdos que pugnaban por emerger y que sin embargo no lograba esclarecer su memoria. Tal como la sombra arrebatadora de sucesos, había extraído su propio espacio de luz, llevándo a Andrea a una existencia lúgubre la noche anterior, en un encuentro de excesos de alcohol, drogas y sexo.

-Demasiado para mi-, reiteró, luego prosiguió en su procesión y con ello la luz del ambiente fue extinguiéndose paulatinamente mientras se alejaba y asimismo cualquier intento por escapar de esa rutina que le era cada vez más familiar, cercana y posesiva.

A lo lejos se escuchaban los ecos del ruido engendrado por la ciudad, mezcla variada de los sonidos naturales y artificiales que brotaban sin cesar, como las propias vidas que transitan por allí. Indiferente a dicha actividad, Andrea optó por sumergirse en su cama no sin antes consumir la última dosis de droga que había guardado para sí. Satisfecha, cerró los ojos y musitando palabras incoherentes se sumergió en su espacio de refugio y evasión.

Nuevamente el silencio se apoderó del entorno, acallando cualquier manifestación de vitalidad o quiebre en ese mundo construido a la semejanza de sus moradoras.

jueves, 2 de julio de 2009

Acercándonos a la Felicidad




La felicidad es una opción. Dicha sentencia se podía leer sin problemas en la roca inscrita a fuerza de cincel en aquella tarde de primavera.

Sin más que agregar medité entonces por un segundo, hasta convenir que si se puede alardear sobre la libertad y nuestra posibilidad de elegir, bien se puede optar por encaminarse hacia la felicidad no tanto como una utopía sino más bien como una suerte de visión o filosofía de la vida.

Claramente la felicidad no es solo un estado en sí, sino más bien una forma de observar la vida con cristales multicolores que permitan un tránsito más armónico y en consonancia con nuestra existencia que ha optado por asumir los eventos no sólo cargados de adversidad o como una maldición, sino más bien como una oportunidad o prueba a superar.

Habitualmente concebimos la felicidad sólo como un resultado, el cual supuestamente obtendríamos a través de otros medios ya sea la compra de algo, el uso de ciertas sustancias o la simple evasión respecto nuestro alrededor.

La felicidad también alude a nuestro estado anímico, a la construcción que hacemos desde nosotros cada día sin olvidar a los demás.

Resulta difícil asumir ser responsable de uno mismo y es más de nuestros sentimientos o estados de ánimo. No obstante a cada rato aceptamos dicha responsabilidad al actuar de tal o cual forma, al aceptar nuestro propio compromiso frente a una tarea en el trabajo o a las actividades en el ámbito familiar.

Algunos pensadores incluso han llegado hasta optar por un abandono del compromiso conscientemente, un nihilismo que permite alejarse de todo apego o trascendencia en nuestra existencia. ¿Porqué entonces no podemos optar por una mirada distinta, lejana al desapego, al odio o de esa permanente frustración que nos absorbe llegando a los niveles de depresión e inclusive al propio suicidio, en esa dejación de si mismo que culmina con la muerte inducida desde nuestro propio Yo.

No es sencillo aceptar tal desafío, tampoco lo es concebir una forma de trabajar nuestras habilidades que han sido adormecidas o engañadas en múltiples oportunidades bajo el manto de fantasías o revelaciones que han derivado en ilusiones transitorias. La idea más bien es ser capaz de caminar hacia la apuesta por aquello que nos nutre apostando hacia la vida, la vitalidad y el desarrollo. Es una suerte de autoexamen particular con respecto de si mismo y con respeto hacia los otros, es la transición desde esta vida no como una obligación sino como oportunidad de dejar nuestra huella de nuestro paso, es por tanto la posibilidad de cambiar desde lo más pequeño, aceptando nuestros errores, vivenciando nuestras emociones y volviendo a transitar desde la fuerza de la confianza en que cada experiencia implica un aprendizaje. Para ello debemos aplicarnos de forma tal de lograr leer los acontecimientos de nuestra existencia. Tarea no sencilla pues al igual que el aprendizaje del abecedario y luego de las reglas básicas para la lectura, de tal forma debemos prepararnos pare leer estos acontecimientos en donde somos pieza central. Lo anterior no implica olvidar nuestro contexto o cultura cayendo en un egocentrismo tal que nos impida observar más allá de nuestras narices.- No -, la opción es decidir, evaluar, aprender y reformular desde una mirada de que nunca perdemos del todo algo también nos es otorgado a partir de la vivencia particular. Implica una mirada hacia el futuro y sobretodo reconocer nuestra propia historia sin rencores.

Algún escéptico aludirá a los inevitables instantes de tristeza, impotencia o dolor. No es tarea evitarlos, sino saber como leerlos para no caer en la trampa de la ira, el temor o el odio inmovilizándonos sin oportunidad de crecer o superar dicho desafío por más severo que este sea.

