El fuego arde
En cada palabra que se pronunciaHay voz de brasas
Que perforan mi lengua
Como quemante leños
Que se conciertan en tortura
Hay un dolor
Por lo dicho, que sólo cesa en el silencio
De tal manera, hoy el mutismo me acompaña
Quizá mañana sea igual
Pues donde se articulan frases
Surge aquella dolencia
No sé qué lo ha creado
Palabras de fuego, traen fuego
Tal vez el ánimo encendido
O la oscura herida que allí aloja
Como sea, en silencio medito
Lejos de debates y llamas filosas
Volverá el tiempo de palabras
Hoy parece prudente el silencio