Tarde de otoño,
Sol acaricia con su luz,
Aves revolotean
Donde las palabras mueren
Acalladas de verdad y sonido
Como estepas yermas
Cuerpos abandonados
Para ser devorados por bestias
Sin señal alguna de existencia
Ausencia de sentido
Voz que se extravía en la inmensidad
Sin retorno ni respuesta
Es el mutismo de la piedra
Que acompaña la montaña
Junto a senderos y acantilados
Mientras a lo lejos brilla una estrella
Noche que abraza sin musitar sonido
Entre sueños perdidos sin retorno
Como un camino que nos aleja del hogar
Ese que un día se lleno de algarabía
Y hoy, es simplemente silencio
Nuevamente cae la lluvia
Nuevamente lava el rostro de mi ciudad
Riega los campos yermos, y aleja por ahora a los hijos del fuego.
Prolijamente se escabulle entre cerros y edificios.
Para instaurar la presencia de su autoridad
En el valle hay alegría
Las montañas observan majestuosas
Por fin el ciclo se acrecienta
Dejando atrás la ruina y sequía
Un nuevo camino se prepara
Para siembras y cosechas
Antes, debe morir la era del fuego
Para dar paso a la era del agua
Así se extingue un tiempo nefasto
Así, nace una esperanza
Como gotas de manantial celestial
Que otorgan vida en cada rincón
Apenas unas gotas se desprenden mezquinamente de las nubes
- Yo- Sigo esperando la lluvia
Y anhelo un temporal
Algunos no entienden
Es que nunca conocieron esas tempestades
Sólo amagos, pronósticos y discursos
Más la realidad de una lluvia verdadera
-Simplemente, no-..
Quizás es mera añoranza de un pasado ido
Más sigo creyendo que la naturaleza debe expresarse de forma contundente
Y no de maneras tan mínimas, tan mezquinas
Por ello, espero la lluvia
Esa de abundancia
Que inunde ilusiones y temple el carácter
Instale noticieros y limpie el rostro de millones
Como quién remueve el polvo guardado de años.
Quiero ver mi cordillera nevada, potreros humeantes de vapor, rutas humedecidas
Y mi viejo campo regado
Sin embargo, aún espero
Sin novedad, ni hechos concretos
Sólo una esperanza
La misma que me ha mantenido en esta travesía hasta ahora...
La misma que tu crees ya no existe
Aseguraste que habías despertado
Cuando sólo dormías y soñabas con ello
Como un sedante creíste ser digno
Más a tu alrededor sólo hay decadencia
Con cuatro palabras creíste cambiar
Más sólo era tu autopercepción
Por más que grites
No habrá respuestas
Porque optaste por dormirte
Pues creyéndote despierto
Bajaste al averno
Incendiaste y destruiste
Guiado por tus líderes supremos
Hoy, que contemplas tu obra
No sabes si es verdad o imaginación
Pues dentro del plan
Nunca asumiste que tendrías que responder
Ante los que nunca sucumbieron
Frente a los ídolos del poder moral
Que entonaban sus himnos desde la oscuridad