Os pido un verano y un otoño más,
Poderosas, para lograr afinar mi canto,
y así satisfecho con este juego,
mi corazón se acerque al morir.
El alma que fue malograda aquí,
no encontrará descanso ni en el Orco,
pero puedo concretar lo más deseado
y sagrado de entre todo, la poesía,
entonces reiré dichoso a las crueles
sombras, aunque debiese abandonar
en la entrada mi voz. Un día solamente
habré vivido con los dioses. Eso
me alcanza.
(Hölderlin)
El verso escurre, declama y aspira a un lapsus de nuevo tiempo para entregar su fruto maduro, en este poema del alemán Hölderlin, se rescata la vivencia profunda de quién sabe que su viaje se encuentra cerca del final (quizás lo intuya más cerca de lo real ) y así más pide clemencia a las artífices del destino con el afán de entregar lo mejor de sí.
De esta forma, quién transcurrió parte relevante de su vida encerrado en un torreón, observando y avizorando a su amada Diotima, entregando versos con registros fechados cien años antes o discurriendo crípticos mensajes hacia la naturaleza, nos entrega un elemento vital de sentimiento hacia la vida, más allá de todo, está el deber de cumplir con aquello que nos hemos consagrado.......
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