miércoles, 4 de agosto de 2010

La Decisión


Había planeado cada paso a realizar en aquella tarde según el secreto pacto acordado con ella en los días previos. La sensación que respiraba le transmitía seguridad y fortaleza hasta casi la exageración, así esperó pacientemente el avance del día sin estimar el impacto de su opción.
Se sentía tranquilo, su apariencia era calma, hasta el extremo de bromear con sus compañeros de oficina sin considerar el peso de sus dichos y consecuencias.

El había tomado una decisión y ahora la cumpliría, -se repetía-.
Se había cansado de vivir una vida de mentiras, a medias y sin sentido, deseaba entregarse al amor y no vivir la miseria de las ataduras de un matrimonio que en sus palabras lo abrumaba y consumía sin mayores perspectivas….

Con ese aspecto e ideas fluyendo en su mente deambuló por escaleras, pasillos e intrincados ambientes de su espacio de trabajo - observó por las ventanas a las palomas de la plaza, los peatones, estudiantes, vendedores y cada uno de ellos le pareció la encarnación de su ideal- Era dueño de ese momento de gloria que significa observar todo desde una perspectiva superior, elevada y que lo distanciaba de las vidas pequeñas de cada uno de esos seres y asimismo lo acercaba a su propia historia y destino como artífice de un camino distinto, especial, camino que realizaría con ella, se aseguraba asimismo.

Por ello, se sentía libre, ligero, el amor era una suerte de elemento vital que lo elevaba más allá de los horizontes que había conocido, esa sensación de emancipación y levedad le impregnaban una esencia extraña y placentera. Nada parecía importarle, de tal modo la tarde, el trabajo planificado y las actividades derivadas de cada evento circunscrito al tiempo, fueron desfilando ineludiblemente sin más atención hasta llegar a la hora decisiva, el punto de encuentro entre la realidad y ficción, en síntesis el instante que podríamos calificar como el quiebre con todo aquello que hasta ahora era su hogar y que pretendía abandonar. Fue entonces que se produjo un cambio interno y que recorrió su cuerpo completamente, leves sensaciones primero, que luego se evidenciaron en taquicardia, sudor en sus manos y una sensación de pánico que le era imposible de controlar. Fue justo en ese momento que además comenzó a evidenciar la duda como un tormento más que como reflexión, una suerte de contradicción existencial que arremetía desde lo más profundo de su ser.

Caminó al baño, bebió agua, se mojó la cara en reiteradas ocasiones, su rostro recibía una y otra vez el líquido que buscaba despertarlo de este sueño molesto y angustiante. No obstante esa extraña sensación que se había apoderado de el, no se marchaba, es más podía sentir que aumentaba a cada segundo envolviendo su lucidez en otra realidad que lo llevaba por un sendero radicalmente distinto al que pensaba arribar al iniciar su día.

Al momento de partir, optó bajar por las escaleras, pensaba que tendría más tiempo de reflexionar sin embargo la esperada calma no llegó y el páramo en que se había sumergido creció hasta poseerlo misteriosamente, de esta manera se condujo por las calles en un estado difícil de describir, buscando la locomoción como siempre lo hacía, más sintiendose otro distinto,al subir señaló al conductor del taxi la dirección y este se encaminó a su destino. Al mirar atrás pensó recién en ella, eso fue todo.

No había podido cruzar el puente imaginario que les impedía estar juntos, la tarde se ensombrecía y las nubes prometían la ansiada lluvia, todo ello configuraba un escenario curiosamente similar al momento que vivían sus ahora frustrados planes.

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