No somos Dioses y por ello nuestra tarea es ser felices desde nuestra propia humanidad con la posibilidad de ir paulatinamente escalando la gran cumbre de nuestra existencia.

jueves, 25 de junio de 2009

Deja Vu




Nuevamente transitando por la senda del eterno retorno
Percibiendo cada instante como un sin fin de pasajes conocidos
Saboreando esa extraña conjunción de coincidencias
Retomando simplemente el camino señalado desde antes
Ese que te lleva a ir una y otra vez al mismo destino
Mutilando la sorpresa, cayendo a un vacío que no es tal
Pues a cada momento retornan los recuerdos
Que ligan el ayer con el hoy y el mañana
Sin diferencias de tiempo o espacio
Sin distingo entre un antes o un después

Tránsito infinito de un eco transmutado en mil caras
Que va instalando un conciente Deja vu en la vida, que no es vida
Sino simple imitación de actos que retornan desde un espejo simétrico
Parodia de simulaciones entremescladas de ofertas delirantes
Logrando socavar la variedad y la plena sensación de libertad
Atrapando todo intento de ruptura

Entonces, sólo entonces queda la imaginación, último reducto de la resistencia
Anhelos, sueños y probabilidades que matizan la certeza
Hasta tornar la fantasía en realidad o mejor dicho a la realidad en fantasía
Esa que permite volar sin ataduras
Lanzando hacia el universo la consigna del camino único e irrepetible
Al menos como anhelo de un sueño dentro de otro sueño

jueves, 4 de junio de 2009

Sólo Ilusión





Sólo ilusión, un sentido perdido en la tarde
Cuando el Sol se oculta hacia oriente
Cuando cae la sombra tras añoranza
Cuando descubres la soledad en medio del silencio
Tan sólo La Luna te acompaña
En su maternal regazo de plateada simiente

Eterno Retorno





Tu imagen nuevamente se aleja en medio de la nada
Cargada de promesas, sueños y sorpresas
-¿Dónde estás?-, Simplemente no te encuentro tras la espera
Sólo sombras, sólo imágenes que deambulan fantasmagóricamente
El tiempo, ese tiempo de ayer, hoy no existe más que en mis recuerdos
Nuevamente la conciencia trastrocada olvida cual es tu semblante
Entonces vago sin destino, ¿Quién eres?
No te encuentro, tu nombre es el de miles y tras tu cara ilusión perdida
¿Cómo recordar, aquello que he soñado?, dando así forma a mi presente
La búsqueda es continua, en medio de la nada
En medio del desierto más ausente, huelo tu aroma
Ese de ausencia, el de tu persona
Por más que apelo a la divinidad no te encuentro
Pues entre la certeza y la razón de ideal
Hoy te has reencarnado nuevamente en la distancia
Esa de abismos y macizos infranqueables
Lejanía, simplemente huida sin presencia
Entonces el eco del futuro suena más fuerte en el hoy
Llamando tu vida simplemente desesperanza

lunes, 1 de junio de 2009

El Niño




Las sombras de la tarde se entremezclan con el silencio gélido del hogar, en dicho lugar la atmósfera apenas surte de vida el imaginario y también en la realidad. Justo en aquel instante, se observa una silueta diminuta, es una proyección atiborrada de sensaciones encarnada en un pequeño niño que deambula en su hogar.

Su figura ágil, destellante se asemeja a los seres del bosque, habitantes de valles perdidos en medio del verdor desplegado como escudo en donde las verdes campiñas adornan cual alfombra, su caminar. Así, recorren sonrientes tras riachuelos, desplegando su magia humana y de la otra, son seres de vida, esa vida que olvidamos, esa vida que enterramos el día en decidimos crecer.

Sus pequeñas manos intentan asir el aire que sobrevuela como un fantasma el espacio, juega a no asustarse, transitando por extrañas dimensiones que ha creado para sí, en su propio universo, en un jardín donde llega la luz, la calidez y las sonrisas de sus seres queridos. Su pequeña mano guarda como un tesoro un par de figuras, en su bolsillo carga piedras, pues aunque lo ignora se halla hermanado con la tierra, esa misma que su abuelo pisa y transita. Su memoria no le permite recordar fácilmente lo que es verdad de fantasía, pero es mucho mejor para el, pues así sus amigos y la sonrisa de la luna que lo impulsa con sus rayos serán una fuente de poder extra ante las amenazas. Así por un instante, no recordará al despertar si es sueño o verdad el sonido de sus padres discutiendo en torno a temas que sólo ellos saben. No sabrá si en verdad aquél muchacho agresivo que lo golpeó y por un instante se adentrará en si mismo para partir en el viaje que iniciara décadas anteriores otro como el.

Las huellas del jardín de su interior demarcan claramente la frontera entre el verdor de su propio mundo, frente al desierto árido de la externalidad. Sin embargo, el transita indiferente, como si todo aquello sólo fuese un mal recuerdo, un recuerdo de antes, de un tiempo perdido, olvidado y desterrado de su límite personal, de su propio yo interior.

Quienes le han observado resaltan cierto nerviosismo, inquietud y ansiedad que media para impedir su tranquilidad. Junto con ello, se denota una mirada de tristeza, una sensación que le acompaña en el pensamiento del presente que lo ha marcado, no es ajeno para él, la sensación de vulnerabilidad, de apatía y hasta hostigamiento que siente por parte de esos otros que lo invitan hoy a la mesa. ¿Cómo saber si dicha sensación se terminará apoderando de el hasta consumirlo? -No hay respuesta al respecto, al menos hoy-.

