En curso hacia el
infinito
Pues la ventana permanece abierta
Dentro de la eterna
mirada de anhelo
Un atardecer como ninguno
Adorna el escenario de la
vigía
Quien guarda celosa
guardia en el atalaya
Su sonrisa se dibuja
entre árboles
Mientras, el bosque de
evocaciones ondea sus ramajes
En una sensual marea de
verdor
El peregrino lejano cursa
su viaje
Como andante ancestral, tras la promesa del camino prometido
Una sombra de reflejos se
postra en el cenit
-Es el viento- quién permite
tal esbozo de ilusión
De metales y artificios
sin alma
Que destellan la vana
alegoría por las calles
Los sonidos en tanto, son
cada vez más sutiles
Como latidos de una vida
subterránea
Lejos, muy lejos de la técnica
inerte
Aves que aletean en una
travesía de enigma
Sin respuesta para la
simple razón
En tanto, tu sonrisa
refleja la expectativa
La solemne bienvenida al
remanso
En una tarde de verano
que abrasa la conciencia
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