lunes, 1 de diciembre de 2014

Reforma Educacional En Chile

Se nos notifica a través de diversos medios, que nuestra sociedad avanza y progresa en una franca línea de búsqueda de libertades cada vez mayores, un dato observable tanto en aquellos tópicos denominados “valóricos”, como asimismo de aquellos del ámbito económico, político, social y cultural. Hasta ahí, nada extraño desde la perspectiva de consagrar una autonomía de las personas que permita impulsar una sociedad de individuos responsables y capaces de decidir por su destino sin tutelas de instancias “iluminadas”…

No obstante lo anterior, somos a su vez testigos de una verdadera contracultura de resistencia a la posibilidad de acrecentar dicha opción,  derivada del gobierno de turno y su alianza partidista, quienes han decidido oponer una agenda que limita libertades, más que corregir aquello que se supone como objeto de evaluación o corrección.

Un caso práctico lo constituye el ámbito educacional, donde constatamos la manifiesta búsqueda de imponer a todo evento, una preeminencia estatal ante lo civil (ONG, Fundaciones, Mixto o Privado a secas), digo estatal pues su apuesta radica en eliminar definitivamente cualquier opción de expresión privada vigente bajo el modelo de cofinanciamiento o más conocida como educación subvencionada y de allí derivar a instituciones dependientes del aparato burocrático estatal, con todo lo que se puede imaginar. Lo anterior, bajo el argumento de dos premisas de dogma: una basada en la supuesta existencia de lucro al interior de estos establecimientos, y la otra, en la selección que llevarían a cabo estos establecimientos.

Tampoco debemos dejar de lado la omisión respecto al sistema Municipalizado, al cual definitivamente se le pone una lápida, sin mediar siquiera un debido reconocimiento de las virtudes existentes, más allá de las falencias. Se niega en este sentido una consulta a los alcaldes para decidir respecto Liceos o Escuelas bajo su administración y para que decir si existe algún atisbo de participación de los apoderados y padres. Tampoco se asume la experiencia de los llamados “Liceos emblemáticos”, cuyos logros son evidentes, tanto en calidad como inclusión. –No-, ellos cometen el “pecado” de seleccionar meritocráticamente, -Todos a la Tómbola- parece ser la consigna inspiradora. -Quitemos patines-, -Nivelemos para abajo- Avanzar sin reconocer diferencias ni logros de los diversos establecimientos de nuestro país (esto suena parecido a pasar la retroexcavadora)

Por último, ningún ámbito del debate hasta ahora nos presenta el rol del profesor en este nuevo esquema.....

Antes de proseguir, es necesario precisar el hecho de no confundir la necesaria oferta de educación pública, con la reforma en curso, que es algo radicalmente distinto y que nada tiene que ver con lo planteado por la Nueva Mayoría.

Educación pública es un ámbito amplio que alberga a distintos establecimientos y habla de su alcance, acceso, modalidad de trabajo y sobre todo de un entender el quehacer educacional abierto a todos, sin existir coerción de por medio. Nada más alejado de la actual propuesta que simple y llanamente pretende supeditar la educación bajo tutela estatal.

Más allá de lo discutible del actual proceso, toda vez que tanto el justo aporte de ingresos a quién trabaja y asimismo a quién debe gestionar un establecimiento no impide desarrollar un adecuado proyecto educativo (basta ver resultados SIMCE en el tiempo) y del mismo modo contar con criterios de selección para asignar las vacantes de un establecimiento  ( ¿cómo decidir dentro de 80 postulantes a quién asignar cuarenta vacantes?), apreciamos  una creciente demonización de ambos aspectos, llegando a niveles surrealistas. Por ejemplo, respecto a la selección  un caso extremo es llegar definir por simple azar a través de una tómbola (cual rifa de esas que se suelan jugar en clubes y otras organizaciones) a que niños se asignan los cupos existentes.

No obstante lo oscuro del proceso, se asume  que  cada punto es discutible (estamos aún en democracia) sin embargo, paradojalmente es este el aspecto donde se evidencia una carencia manifiesta, y en donde cada vez más se demanda por parte de los interesados la opción de participar. -No se escucha padre- notifican desde el gobierno y todo se mantiene a oscuras.

Con todo lo señalado, que en sí es un tema de incertidumbre generalizada, se suman más aspectos, y es allí donde  los padres se comienzan a mirar entre sí,  sin saber hacia donde se encamina el actual camino trazado desde la Moneda. Esto, dado que hasta ahora el foco del debate educacional se ha definido en reprimir opciones de desarrollo educativo, variedad de colegios, diversidad de modelos educacionales, emprendimiento de proyectos innovadores, restricción de la participación, entre otros ámbitos, y con ello finalmente eliminar la libertad de los padres por decidir donde estudiarán sus hijos.