Las interrogantes nunca están de más, al contrario a ratos son respuestas dentro de preguntas y es de ese modo que la tristeza de su mirada es necesaria, pues dentro de ella emergerá la alegría, esa que corre por vías invisibles a quienes sólo observan lo aparente -¿Te recuerdas del Principito? : “Lo esencial es invisible a los ojos de los hombres”. El niño sonríe sabe que dentro de si la alegría corre a raudales, sólo falta que vengan a enterarse de su gozo y júbilo, más dicho descubrimiento no será prodigio de cualquiera, ni siquiera de quienes han estado bordeando su historia. El descubrir implica una aventura, el desafío y la entrega por conocer lo nuevo, ese otro que habita en si mismo y para ello el pequeño guarda su tesoro preciado, tan preciado como esas piedras extraídas desde le jardín de su interior.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Sobre el Temor




Surge en mí una sensación extraña, algo que se desplaza lentamente, como una serpiente reptando por el árido borde de un desierto abandonado, perdido y olvidado que retorna nuevamente tras la ausencia de un largo alejamiento. No es la invasión e inmovilismo vivido en los albores de mi desarrollo, sencillamente es la manifestación de una suerte de recuerdo que revive cada cierto tiempo de maneras y formas diversas.


Busco y husmeo en mi infancia a objeto de constatar el origen, para por fin encontrar en mi archivo, inserto como una marca: El Temor.- Sí-, aquella emoción tan indeseada pero sin embargo presente como una marca a fuego en nuestra conciencia desde tiempos ancestrales que se encuentra grabada en el recuerdo, emergiendo tras caretas y motivos diversos : Temor a la soledad, al abandono, la pérdida de mis padres, su posible separación, el temor al fracaso, al error y tantos otros elementos que acompañaron mi senda infantil- En resumen; ser objeto de una sensación de vulnerabilidad o falencia destemplada que permite ser atacado, derrotado o despojado de algo valioso para uno ante una total inmovilidad o percepción de impotencia.

Fueron variadas las oportunidades en que me sentí atrapado por una fuerza superior que en apariencia bloqueaba mi capacidad de reaccionar o al menos invocar una posible solución ante dicho laberinto tapizado de fantasmas y acertijos omnipresentes, aunque con toda la fuerza dentro de mí lograba una y otra vez derrotar cada emoción corrosiva que iba derritiendo mis sentidos.Esto diferencia claramente la idea de temor y la de terror que implica la anulación total del sujeto que vivencia tal experiencia.

La transmutación de las causas con el tiempo fueron reportando nuevas variantes, así por ejemplo vienen hoy a mi memoria: -El recuerdo de una película de terror basada en hechos reales que me mantuvo tardíamente con un temor nocturno, la sensación de ser abordado por una fuerza irrebatible en la noche o atacado a mansalva como le ocurría a la protagonista, era causa de ansiedad, angustia y pánico-.

Luego la idea obsesiva expresada en sensaciones de posibles enfermedades, la capacidad de sugestión siempre jugó en mi contra y fue un caudal de motivaciones para sentir que aquello que le ocurría a otro podía perfectamente ocurrirme a mí. En síntesis era la sensación de conciencia abierta a la probabilidad y al hecho de que mi suerte no estaba del todo echada y así como hoy estaba bien tal vez mañana las cosas podían variar.

Temor a Dios. Por mucho tiempo viví bajo la aceptación de una suerte de condena cuyo ejecutor era Dios, era este un castigador o a lo menos un observador implacable que no perdonaba ni permitía errores, así cualquier falla remitía al consabido castigo, al exilio y destino final configurado en el averno poblado de seres deformes, consumidos por su maldad, protagonistas de una lenta pero inevitable corrupción a manos de un entorno oscuro, mal oliente imposible de evocar como imagen. Con una idea preconcebida que me ubicaba en un sitial de criatura “pecaminosa” todo castigo parecía ser cosa de niños o al menos un asunto que no permitía una nueva lectura. Encontrarse atrapado en una cultura culposa que enreda tus actos hasta transformarlos en una constante sentencia es fatigoso y obviamente impide lograr una verdadera liberación desde la intimidad de tus pensamientos.

Debo reconocer que igualmente osé adentrarme en una mirada distinta o al menos atisbar ese mundo apartado por la invisible e intangible muralla de lo prohibido cuando osé leer Fausto o la Divina Comedia. Luego de dicha lectura debí batirme con sensaciones de culpa, incertidumbre, duda y sobre todo de un matiz extraño que me condenaba por anticipado o me hacía recordar lo mal que había hecho o la cercanía de aquellos mundos trastocados que describen los autores.

