martes, 23 de julio de 2024

Juego de eslabones e historias

Hace pocos días, mientras hurgaba entre documentos y textos que se encontraban  arrumbados en un rincón de la biblioteca que visitaba, descubrí para mi sorpresa un ejercicio literario realizado hace mas de quince años.

El informe señalaba que por diversas problemáticas el encargado no había podido consolidar el trabajo y además  por otros motivos más complicados,  había sido despedido del centro cultural donde impartía sus clases.

El texto principal poseía indicaciones bastante claras respecto al ejercicio (que básicamente consistía en crear una historia y dejarla inconclusa, para que otro integrante avanzara en ella desde su propia perspectiva). Este ejercicio denominado: "Creación de historias por eslabones", poseía dos integrantes y tenía al pie de página la orden perentoria de terminar la actividad.

Revisé detenidamente, y por más que busqué, no encontré sino una historia, verifiqué si podría equivocarme, pero la conclusión era clara, la segunda historia que continuaba, no se encontraba.

Cuando ya pensaba en abandonar mi interés por este curioso tema, vi un correo y otros datos que referían; "trabajo por enviar". Deduje que eran de la persona faltante, sin más le escribí un breve correo explicando la motivación  y esperé. Debo reconocer que no tenía muchas expectativas, hasta que pasadas casi dos semanas, recibí un escueto correo que tenía como referencia: 15 años después.

A continuación, comparto esta historia nacida de un lejano ejercicio de creación de historias conjuntas, que había esperado largo tiempo en unas hojas añosas concluir su objetivo. Para mayor rigurosidad, he mantenido las partes divididas tal y como llegaron a mis manos...

Parte I

En medio de aquella multitud, que embotaba los sentidos, la capacidad de atención se diluía, haciendo difícil cualquier intento de concentración. 

El bullicio, hacinamiento y ambiente no eran algo estimulante para realizar aquél viaje, por ello aquella suerte de peregrino, intentó por un instante fijar su vista en un punto imaginario del carro de metro en que viajaba.

Buscaba adentrarse en un nuevo mundo, uno en donde el presente se desdibujara sin posibilidad de presentar ni siquiera un atisbo de ese: 

“Darse cuenta” del que había oído hablar en algún momento de su viada.

El nivel de fatiga, cansancio y desmotivación carcomían su conciencia facilitando ese nuevo viaje en busca de dimensiones lejanas, ajenas, distantes del bullicio insoportable de los sujetos que le rodeaban.

Oía sus conversaciones, gritos, carcajadas y miradas perdidas en medio de la nada, eran simples objetos transportados sin destino, o al menos sin mayor relevancia para ese mundo que el anhelaba develar.

Su viaje era por tanto el resultado de su actual condición y de ese interés

por adentrarse más allá de los límites establecidos, es decir por un intento

aunque fuese de corto aliento por trascender los límites temporales y convenciones como fuerza rígida.

No deseaba experimentar la sensación de cargar con ese peso milenario,

como ritual de validación. ¡No!, ese no era su intención, menos el deseo de asumir responsabilidades en donde el no fuese un cabal actor protagónico.

Nada le encantaba y se sentía feliz de aquello, no consideraba que debiese explicaciones a nadie y pese al abatimiento expresaba una claridad en su deseo más intenso pues sabía perfectamente lo que no quería, sabía que su lugar estaba en otro sitio, lejos, muy lejos de aquella masa uniforme que le acompañaba en el trayecto.

Entonces, realizando un esfuerzo más allá de lo acostumbrado imagino que oía una voz en su interior, dicha voz con acento sutil le conducía a transportarse sin mayores problemas, era un sueño, algo que no representaba la monotonía de lo conocido sino más bien la senda de un camino desconocido, extraño y de alguna forma anómalo. 

Trastocó la conciencia con aquellos ejercicios hasta que nada de aquello que hasta ese momento le fastidiaba existiese o al menos así lo percibía. Su existencia

entonces se transportó a un espacio distinto, diferente, sin bullicio, sin masas, ajeno a la realidad de otros, un escenario de personas a individuos en interacción más muy distante de la multitud amorfa, aplastante e

impersonal que estaba acostumbrado a observar y vivir en esa oscura ciudad.

Observó entonces un cielo límpido, celeste, el sol brilla con un destello de

intensa energía lo que revitalizaba todo aquél lugar. ¿Dónde se encontraba?, pues dicho ambiente no le era conocido, intento caminar en busca de un destino y de adentró hacia una calle reluciente, diferente a las aceras a que estaba acostumbrado transitar en su ciudad natal.


15 años después....

Caminó y caminó, 

se sentía liviano, 

como si su cuerpo físico hubiese dado paso a un cuerpo etéreo, 

Advirtió que sus pies apenas rozaban el suelo. 

Así de sutil consiguió transportarse a lugares distantes, donde su deseo lo llevará.

