La travesía del hombre en la realidad que aborda y le rodea, implica asumir un rol determinado ante esa multitud que literalmente le acosa. Esta multitud expresada en; lo general, impersonal, sin rostro ni figura, lo termino medio y nivelador, en fin la multitud, que según Kierkegaard, es la no-verdad y que Heidegger personaliza llamándola das Man (el "Se") representa un desafío permanente para el hombre que busca su identidad.
"El hombre que escapa de ella, que se sustrae a su influencia y se convierte en "singular", es, como tal "singular", la verdad. Porque según Kierkegaard, no hay ninguna otra posibilidad para que el hombre se convierta en verdad humana, esto es, en verdad condicionada, que la de abordar la verdad absoluta o divina adentrándose en una relación decisiva con ella; pero esto sólo lo puede hacer siendo "singular", cuando se ha convertido en un ser personal con responsabilidad propia completamente independiente. Y uno se hace "singular" sustrayéndose a la multitud, que arrebata la responsabilidad personal o por lo menos la enerva". (Texto de Martin Buber: ¿Que es el Hombre?)
La vía de búsqueda hacia la identidad requiere a lo menos de un mirarse a si mismo, para ello la soledad entendida como el diálogo consigo mismo en un ambiente ajeno a esa "multitud", será a ratos una suerte de instancia primordial para ello. Así lo asumirá la tradición con los relatos de aquellos que iniciaron su iniciación, desde Sidharta Gautama, Jesucristo, Moisés hasta los héroes arquetípicos de las diversas culturas.
Una vez que hemos llegado a dicha instancia de claridad, los caminos por abordar serán diversos, para algunos marcará el tránsito hacia un nivel de diálogo con lo absoluto o divino (Kierkegaard), para otros será el puente de apertura hacia el "otro" con un dialogo "Yo-Tu", que de fructificar sintetizará un "nosotros" (Buber) o también será el proceso necesario de liberación del hombre primordial, quién más allá de la comunidad siempre estará interpelándose desde si mismo hacia los otros, sin más que una conexión circunstancial (Heidegger) y que lo apreciamos con nitidez en el libro "El Tunel" de Ernesto Sábato cuyo relato nos deja con la sensación de soledad y distancia sideral entre el protagonista y su amada, aún en los momentos de su más íntima relación.......
De esta manera, constatamos que sólo logrando un avance desde nuestra identidad (uno mismo), seremos capaces de abordar los desafíos posteriores ante los diversos caminos mencionados, considerando ello como una vía de integración, en donde nuestra mirada se posará en diversos momentos y donde ningún camino será cerrado a priori.......
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