En fin debo asumir que mi amistad con Dios fue tardía pero ampliamente provechosa, no fue gratuita pues en el camino, primero tuve que entender que los educadores y quienes se autoproclamaba como sus guardadores celosos de fe, proyectaban justamente esta imagen fatal y demoníaca como muestra de que no eran precisamente ejemplos de virtud. De esa manera me distancié de los intermediarios y me acerqué a la fuente primigenia, al Dios sin apellidos que me tendió su mano generosa empapándome de la esperanza y la fe, elementos significativos en mi caminar.

Así, me constituí en una suerte de peregrino que fue transitando por diversas etapas en la vivencia de esta emoción. Más allá de todo aquello y de algunos episodios en donde el temor se encarnó concretamente en algún episodio fundado, siempre me pregunté respecto a su manifestación en mi persona y la forma de encararlo sin caer en la contradicción de la negación o la total sumisión. Hasta el día de hoy inclusive pareciese que emerge, de tarde en tarde bajo un manto de amenaza que se cierne sobre mi persona, buscando entablar un debate o sencillamente resquebrajando la estructura construida presentando nuevos o viejos discursos que afloran como un manantial copioso en busca del camino hacia el encuentro la inmensidad del mar. Sólo hoy he logrado asumir dicho proceso como parte de mi ser, más allá del inmovilismo he aceptado su manifestación es decir asumirme desde la construcción permanente en donde la presencia del temor puede ocurrir, más no caer en la sensación de abatimiento o desolación que impide el curso de nuestra propia tarea, meta u objetivo labrado en base a sueños, aspiraciones, creencias o el simple deseo de emprender la aventura hacia un mañana que se actualiza en cada instante.

Más que huir es interesante experimentar la posibilidad de enfrentar, atisbar, observar frente a frente desde una dimensión que permita sentir, vivenciar y entender que nunca estamos completamente solos o abandonados a nuestra suerte. Tememos en la medida que nuestra propia autoimagen es el reflejo de la incertidumbre, la precariedad cursada desde una desconfianza con nosotros mismo y nuestros recursos. Por ello si eres capaz de asumirte como un ser con un sentido, capaz de valorar la posibilidad de encontrar el camino esperado, de desplegar tus facultades de afecto y a su vez de recibir afecto, de creer en la trascendencia de tu propia persona y en la reciprocidad de quién te ha permitido vivir, entenderá que no existe sólo un polo capaz de infundir el temor o miedo sino a su vez entenderás que también está presenta la fuente de energía capaz de regalarte amor, cuidado y protección desde la propia autosanación. De entender y comprender el mundo como una expresión multicolor, en donde no sólo reina la noche ausente de luz sino también el día más radiante y luminoso como una gran señal de esperanza para cada uno de nosotros.

El miedo por tanto se despliega y sigue su curso de alertarnos, más cada uno de nosotros avanza hacia el camino que debe seguir y que se encuentra en nuestra misión personal según los propios momentos y deseos, como expresión de la propia identificación, del camino de la individuación y del retorno al si-mismo.

martes, 28 de abril de 2009

El Viaje Continua




El día amanece, el sol transportado mágicamente desde el oriente ilumina nuevamente el sendero de nuestra vida, atrás y algo tímida nos observa la Luna con su ternura maternal.

Apenas un instante atrás en nuestro despertar hemos sido testigos de encuentros mágicos entre sueños y desafíos para atravesar nuevamente a nuestra “realidad” el mundo de nosotros, el que nos ha tocado surcar en medio de los múltiples caminos que podemos labrar.

La sempiterna mirada que busca en el afán infinito del ansiado encuentro no demuestra inquietarse ante la verdad develada en medio del silencio de la mañana, de este modo comienza a entrelazarse el recorrido hacia nuestra búsqueda que supone un destino o al menos el deseo de encaminarse hacia lo deseado sea esto de la naturaleza que sea.

Resulta difícil encontrar lo deseado y es más a ratos la “simple misión” de permanecer y transitar por esta vida ya es algo titánico. Sin embargo la fuerza vital bulle dentro de nuestro organismo, movilizando nuestros pasos día y noche. No existe descanso alguno, es una marcha de agitados pasos que dan lugar a una escalada, ascenso y descenso sin trepidar en lo recorrido o realizado. Sólo se atisba el camino inexistente, aquél en el que nos reconocemos como seres creados y creadores de posibilidad, aquellos que demuestran que la mínima diferencia impacta en magnitudes inesperadas, construyendo un ámbito sin parangón dentro de lo existente. Así constatamos el valor de la particularidad y la fineza de la diferencia del mínimo detalle, del signo que emerge en cada instante señalándonos a cada uno una suerte diferenciada aún cuando realicemos nuestro mítico viaje en la misma embarcación.

Nada es igual y aunque todo se torna semejante, fatigoso, rutinario no termina por sorprender con el mínimo matiz, sea esta luz, sombra, tristeza o alegría. Cada día es una nueva oportunidad con un conjunto de caminos por recorrer más allá de lo aparente y desde nuestra propia capacidad y libertad. El desafío está entonces en aprender a afinar nuestro olfato, los pasos a dar y sobre todo esa inmensa capacidad de abordar nuestro recorrido sin abatir nuestros propios sueños o ideales. ¿Cuántas veces somos los peores jueces de nosotros mismos? O al contrario; nos transformamos en simples escépticos ante nuestro impulso por avanzar.


