jueves, 5 de diciembre de 2013

Incendio en Parque Intercomunal: La Voz de la calle

Resulta extraño observar el acontecer, cuando se entremezclan hechos que a todas luces son en apariencia inconsistentes y ajenos entre sí. De tal forma surge una suerte de esquizofrenia que altera los niveles de realidad y escinde lo que debiese unir, permitiendo de paso la apertura para conductas derivadas en ruptura, agresión, violencia y destrucción.

Planteo lo anterior, al ver las noticias que señalan un incendio de proporciones en el parque Intercomunal Padre Alberto Hurtado, en la capital. Esto,  luego de una convocatoria vía redes sociales por parte de un grupo de personas (jóvenes) que deseaban celebrar el término de la rendición de la PSU.

Una celebración, en el mejor de los casos resulta expresión de euforia, alegría, disfrute y compartir. No obstante, el resultado no fue aquél sino una bacanal de basura desperdigada a raudales, y junto con ello, el incendio de los quinchos habilitados para realizar actividades al aire libre....

Difícil resulta entonces, hilvanar alguna lógica dentro del llamado a festejar con el resultado final, sino es a través de la distorsión del sentido del objetivo inicial, por otro distinto, que deviene en una suerte de insulto, desborde, desprecio  e indiferencia hacia el espacio público.

Esta situación,  obviamente no es la primera vez ni el único caso, más bien viene a constatar un estilo comportamental de las masas de nuestro país al aire libre. No olvidemos el recital de los Jaivas en las cercanías del Museo de Bellas artes y el cúmulo de basura en el Parque Forestal o las toneladas de desperdicios post desfile de muñecos  en la alameda......

No menos importante resulta observar playas, afueras de bares , carreteras y obviamente edificios de bien público pintarrajeados con pintura spray. Todas ellas, facetas del desprecio e indiferencia por el ambiente, vías y plazas, huella de un sello ajeno a la limpieza, respeto y cuidado....

Por todo lo señalado, vienen a mi mente las frases emanadas del texto Religio Medici,  de Sir  Thomas Browne :

No me sobresalta la presencia de un escorpión, de una salamandra, de una sierpe. En viendo un sapo o una víbora, no encuentro en mí deseo alguno de recoger una piedra para destruirlos. Dentro de mí no siento esas comunes antipatías que en los demás descubro: no me atañen las repugnancias nacionales ni miro con prejuicio al italiano, al español o al francés. Nací en el octavo clima, pero paréceme estoy construido y constelado hacia todos. No soy planta que fuera de un jardín no logra prosperar. Todos los sitios, todos los ambientes, me ofrecen una patria; estoy en Inglaterra en cualquier lugar y bajo cualquier meridiano. He naufragado, mas no soy enemigo del golfo y de los vientos: puedo estudiar o asolazarme o dormir en una tempestad. En suma, a nada soy adverso y mi conciencia me desmentiría si yo afirmase que odio absolutamente a ser alguno, salvo al Demonio. Si entre los comunes objetos de odio, hay tal vez uno que condeno y desprecio, es aquel adversario de la razón, la religión y la virtud, el Vulgo: numerosa pieza de monstruosidad que, separados, parecen hombre y las criaturas razonables de Dios, y confundidos, forman una sola y gran bestia y una monstruosidad más prodigiosa que la Hidra. Bajo el nombre de vulgo no sólo incluyo gente ruin y pequeña; entre los caballeros hay canalla y cabezas mecánicas, aunque sus caudales doren sus tachas y sus talegas intervengan en pro de sus locuras."

(Cita que encuentro traducida por Borges en sus Inquisiciones).

La masa bestial, devenida en la "voz de la calle" y aumentada en su infamia por el efecto de alcohol y drogas viene a ser la condena de cualquier civilización. Lamentablemente, es fácil observar cada día más los nuevos personeros que asumen tal rol, en desmedro del acuerdo, consenso y razón que proyecta a una verdadera comunidad.......