De las rutas a seguir, sin lugar a dudas la que designa a Chiloé es una de mis favoritas. Enclave isleño, diverso, puerta de acceso a mundos subterráneos, historia viva de costumbres singulares y testimonio de costumbres ancestrales revitalizadas pese al embate del tiempo,la modernidad y los vientos agrestes....
De visita en esta maravillosa isla tuve oportunidad de asistir a un viaje singular que me condujo a una de sus remotas Islas: Mechuque. Allí fuí testigo de la preparación del Curanto en hoyo, forma singular de preparación del alimento terrestre y marino.
Dicho procedimiento utiliza técnicas presentes en Pascua y también por parte de los maoríes en Nueva Zelanda. Así esta mágica isla, ata cabos desde los más remotos y entrañables lugares de la tierra para proyectar los sueños vivientes desde el milenario despertar de Cai-Cai Vilú y Te-Ten Vilu.
De tal forma, la misteriosa galería de conexiones nos traslada a la esencia de esta tierra resquebrajada y unida a la vez por su consistente tradición , transmitida a través de las nuevas generaciones. Historias que nutren la imagen arquetípica de seres fantásticos provistos con vida propia y que están más cerca de lo esperado.
Asimismo, surge la posibilidad de buscar la identidad perdida, la masiva concurrencia a este suerte de imán así lo demuestra. Cansados tal vez de la maquinaria artificial, de la soledad del cemento y de la técnica inverosimil concurren viajeros de diversa estirpe en busca de aquél mensaje revelador que ilumine o al menos movilice aquél sentido perdido en la modernidad en alguna vereda del camino.
A continuación, se podrá observar en este video la preparación del plato aludido y asimismo la posibilidad de aprehender el espíritu que habita en esta cultura y que se deja apreciar en el instante preciso en que los ruidos y la contaminación de la gran ciudad termina por nublar nuestra capacidad de observar y trascender en un tránsito rígido y vacío de miles de anónimos.
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