jueves, 26 de septiembre de 2013

Taciturna Ilusión

Una taciturna mirada se desplaza entre  las sombras proyectadas, mientras se configura la escena del crepúsculo de sortilegios.
Nada se guarda, pues el instante es devorado por un vacío absorbente
Así, de esta manera, los segundos son simples referencias de temporalidad
Minutos, horas y días;  hojas de un árbol en transmutación
Mientras, la mirada se refugia entre las líneas de la mano
Como un verso gitano que encubre el enigma del futuro
Los ojos destellan la calidez del presente, en un sentido del devenir
En tanto, las canciones se repiten como eco de un pasado
El recuerdo es una vertiente de sabores diversos
Para algunos, melancolía de un amargo despertar
Para otros,  vigencia del ahora, lumen de vitalidad
No existe el tiempo sino en nuestra creación, por ello el anhelo es vil ilusión
Ve y camina, remece las fronteras de las sensaciones
En donde cada instante es revelación, apertura y despertar
Alza tus alas, extiende los sueños en el horizonte
Para volar con la conciencia de este preciso momento
Pues de ahora en adelante, cada paso es tu día
A lo lejos, el tañido de campanas evoca otros tiempos
Es la estrategia de Maya, el ardid del ilusionista que sorprende a la concurrencia
Como verdaderos niños fascinados, en un remolino de primavera
El carnaval de magia que destella y a ratos simplemente impide ver
Juego de fantasía, envoltorio de melodías que obnubilan
Entre el metal de un tranvía y el vuelo de un avión




lunes, 9 de septiembre de 2013

El asedio

Cercan el rebaño los depredadores
Sus ojos de brillo extendido
Les otorga  una señal de acción certera
No son más de dos o tres ( en esta ocasión)
Sobre la suave estepa de ilusión
No obstante, dicha cantidad basta
Persistentes, intuitivos y coordinados
Han diseñado su estrategia desde hace mucho
No conocen de peros, ni titubeos
Así, se van acercando a la presa
Arrinconando a la manada de sumisos individuos
Corren a uno y otro lado, confunden, aúllan
De tal forma los fugitivos se aturden, marchan sin sentido
El extravío se apodera de la poderosa columna
De pronto sin aviso, un integrante del tropel se ve aislado
Presa propicia, es cercada en el instante
Luego la faena es cosa aprendida, aunque con herencia ancestral
En minutos todo termina, la multitud se sosiega
No ha sido el día para ellos, ese es el consuelo
Mientras, la víctima sacia la apetencia de los depredadores

En una ofrenda de cíclico retorno

lunes, 2 de septiembre de 2013

Rebaño

Pacen los mansos corderos en la estepa bravía
Sus cuerpos se evidencian  deteriorados después de largas jornadas
Muchos han partido, perdidos y devorados por la inmensidad
Su estar es algo inseguro, pues bien se saben acosados
Más nada parece impedir, el afán de evitar pensar en aquello
Luchan incluso por engordar y resguardarse en desmedro de otros
Sus cuerpos se ven esmirriados, cansados

Su mirar es algo perdido, angustia que delata su casta
Sin embargo es su espíritu, el que mayor colapso evidencia
Antaño uno que otro carnero luchaba con valentía
Ofrendaba aún su vida en batallas de la pradera
Hoy en tanto, resuena el simple aullido del Lobo y estos borregos
palidecen hasta el color de sus lanas.
Se saben mayoría, no obstante su raza es de temerosa estampa
Sacrificados por siglos, han aprendido a subyugar su libertad
De este modo el cazador les acorrala y mata
Otra parte hacen los perros del pastor
Corderos raza de condenados
Sus ojos miran perdidos en el escape sin salida
Mañana se levantará la jauría, manada hambrienta de sangre
Allí estarán ustedes, esperando el holocausto pastando