jueves, 2 de junio de 2016

Año del Mono y la Ilusión del Segundo Tiempo



Hemos hablado en textos anteriores, de esa particular similitud entre la mirada científica y aquella de signo intuitivo hacia la realidad, que permite encontrar una intersección que arroja una imagen ilustrativa del momento en que se desarrolla la historia.

Más que una coincidencia o simple metáfora, hablamos de un evento de mayor envergadura, profundo y entretejido de cierto misterio. Jung a través de la psicología transpersonal, definió el concepto como sincronía, y lo describió como aquél que une sucesos cotidianos con eventos de cierta trascendencia, y nos proveyó de extensos ejemplos. Así por ejemplo, graficó el momento de  la decadencia del cristianismo en la historia, con la irrupción de los revolucionarios franceses a la catedral de Notre Dame, llevando con ellos a la estatua de la razón. Lo anterior, que constituye un hecho objetivo, a su vez era coincidente con el término de la era de piscis, vinculando este símbolo con el cristianismo inicial del “pescador de hombres”….

Nuestro país no escapa a estas extrañas peculiaridades, así del año de la cabra transitamos al año del mono, con los eventos que a esta altura del  presente, conocemos.

De un periodo -“Loco como Cabra”-, pasamos a otro de -“Monerías”-, Esto es; comportamientos histriónicos, grandilocuentes, disruptivos y contra toda moderación.

Ya no es el simple voluntarismo caprino, que se asimilaba a la sobre idealización y ausencia de juicio de realidad, que cundía febrilmente. ¡No!, en esta ocasión es la manifestación estrambótica y desatada, digna del animal regente, es decir del Mono. Atención -Ni siquiera un primate superior-….

Con esto, nuestro país comienza a ser escenario de  vociferación y gritos como forma de comunicación. Nada se hace sin alaridos, asonadas de fuerza, desborde y obviamente de una imposición sobre aquello que cada cual asume como su territorio.

El mono, es simple y llanamente una involución de  primate a un eslabón anterior, y con ello, las usanzas propias de dicha perspectiva.

La racionalidad es desechada, el diálogo aminorado y la expresión oral se reduce a coprolalia (ver epítetos del Diputado Rivas a Luksic).

Se comienza a pensar que todo tiempo pasado fue mejor (vaya aseveración) y que si no hay violencia, la cosa no vale; es “Chanta”….

Así, los descampados del 21 de mayo (muerto incluido) comienzan a ser parte del menú que como espectadores millones de chilenos siguen día a día…

“Quién siembra tormenta cosecha tempestades”, bueno, así vamos caminando a la crisis perfecta..

Nadie se toma esto muy en serio, aunque quizás algunos si, y por ello atizan el fogón buscando que la hoguera alcance una mayor magnitud. No dudo que si las cosas siguen como están, esto es; Ausencia de liderazgo, desempleo en aumento, rechazo a los gobernantes y políticos en general,  demandas sin resolver y además  sobrealimentadas por una oferta irresponsable vinculada a un populismo en ciernes, los hechos no serán de fácil solución…

¿Que hace la Presidenta? , bueno ella sigue su vida normal y espera con buena fe (me imagino) recuperar la simpatía de la población. Lamentablemente, dicha opción se ve lejana, y más aún ahora, con una querella desde su persona en contra de un medio de prensa nacional que difundió las declaraciones de un imputado en el caso Caval, que cual sombra la sigue a todo evento. Todo esto, asegurará mayor vitalidad a la tensión e histrionismo existentes.

Los estudiantes protestan, las regiones protestan, los trabajadores protestan y cada eslabón va creando una cadena de límites que no facilitarán el movimiento del gobierno.

La oposición, tampoco capitaliza el descontento, y se suma a los eventos de la era del mono aportando; reyertas internas, renuncias, fractura de la unidad, escándalos financieros, entre otros.  Finalmente, pocos parecen interesados en trabajar por una añoranza  de cambio y más bien se fían en el fracaso del gobierno ….

La sociedad se incomunica, los signos de conflicto se encuentran a flor de piel y las expectativas de una parte de la ciudadanía comienzan a dudar de nuestro propio desarrollo. Dicho sea de paso, palabras como: crecimiento económico, empleo, tecnología, inversión, han pasado a ser vetadas por una era, que sólo ve la demanda como único escenario y realidad…

Comenzamos a renovar los tabúes, de esta manera palabras tales como; -dinero, lucro, riqueza, individuo, consenso, deberes, responsabilidad, seguridad y otras-, han sido abandonadas y enterradas bajo la mirada de los nuevos sacerdotes….

Todo esto, ha lanzado por la borda la ilusión de un segundo tiempo amigable y enrielado sobre la convivencia cívica, y más bien nos habla de un proceso con rasgos de ortodoxia creciente, donde el mono aún tiene mucho que decir….

Si todo aquello no fuese lo suficientemente nebuloso, deberemos afrontar un proceso constituyente, que no sólo requerirá tiempo y participación, sino rescatar un concepto clave extraviado del vocablo vigente; -Acuerdo-. En efecto, sin acuerdo, no habrá “casa de todos los chilenos”, como gustan señalar los siúticos en relación a la constitución, y más bien tendremos la ley del poder y hegemonía, como lo ha expresado el sacerdote máximo de la nueva era constituyente.

En medio de todo esto, la realidad se entrelaza con sueños y pesadillas, cada vez más crecientes.








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