La temperatura cae abruptamente durante la última semana, cada día se hace algo más frío que el anterior hasta llegar al día de hoy, con una temperatura de cero grados durante la mañana.
El lento avance del otoño hacia un complejo invierno parece calmar en algo los agitados ánimos de nuestro país. Pareciese como una suerte de contrafuerte, una defensa natural ante esa energía volcánica que se avizoraba hasta hace unos días.
Extraña mezcla de ímpetu y voluntarismo junto a un estado de conciencia alterado rayano en el mesianismo doctrinal, que consume la cuenta de cordura nacional con una voracidad digna de un monstruo o divinidad insaciable.....
En efecto, en estos meses hemos sido testigos de como diversas personalidades públicas han sido literalmente devorados mediante un ritual de sacrificio y ofrenda, ante la enigmática deidad transmutada en multitud vociferante o sombra latente, tanto por adversarios como por compañeros de ruta. Todo esto, para congraciarse ante la altisonante demanda de ofrendas de la deidad vengativa, cual ceremonial minoico o azteca.......
Como sea, los mares se agitan, la lava se desplaza en las capas profundas y el tiempo muta enrarecido. De pronto las calles se tornan en campos de batalla con desmanes, destrozos y luchas de uno y otro bando.
Estudiantes ante el mundo adulto, transeúntes versus ciclistas, estos últimos versus automovilistas e incluso en un cuadro surrealista apreciamos a fiscales versus carabineros en amenazas de estilo adolescente.
En síntesis; una enorme torre de babel vociferante en claves diversas. Nadie entiende a nadie, nadie entiende nada, todos desean comunicarse, aunque han olvidado el lenguaje común que los hermana; -He ahí la verdadera maldición-
Con una sequía de por medio, pareciese que a falta de lluvia sanadora, llueven injurias, epítetos, calumnias y amenazas de un lado y de otro. La pax social devenida en un estado de guerra, de sospecha y soberbia.
Una suerte de remolino que no respeta fronteras cívicas, amistades, ni convenciones, un verdadero desborde emocional, un brote de histeria, con ademanes, convulsiones y gesticulaciones propias de una personalidad insana. Una crisis de relevancia y réplica significativa, que va esparciéndose cual reguero de pólvora....
Todo esto, presenta un panorama de incertidumbre que plantea una salida difícil, a ratos una suerte de verdadera misión imposible..
Por ello, bienvenida esta temperatura glacial, que tal vez, sólo tal vez, enfríe el magma de los corazones de nuestra patria para dar paso a la necesaria cordura......
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