Ninguna alternativa al menos conocida en el debate, que plantee opciones de fundamentos  para evaluar donde y cuanto se estaría lucrando, límites del supuesto lucro, opciones de financiamiento directo a los padres (vía Voucher), mejoras en el proceso de selección, nuevo rol de los profesores o una propuesta precisa que asegure a los padres la calidad mínima deseada por ellos. No, nada de eso, lo observado hasta ahora se funda básicamente en imponer un  dogma (recitado cual mantra) y con eso, se debe asumir que lo realizado y logrado debe arrojarse por la borda. Es más, se asume de hecho que los padres serían una suerte de “incapaces” para decidir respecto a un tema de interés directo para ellos, negándoseles de plano  cualquier opción de diálogo . Deseo dejar de manifiesto que este es el mismo gobierno que por otro lado  vocifera libertades para; abortar, consumir marihuana y acceder a la “píldora” del día después... ¿?

Así, por un lado se abren amplias puertas para decidir y por otro ( educativo) se cierran espacios de decisión que hasta ahora se asumían como inherentes al ámbito de la familia. Al respecto, un ideólogo del proceso busca convencernos en la columna de un periódico de este sábado 29, que esta evidente mutilación de derechos,  sería en realidad una carta de mayor ciudadanía, equiparable   al acceso de la mujer  al voto,¿??...

Lo evidente, radica en que una vez aprobada la reforma los padres perderán de hecho  la capacidad de decidir donde estudiarán sus hijos, pues  serán relegados a un rol de segundones y será el estado quién tome el control de la educación de sus hijos de manera mayoritaria. Esto, ante un escenario de escasas alternativas de elección, dado principalmente por aquellas  fundaciones que puedan sobrevivir  al verdadero corsé legal de la reforma, las que además serán franca minoría versus la oferta masiva de los establecimientos estatales. Los colegios particulares en tanto, se mantendrán en un porcentaje no muy distinto al actual, y  obviamente los padres interesados deberán desembolsar un dinero que hasta ahora era subsidiado por el estado para acceder a estos.

Así las cosas, el panorama no resulta halagüeño y no olvidemos que  el plan  inicial planteaba una rápida andanada en esta línea, pues se refería a la compra de los actuales establecimientos por el estado, y sólo con la reacción de diversas organizaciones y partidos, vino la contraofensiva para evaluar  la necesaria prioridad de  “comprar fierros"…

No debemos asombrarnos al respecto, puesto que tanto el voluntarismo como una implacable ética de la convicción (rayana en una  ortodoxia de la intransigencia) han sido la guía señera en esta y otras reformas, las que una vez puestas en marcha, terminan por revelar lo que sabíamos de antemano, esto es; la  inadecuada capacidad de responder a la realidad (Me recuerda al Transantiago).

Si todo lo señalado le sorprende, le informo que esto sigue, pues una iniciativa de última hora aprobada de manera poco regular en el Senado, prohíbe publicar los resultados  del Simce a nivel de escuelas. Lee bien, se ha aprobado una medida que atenta contra el derecho  de acceder a información respecto al rendimiento de los alumnos que rindan la prueba referida. ¿Los Padres?, -bien gracias- prescindibles, manipulables y sobretodo sin reconocimiento de rol alguno por esta reforma…..

Asumiendo que hasta ahora no se ha explicado como  llegaremos a la tan pregonada calidad y excelencia en la futura educación estatal, cosa no menor, dado que  involucra ni más ni menos, el futuro de millones de niños y jóvenes de nuestra patria, seguimos simplemente a la espera como ciudadanos en penumbras  . Con esto,  las dudas aumentan día a día, mientras el debate se desvía con las conocidas consignas y promesas, que  más bien se asemejan a una suerte de prédica religiosa. En este sentido, no está de menos considerar que este proceso ha tenido bastante de aquello, dado que hemos constatado  una verdadera compulsión por imponer, condenar y satanizar, más que argumentar, reflexionar y llegar a acuerdos.

 Respecto a respuestas, estas al parecer se han dejado guardadas “para más adelante”, pues de lo esencial nadie parece estar realmente interesado. Por ello, que nadie llore por la leche derramada, puesto que la administración no sólo esta operando junto a una compulsión  voluntarista, sino también bajo la clásica premisa nacional de: “Echando aprender se aprende”.

¿Qué hacer?, es una de las  preguntas en alza que se escucha por estos días, la otra,  ya más en retirada,  es; ¿Cómo diablos caímos a esta situación?, Busque sus propias conclusiones…….


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