lunes, 23 de noviembre de 2015

El ave y el árbol

Voló el ave en el horizonte, un día, luego otro, y así sucesivamente
hasta casi perder la conciencia.

Su camino estaba extraviado y su rumbo igual.
De pronto, extenuada y casi fuera de si, atisbó a lo lejos
Un árbol.

Dirigió su vuelo hacia el, una vez allí procedió a descansar,
alimentarse y contemplar el cielo.

Mientras hacía esto,
se preguntaba por los secretos del cosmos y que tipo de árbol
albergaría semejante inmensidad...

Su recuperación avanzaba y cada día, su anhelo de crecimiento crecía.
Así por la noches observaba las estrellas, de amanecer era testigo del trino de otras aves y el canto de una cascada lejana, se sentía bien y sus alas eran nuevamente robustas....

Un día cualquiera, al despertar, se percató que el árbol no estaba.
Extrañada, el ave lo buscó con desesperación, angustia y cierto malestar.
Casi sin expectativas, al atardecer pudo observar un hombre que estaba bajo un árbol
permanecía sentado, silencioso e impávido.

Se acercó y le preguntó que hacía en su árbol, el hombre sólo sonrío y siguió
sentado en una calma meditación.

De pronto, se escuchó una voz: "Este árbol es el que me acompaña en mi meditación,
el tuyo es el que te albergó en tu búsqueda, ninguno de los dos es totalmente exterior en sí, sólo una muestra de nosotros mismos".... 

Luego de meditar largo tiempo las palabras, el ave vino a entender que el árbol que buscaba si bien era parte del universo,  se encontraba en su interior y nunca se fue de allí...

Sólo que como cada día cambia, también el árbol  seguía el principio de transitoriedad..

Tranquila con su revelación, el ave voló de nuevo hacia nuevos horizontes, liberándose de las preguntas y su apego , agradeciendo su descubrimiento, aprendiendo que el cielo era eso y mucho más.....



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