Debemos aprender a impulsarnos, antes de restar nuestra fuerza, ser germinadores de nuestras ideas, entusiasmarnos y “darnos la oportunidad” de experimentar aquello que buscamos.

A ratos podemos decaer, más todo forma parte del juego en donde estamos al desplegar nuestra búsqueda. Reglas no escritas, reglas presentes que son parte del engranaje de la enorme y compleja maquinaria en donde nos encontramos.

Las encrucijadas, los acertijos del viajero junto al enigmático laberinto son y serán nuestros acompañantes, el intentar olvidar aquello es quizás sólo una muestra de las artimañas en las que deberemos demostrar nuestra habilidad y astucia tal cual lo hizo Ulises ante circe en su periplo al retornar a la ansiada itaca.

Nuevamente se inicia el día, el sol proveniente de oriente avanza hacia el occidente en busca de la ruta, nuevamente inicias tu camino, así será hasta que llegues al puerto de tu vida con la carga de historias, trofeos y derrotas en este ir y venir hacia el mágico destino que guarda y resuena en nuestro interior.

jueves, 23 de abril de 2009

El Camino de la Nada




Sombrío aliento, cesación de sensaciones vanas, espada que se alza tras la amenaza incierta que transita en las laberínticas decisiones del devenir.

Te preparas cual guerrero o como el asceta que meditando se aleja de lo mundano y se acerca a la divinidad. Te preparas acaso o tan sólo huyes como la presa perseguida por el depredador en la estepa solitaria. Buscas refugio vanamente, buscas respuestas sin saber donde, corres sin trepidar en donde ni cuando, sólo corres sin pensar.

Caminas por el sendero de la eterna incógnita, deambulas como el sonámbulo en el silencio de la noche, abrigado tan sólo por la luna de rayos certeros que abrigan tu esperanza en medio de la oscuridad.

Confías, esperas en el grupo, crees en tu manada en tu tribu, te sumerges en el medio de la multitud para esconder tus miedos y temores que resuenan como banda instrumental, como una bandada de aves en primavera, eufóricos. Transitas en medio de la nada que implica el anonimato, ¿te sientes cómodo?, tal vez, sólo tu lo sabes.

Buscas, hurgas como un ser que sabe que algo debe encontrar, sin saber específicamente qué. No logras dar con tu objetivo por más que das vueltas yendo de un lado a otro, en donde consultas te envían luego a otro lado eres una bola que de tumbo en tumbo circula en una mesa imaginaria, mientras los jugadores ven tu tránsito de esquina a esquina.

De pronto un laberinto, te asemeja una almendra, un recuadro que has visto dibujado en una muralla lejana, no logras recordar bien donde, más te encaminas hacia el, entras sin temor, confías, estás sólo y al lado sólo sensaciones. Caminas, avanzas sin embargo en cada giro te adentras más al fondo del enigma que descubres dentro de ti, tu eres el laberinto, la vida es el laberinto tus pensamientos son el laberinto. Hasta dónde llegar, te preguntas y sin embargo no te detienes.

Logras desenrollar el hilo de la madeja, la luz se acerca hacia ti, tu te acercas hacia la luz, es de día, piensas, mientras el bullicio de la multitud espanta cualquier animo de meditación, sin embargo tu labor no concluye en medio del sol y del cemento nuevamente inicias el sendero del camino.
A lo lejos un sonido apenas imperceptible te avisa que es tiempo de un descanso, sólo por un momento olvidas tu búsqueda y calmas el empecinamiento obsesivo para dar paso a un momento de silencio interno a lo lejos el sonido se replica hacia miles como tú, entonces cada uno en su momento sonríe y se deja llevar por la anhelada plegaria interna de relajo sin olvidar que ante el nuevo anuncio la búsqueda se reiniciará.

miércoles, 8 de abril de 2009

Pisadas





Nada extraño encontró el joven Arturo Asturias esa mañana, solo que se había terminado ese resfrío molesto que había contraído días atrás.

De verdad que este lejano pueblo estadounidense no le gustaba para nada. En verano era genial, pero en invierno hacia frío: La nieve lo cubría todo y Arturo no estaba acostumbrado a este clima.

Arturo tenía 10 años de edad, era flacucho y de tez pálida. Su padre era empresario, por lo que a sus cortos años había recorrido: Argentina, España, Inglaterra y EEUU.

Lo primero que noto al despertar fue que su resfrío había pasado,
Pero luego se dio cuenta del silencio que había en la casa. Se pregunto que estarían haciendo su madre y su padre. Se pregunto también que estaría haciendo Jimena, su niñera.

Se calzo las pantuflas y bajo al comedor. Vacío. Cocina. Vacía. Recorrió toda la casa hasta darse cuenta de que estaba solo…

Aterrado, pensó que sus padres lo habían abandonado y comenzó a llorar. Lloró por su padre, al que él admiraba. Lloró por su madre, a quién él adoraba. Lloró por Jimena, que siempre estuvo a su lado. Lloró por Rex, su perro, que….

