Nada se guarda, pues el instante es devorado por un vacío absorbente
Así, de esta manera, los segundos son simples referencias de temporalidad
Minutos, horas y días; hojas de un árbol en transmutación
Mientras, la mirada se refugia entre las líneas de la mano
Como un verso gitano que encubre el enigma del futuro
Los ojos destellan la calidez del presente, en un sentido del devenir
En tanto, las canciones se repiten como eco de un pasado
El recuerdo es una vertiente de sabores diversos
Para algunos, melancolía de un amargo despertar
Para otros, vigencia del ahora, lumen de vitalidad
No existe el tiempo sino en nuestra creación, por ello el anhelo es vil ilusión
Ve y camina, remece las fronteras de las sensaciones
En donde cada instante es revelación, apertura y despertar
Alza tus alas, extiende los sueños en el horizonte
Para volar con la conciencia de este preciso momento
Pues de ahora en adelante, cada paso es tu día
A lo lejos, el tañido de campanas evoca otros tiempos
Es la estrategia de Maya, el ardid del ilusionista que sorprende a la concurrencia
Como verdaderos niños fascinados, en un remolino de primavera
El carnaval de magia que destella y a ratos simplemente impide ver
Juego de fantasía, envoltorio de melodías que obnubilan
Entre el metal de un tranvía y el vuelo de un avión
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