Se ha vuelto costumbre observar
como los actores políticos frustran las expectativas de la opinión pública
hasta el límite de lo inimaginable, logrando con ello, desacreditar aún más su
función ante la ciudadanía.
Así, vemos el caso de dos
concejalas electas que renuncian para buscar un cargo como diputadas, dejando
de lado a los vecinos que las eligieron como representantes de su comuna. Un
Intendente que llegó para resolver los graves problemas de la Araucanía (aún en
espera), que da un paso al costado y
decide ir por un cupo en el congreso, abandonando las necesidades urgentes de
los habitantes de dicha región. Finalmente, en agente designado para defender
los intereses de Chile en la Haya, que también deja su cargo bajo la motivación
personal de competir en la carrera presidencial, abandonando de hecho el
interés nacional.
Al respecto, debemos señalar que
tanto una comuna, región o nación, requieren esencialmente servidores públicos
efectivos, comprometidos a dialogar y generar propuestas integrales e
inclusivas en cada nivel de su acción.
Lo anterior, muy lejos de lo que
vemos hoy, donde prima un interés particular y el bien común es olvidado o
dejado en segundo lugar.
La prioridad esencial de hoy por
tanto, debiese orientarse a servir efectivamente a nuestro país, sin cálculos
cortoplacistas, ni intereses meramente instrumentales y sobre todo, hacerlo con
un énfasis prioritario hacia aquellos sectores vulnerables que aún esperan una
respuesta, por ahora en silencio….