Momento…. ¿por que se habrían llevado al perro? Además todos los muebles estaban ahí. Luego de pensarlo, Arturo decidió que era alguna sorpresa para él y salió al jardín cubierto de nieve.

No le gustaba ese jardín. Con una higuera al fondo y el cementerio local a un costado, era bastante tenebroso de noche, pero, cubierto por la nieve, no le pareció tan aterrador. Fue entonces a su columpio y desde ahí espero…Entonces…

Pisadas. Terminó de columpiarse y se acercó a verlas. Ahí estaban, aún frescas por la nieve en que se moldeo la suela de un mocasín. Arturo las miro un rato hasta que vio horrorizado como se formaban mas, cual pasos de una criatura invisible, se dirigían hacia el jardín delantero. Las siguió.

Se aterró aún más en cuanto se comenzaron a multiplicar, se dirigían al cementerio. Las siguió… No le importo el frío en sus pies, que solo eran cubiertos por pantuflas. Entonces, lo vio.

Donde se juntaban tantas huellas, había una gran caja. Todas las huellas se hallaban en torno a ella. De pronto, las invisibles criaturas se hicieron visibles y lo miraron con horror. Ahí estaban su madre, padre, Jimena y Rex. También sus tíos y abuelos. Arturo no entendía el porque de sus aterradas caras, así que comenzó a acercarse. Todos de separaron para que se abriera paso hasta la caja. Al mirar dentro vio, cual reflejo, a Arturo Asturias dormido, disfrutando la paz que nos aguarda luego de la muerte.

Autor: Joaquín I. Romero González.

martes, 7 de abril de 2009

Recuerdos en Extinción




Mientras pensaba en tu compañía, lo sueños volaban hacia mi lado
De rato en rato, de tumbo en tumbo
Sin destino, sin el eco de tu voz perdida

Más tu voz ausente sentenciaba mi destino
Los designios de los Dioses habían hablado
Tu imagen estaba ahora junto a la Luna

Platinada, distante y nocturna
Para mí el eterno buscador de cielos estrellados
Poblados de excéntricas luminarias

Atrás quedaba el pasado, el instante retorcido
Entre memorias marginales
En la misma sombra en que alojaba mi esperanza

Entre matorrales, en la imagen arcaica del recuerdo
Por un instante entonces
Todo pareció volver al inicio

Sin embargo la tibia sensación de compañía
Pronto fue el preludio que aguarda a la tormenta
Así, aquella tarde me despedí de la ilusión

Cual flor marchita, extinta en el jardín de mis anhelos

Lucytan o el Viaje Revelador




Cada tarde, justo cuando el sol se aprestaba para ocultar su faz tras las cadenas montañosas que rodeaban al pequeño pueblo de Santa Fé, “La Cofradía de la Luz” procedía a recorrer las principales avenidas entonando los cánticos de reafirmación a Jesús. Este ritual se remontaba desde la época de la conquista y rememoraba la acción de juramento hacia el hijo de Dios por parte de un grupo de conquistadores españoles que optaron por la muerte antes que una salvación vana e impía, ante el asedio de nativos duró aproximadamente un mes.

Los cánticos y entonaciones de liturgia eran una característica del villorrio, llegando a ser protagonista de la tradición misma desde sus más tempranos orígenes. De esta forma, generación tras generación los hijos iban asumiendo el rol de portavoces de la luz y de la fe que habían llevado anteriormente sus padres.

Tras el silencio, unos pasos avanzaron sobre el suelo entablado de la casa,- ¡Lucytán!-, se oyó una voz. Pasado un momento, se escucho de nuevo el llamado sin respuesta aparente.

La persona que había emitido tal llamado portaba una vestimenta sobria, tanto en colores como en el matiz de distribución de estos, además dejaba ver en su mano un emblema de símbolos que apelaban a la imagen de Cristo mostrando su pecho y sobre el una paloma que representaba al espíritu Santo con su luz. En un instante se apreció una sombra que se deslizaba lentamente, era un joven de unos quince años, estatura promedio, mirada fija y desafiante.

-No asistiré a la procesión, ni tampoco me uniré a la cofradía- señaló este, con una entonación que asemejaba al sonido de una melodía de tragedia.

-¡Eres mi hijo- indico el hombre del emblema, mi hijo varón, descendiente y heredero natural de mi lugar en nuestra cofradía.

- Es cierto, soy tu hijo, sin embargo nada de lo que intentes señalar me convencerá, nada de lo que me digas logrará despertar siquiera un mínimo interés. No deseo marchar tras una imagen, realizando una farsa de algo en que no creo y que no está acá ni en ningún lugar-, terminó diciendo.
Tus ideas las considero arcaicas, viejas, una verdadera perdida de tiempo, sin aporte y finalmente un estorbo al progreso de nuestra sociedad, mera ilusión y fantasía de campesinos idiotas…

El padre escuchaba atónito y de pronto con una reacción casi instantánea se apoderó del muchacho y sin pensarlo ni mediar explicación lanzó una bofetada que fue a dar directamente a su cara…

Lucytan le miró atónito, aún aturdido por el golpe, su ánimo interno en tanto comenzaba a despertarse cual volcán, y reaccionando como un poseso comenzó a gritar y descalificar a su progenitor con palabras y conceptos que surgían sin mayor control, como un vehículo arrollador que se abalanza ante una multitud. De esta forma, tal verborrea embestía todo aquello que le recordara la presencia de la autoridad paterna, para luego emprenderlas en contra de la imagen y lanzarla al suelo. Finalmente remató diciendo; Sólo yo, soy quién sabe y quién decide respecto a lo que hago o dejo de hacer, pues nada ni nadie me harán cambiar de opinión ante tus ritos estériles que llevas a cabo con tus supersticiosos integrantes de la cofradía.

