jueves, 11 de febrero de 2016

Transantiago: Triste aniversario

Hoy se cumplen nueve años desde el llamado big bang de Santiago, el día en que las micros amarillas eran reemplazadas por los modernos buses del Transantiago, en una caótica jornada. 

En lugar de convertirse en un motivo de celebración para la capital, el debut del tan anticipado sistema de transporte público se dio en medio de buses repletos, pasajeros indignados que no entendían sus nuevos recorridos, cargados de transbordos, servicios que no pasaban, atrasos, protestas y, en el corto plazo, una crisis política para el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.

En casi una década, el pasaje del Transantiago aumentó considerablemente de precio (pasó de costar $380 en 2007 a $640 hoy) y se duplicó la evasión (de 13,5% a 26,9% el año pasado).

En medio de todo, el sistema transitó del objetivo de autofinanciarse a aprobar tres leyes de subsidios que significarán hacia 2022 recursos por US$ 16 mil millones. De esos recursos, ya se han entregado cerca de US$ 3.500 millones dentro de los US$ 7.065 millones que han recibido por los operadores (la otra mitad por ingresos tarifarios) entre 2007 y 2015, según lo establece un análisis realizado por la fundación Transurbano, conformada por especialistas y algunos operadores de buses.

Esos recursos superan el costo anual estimado para la gratuidad universal en Educación (US$ 5.000 millones). Equivale, además, a dos reconstrucciones de 27-F (costó cerca de US$ 3.000 millones), cuatro líneas de metro (las líneas 3 y 6 juntas están avaluadas en cerca de US$ 3.000 millones).

Transantiago, anticipo del voluntarismo político vigente, especie de "brote verde" de lo que ha devenido en práctica cotidiana en los últimos años. Esto es; políticas impulsivas, ajenas a la realidad, carentes de sustentabilidad técnica, basadas en consignas ortodoxas y que sobre todo no han impactado en una mejor calidad de vida para los ciudadanos, no obstante los millonarios fondos destinados a ellas...

En resumen, un fracaso rotundo que expone nítidamente la fragilidad de nuestro sistema de transporte urbano y que además compromete la potencial oferta que puede significar el metro, puesto que ha sobrecargado un sistema que hasta antes del Transantiago cumplía eficientemente con su naturaleza.

Fuente : Emol

Instante




Canta el silencio su alegoría de escenas invisibles,
en medio de la oscura noche.

Mientras, crece entre algunos la desesperanza y su frágil construcción, se mece en torno al vacío.

Y sin embargo, surgen flores en la árida tierra
Abriendo el camino de la vida
Donde las abejas traerán su eco de milenario.

Así, el soplo del ser, conmoverá el silencio aparente
Evidenciando una vez más que la máscara de maya,
cae una y otra vez ante la quietud del interior...