De esta forma, surge la voz procreadora, flor de mundos múltiples, como el Big Bang
que desmembró la nada en posibilidad, para abrirla a la trayectoria presente camino a nuevas realidades. Del verso a
la acción hay casi un mínimo, sin embargo la línea se debe cruzar justamente
para recordar que alguna vez la transgredimos y no simplemente para evocar lo
obvio, que es el límite estático que subdivide nuestro horizonte. De no ser así,
nunca el hombre habría surcado el océano o caminado por la luna. En fin, las
ideas corren, asimismo la acción (como he referido) y porque no decirlo también la emoción, que viene a ser el sumo de la
expresión humana, aquella esencia de diferenciación con nuestros hermanos
primates o animales en sentido amplio.
Justo entonces, tus ojos se tornan en una suerte de repliegue, un almacén de emotividad pura
que destila tímidas gotas, reflejo de lágrimas
indefinidas. Mientras, el abismo se apodera de la estabilidad, que aunque
presente, se tiende a invisibilizar sin
mayores convenientes ante nuestra existencia….
De pronto una oportunidad, pues ante esa convención de ritual guerrero y
sepulturero se torna diverso el esquema de comprensión, como una mutación de
anfibio a mamífero (siguiendo la lógica evolutiva). Entonces, sin previo aviso,
el sentido de intuición supera a la obsesión racional para abrir paso al trámite
de acuerdo, los ojos pueden más que mil palabras o razonamientos……
La nomenclatura de los códigos secretos de tu mensaje son descifrados por
esa maquinaria aún enigmática de mis sentidos, para dar con la justa proclama
de respuesta que permitirá transar frente a frente, sin más esquemas que la
simple presencia de nuestros universos desnudos ante la eclosión de la flor
atada a nuestra proyección, como una danza ancestral reiterada por miles de años la comunicación
cursa por los rieles de los sentidos primordiales; tacto, vista y olfato. Como
un ser que abandona la estepa y huele los designios del ambiente favorable,
cada cual argumenta en el parecer desde la simple existencia, sin mañana
efectivo, pues detrás de cada instante se instala la unidad integra entre
sueños de vigilia presente, entre el caldero de los hechizos de vapor sutil y vital, destilados de
la corporalidad de esa unidad de alquimia humana que aún es secreto incluso
para los más avezados.
La voz fugitiva emerge en medio de la conciencia, suavemente balbucea los
mensajes, así los ritmos se armonizan entre ambas realidades, se proceden a
encontrar las pupilas destellantes de Merlín y Morgana en medio del bosque. Así,
maestro y aprendiz delinean el camino de
la gran noche lunar, en donde ondinas y wallanos danzarán en medio de las aguas
del río cristalino que baña el sendero mágico.
Por un instante, evocamos a dichas criaturas y nos aventuramos al agua esencial en donde simplemente dejamos que las ondas lleven nuestros cuerpos en
una suerte de danza, mecidos por ese himno de alegoría que nos encuentra, una y
otra vez, en la entrega de ofrendas, ante el altar de la alborada, en el monte
de la luz. De esta forma, con la propulsión de la energía primordial se acomete
la tarea de evocar el curso del rayo en busca de refugio, desde el lejano cielo
hacia la tierra. Mientras, surgen las transmutaciones derivadas del proceso de
encuentro, llevando entre mareas la silente travesía de abrir paso desde el mutismo hasta el estallido avasallador.
Finalmente, en el jardín de verde manto, las siluetas de la gran explosión serán recuerdos en el presente, como la luz que corre desde lejanas galaxias
desde una estrella extinta, seremos de este modo; eco, curso y demostración de la historia,
hasta que el sueño nos abrace por el ciclo que corresponda, para nuevamente
revivir, cuando el eterno retorno se vuelva a pronunciar sobre nuestros roles, para nuevamente recorrer el sendero de iluminación….