Tomando a su hijo del brazo firmemente, el Padre se encaminó hacia el “cuarto”. Este era el nombre de un pieza amplia que formaba parte de la vieja casa patronal en donde en el pasado se castigaba a los inquilinos. Le empujó y luego procedió a cerrar, exclamando firmemente; “Estarás ahí hasta el fin de los días”. Luego se alejó marchando hacia su procesión…..

Por un instante Lucytán pensó que el dicho señalado, era sólo parte de una bravata y que pronto sería liberado. Sin embargo ignoraba que su padre había advertido claramente a los demás moradores en que nadie debía entregar ningún suministro de alimento o agua a su hijo, bajo pena de expulsión del hogar o del trabajo…

Mientras recorría el lugar en busca de alguna oportunidad para salir, Lucytan se percataba que en realidad dicho espacio era una verdadera fortaleza con apenas unas cuantas ventanillas bien distribuidas que permitían la entrada de luz y aire. En un instante su mirada quedó fija, al observar a cierta altura un recuadro de Cristo con la imagen de la cofradía que parecía observarle con su suave y tranquilo rostro. Al verle, se sorprendió y giró rápidamente la vista como evadiendo a un adversario, luego se arrodillo en una esquina, buscando la posibilidad de dormir….

Al despertar por el efecto de la luz que entraba por de las ventanas que capturaban estratégicamente los rayos de matinales, se percato del panorama que le rodeaba en forma completa. Era un lugar casi desprovisto de arreglos, contaba con un mesón, un par de cajones con viejos libros, un reloj empotrado en la pared y por supuesto el gran cuadro de Cristo que dominaba el ambiente con su mirada. Se sintió atrapado, por más que buscaba evadir dicha figura le parecía imposible…

Afuera los pasos de empleados y las voces de conocidos le invitaban a llamar por ayuda, sin embargo su orgullo le impedía ceder ante la disputa con su padre y sólo se contentaba con saber que en algún momento este declinaría y el saldría vencedor…

Al observar la gran pared, parecía que todos los elementos dispuestos en dicha habitación se habían confabulado de alguna forma desconocida en su contra. Así mientras el reloj marchaba marcando la hora, su engranaje retumbaba en los oídos remachando en su mente el paso de cada segundo. Mientras que por otro lado, la mirada de Cristo le observaba sin permitirle descanso. Ya sea producto de la fatiga o de un desproporcionado abatimiento, sentía a ratos la sensación de no estar sólo, entre sueños se veía disfrutando de una comida y junto cuando se aprestaba a probarla era llamado por Cristo para que llevase el estandarte de la cofradía de la Luz.

Despertaba con sobresaltos, se sentí vigilado, se interrogaba respecto a su cordura y hasta comenzaba a dudar de lo que era real o mera imaginación. De alguna forma los mundos que antes aparecían separados, estructurados y clasificados como archivos ahora estaban mezclados, superpuestos y no había separación entre lo que pensaba con un simple sueño.

Sumado lo anterior el hecho de no existir el menor indicio de que su padre regresaría por el, todo tendía a transfigurarse y teñir de un color opaco las expectativas de liberarse pronto del encierro en que se encontraba..

En un instante, se sintió sobrepasado y sacando fortaleza de su debilidad miró fijamente a la imagen en la pared, que a su vez parecía dedicarle exclusivamente su atención de una forma especial, con cierta deferencia, encanto y una leve sonrisa que lo hacía repeler cualquier señal que resolviera aquél intrigante enigma que se le presentaba. “El”, un ateo declarado según los cánones de la época estudiantil, que había suscrito una declaración del materialismo y de la ciencia ante la estupidez de la religión, que había juramentado liberar a los hombres de esa creencia primitiva, justamente a el le miraba de esa manera Cristo…..….

La luz paulatinamente comenzaba a ocultarse, no había señales de un regreso o una tregua por parte de su padre. Recordó entonces a su madre, en un tiempo ido, distante y borroso. Le emocionaba el pensar en como le mimaba y sus juegos secretos cuando era un niño en el viejo jardín. En un instante todo aquello desapareció y vio a su madre enferma, postrada en su cama rodeada de mujeres que corrían de un lado para otro, el médico intentando responder y finalmente su padre confinado en una esquina sin atisbar una mínima señal de esperanza, hundido y poseído en la derrota. Finalmente recordó el día del funeral, la enorme carroza transportando el cuerpo de su amada madre, mientras una lenta caminata fúnebre convertía su viaje en un verdadero calvario, luego un grupo compacto de acompañantes que le seguían hasta su llegada al cementerio para realizar la ceremonia correspondiente en donde el sacerdote concluyó y comenzó a descender su madre a la sepultura determinada para ella.