Deseó entonces adentrarse por las hojas desteñidas de uno de sus libros favoritos de adolescente: 

Las epopeyas griegas, en donde titanes, dioses, guerreros, seres míticos con cualidades fantásticas urdían vivencias e historias que el cambiaría a su antojo.

Sin embargo, a pesar de su estado etéreo, por un instante, un frío recorrió su espalda, experimentó temor. 

Tomando aliento, recorrió sus prácticas de culturas ancestrales, respiró hondo y pensó en aquellos momentos en que se sintió acompañado por sus seres queridos, sus padres, sus amigos y su inolvidable perro.

Superado el instante, prosiguió su aventura.

Conocía las tierras griegas como la palma de su mano, cada museo, estatua o templo eran para él algo familiar, como si hubiese estado allí siempre o quizás en algunas de sus vidas pasadas.

También le era fácil recordar los nombres de los dioses, integrado en ese espacio imaginado tantas veces y que ahora podía palpar y disfrutar.

Había experimentado que el tiempo es relativo, ahora deseaba que el tiempo se detuviera justo en ese lugar, junto al mar calmo y azul que en el horizonte se confundía con el cielo.

Pensó en quedarse para siempre allí, en ese paraíso soñado y así se durmió, 

Sobre la tibia arena que lo acariciaba una vez más..




martes, 16 de julio de 2024

La Comarca de la Muerte

 La muerte se enseñorea en nuestra tierra

Instaurando el dominio del terror
Cada día nuevas noticias;
De asesinatos y crímenes
En la provincia donde reina Tanatos

Calles sombrías
Tierra carcomida de oscuridad
Donde el hades se expande
A manos de criminales advenedizos
Provenientes de repúblicas asesinadas
Por regentes tiránicos

Los hijos del fuego que sembraron el odio quemando nuestra patria
Los mismos que abrieron nuestras fronteras
Hoy regentan la provincia
De norte a sur despliegan su nefasta impronta
Junto a su fúnebre cántico

Indiferentes ante el dolor
Complacientes en su labor
Cabalgan airosos en el corcel negro de Caronte
Ofrendando víctimas en el holocausto
Que arde sin detención 

Más llegará el día en que la espada se levante
Para enfrentar a los aliados del fuego y la muerte
Entonces, el zenit mostrará el horizonte
Donde los batallones marcharán para limpiar la infecta especie invasora

Por hoy, el luto empaña la capitanía
Los hijos siguen siendo  consumidos por el Cancerbero
Lisis gobernante de pueblos y ciudades
Goza de su alza
Mientras el corrupto gobernante viaja en busca de alianzas

sábado, 13 de julio de 2024

Pronombre

 Mucho antes de la verdadera oleada revisionista del lenguaje

En un tiempo que ni siquiera pensábamos ver la alteración fácil de nuestra tradición gramatical
El desafío a nuestra matriz hispana
Orientada por la RAE
Junto a la andanada de ellas, ellos o elles

Como sujetos de inclusión, nacidos en algún laboratorio social
Donde los más entusiastas nos hablan de:
Puertas, Puertos y Puertes
Jaula, Jaulo y Jaule
Donde gélida y gélido se repiten
Como reiteración de el o ella
Un vaco o vaca como pluralidad
Donde no basta un todos unitario
Ni una mañana como inicio
Cuando los públicos son públicas

Mucho antes de eso,
En nuestro campo lejano, llamaron: Tora Negra, a una mujer...
Fueron adelantados
Transmutando Toro, no por Vaca
Sino disputando el designio de ser Tora.

Mujer de cualidades viriles
Fuerza sin igual
Nacida de la subjetivación
De asimilación a Creta
De suelos Taurinos
Con vínculos divinos
Mujer/Tora
De color Negro/Negra
En un condimento de mixtura
Cuyo fin fue la rueda
No el ruedo
Pues vino a fenecer
Aplastada en un penoso accidente





miércoles, 10 de julio de 2024

Paso lento

Pese al frenesí de la sala y pasillos 

Aquél viejo cuerpo descendía vacilante y dudoso, 

Por las heladas escalera de los tribunales. 

Ya no era un simple trámite 
Ni marcaba una señal imponente 
Como antaño
Ahora, caminar cansaba
Los pasos ágiles y solemnes
Habían partido
Hoy, todo era lento
Paso a paso
Al revés del mundo que dejaba

De tal forma, una larga fila esperaba
Que aquél hombre de negro
Pudiera por fin llegar a destino
Sin tener algún accidente
En medio del descenso

Fue un viaje distinto
Uno ajeno a la épica
De salones y corte 
Más no menos audaz
Pues detrás de cada paso
Sentía como si la vida estuviera en juego

Finalmente, llegó al piso deseado
No miró hacia atrás ( no solía hacerlo)
Aunque intuía el murmullo detrás suyo
Afuera el día era gris, con retazos de sol
Siguió adelante con decisión 
Pues su meta era mucho más lejana
Casi como un destello a la distancia
La vida nueva por venir