¿Cómo creer en algo después de eso?, -señaló-. Resulta imposible pensar en alguna escapatoria ante mi escepticismo, pues las brutales raíces del mismo habían penetrado profundamente en su mente ante la muerte de su madre moldeando la personalidad de abandono y ausencia de fe que presentaba hoy.

Sin embargo, pese a todo aquello, sentía que se encontraba en una suerte de cita forzada con aquella imagen, esta representaba todo lo que el negaba y hasta abominaba. Era una suerte de encrucijada que lo ubicaba en un borde del precipicio sin saber hacia donde dirigirse. Sentía profundamente que sus actos y creencias no eran tampoco una real respuesta a su búsqueda, más bien eran la reacción lógica ante un suceso doloroso empero después de pasado el tiempo ¿Qué?, ¿Hacia donde dirigir los destinos de la vida?- No quería proseguir, se negaba a escucharse a si mismo, sólo ansiaba el silencio, el mismo que ahora tenía a su regalado gusto-. Cuando reflexionaba al respecto se percataba de lo paradojal de la situación y más se convencía de que una fuerza superior jugaba con el.


Había pasado un día desde que despertó la ira de su padre y este luego de abofetearlo lo dejó encerrado. Sus fuerzas habían comenzado a decaer paulatinamente, sus reflejos se tornaban más torpes y la prolijidad del comienzo le abandonaba para instalarse el abandono y desgano.



En un instante alzó su mirada y se percató de que el icono religioso le contemplaba con dulzura, sintió que su pecho se oprimía y luego balbuceando dijo: -¿Qué miras?, ¿Qué esperas de mí?...- ¿Acaso mi arrepentimiento?... –Nada, silencio y una mirada penetrante……

Los días transcurrieron con celeridad desdibujando la noción de realidad y las fuerzas de Lucytán que aún se mantenían con cierto vigor, fueron decayendo hasta llegar al límite de su resistencia. Fue entonces, cuando en medio de la fatiga agobiante logró oír la marcha de la cofradía por el pueblo y desde sus ojos comenzaron a brotar unas tímidas lagrimas que luego se desbordaron en un llanto sin sentido y desequilibrado casi demencial, en la sutil frontera que impide el claro designio, más no del todo extraviado pues mientras lloraba su mirada se fijaba lentamente el icono clavado en la muralla. En un instante, se levantó y avanzó certeramente hacia donde se encontraba dicha imagen. Sus escasas fuerzas no se resistían ante el sincero deseo que emanaba de una fuerza vital no identificaba y que empero lo acercaba cada paso hacia la imagen del cristo, como un verdadero poseído,- al pasar cerca de un espejo su rostro sonreía-, no existía ni la más mínima expresión de que algo fuese en su contra, el joven caminaba a paso lento con un propósito claro y decidido. Mientras la procesión alcanzaba un ambiente apoteósico, con gran entusiasmo de la comunidad y de los integrantes.

En un instante se detuvo, entonces desde su interior comprendió que el dueño de dicha mirada no podría negarse a un diálogo y considerando lo que en reiteradas ocasiones su padre le había recordado, pareció olvidar el deseo de escapar, gritar o de rebelarse, al contrario sus sentidos deambulaban en la sensación de aprecio y regocijo nunca antes experimentado y sin vacilar alzo sus brazos hasta alcanzar el cuadro buscando imitar el movimiento de los integrantes de la cofradía quienes marchaban por las calles llevando imágenes del Cristo Salvador. En ese instante, al alzar la imagen descubrió cuasi maravillado que tras el recuadro se encontraba una suerte de pasadizo que al trepar y penetrar por el, permitía ver la luz de la tarde y asimismo apreciar la plaza del pueblo con los marchantes en su ritual.

Impulsado por una fuerza que lo sobrepasaba y sin dudarlo ni un instante Lucytán avanzó hacia la luz que aunque lejana parecía dibujar la sonrisa del Cristo Salvador, atrás quedaba entonces la oscura pieza que comenzaba a evidenciar el avance de la tarde junto con las sombras de su odio y rabia labrados al amparo de una rebeldía aún incomprendida. Cada centímetro que avanzaba por el escabroso túnel era la representación de la transformación que sufría internamente, en una suerte de metamorfosis mística su ser interno tornaba la decepción, rabia, remordimiento y nítido odio por amor, afecto y comprensión tras esa luz que le incitaba a acercarse cada vez más con la confianza de una amistad sentida, en un viaje que depararía nuevas transformaciones y desafíos albergados bajo la sutil mirada que aquella tarde le había abierto literalmente una nueva senda en su destino.

A lejos, el sonido de la cofradía marcaba el ascenso del grupo hacia la Colina en donde culminaría su procesión. En tanto, nuestro peregrino realizaba su propio viaje iniciativo en busca de las profundas razones que hasta ese día le habían negado apreciar esa lejana luz que emanaba del pasadizo……