Prosigue la ruta, aquella que labra el devenir en el comienzo para luego continuar como un sendero intermitente hacia nuevos horizontes.
Trazos más o trazos menos, cada espacio se aúna en filamentos invisibles a la simple vista, que atan el amplio sentido, ese que sólo descubrimos en revelaciones o miradas panorámicas de la simpleza en altura sobrenatural...
El silencio comienza a resquebrarse, como una cáscara que almacena el embrión de un nuevo ser. Así, el albor de la jornada es revestido de cantos de múltiples aves, con el agua transmutada desde el hielo, que va regando la tierra ansiosa de ser bañada, para así dar paso a un nuevo ciclo de esta continua rueda de cambios...
La mano amigable se extiende simplemente como el camino, donde cada surco es representación de la huella esculpida en la vivencia. De esta forma el signo del momento aparece revelado desde los confines del recuerdo, desde donde somos impulsados hasta el presente, en un andar de renovación, día a día...
La sorpresa no es sorpresa, sino exclamación y alegría de lo olvidado, de esta forma cada momento es un nuevo momento, que nuestra memoria dejó guardado en algún recoveco, para delicia de nuestra oportunidad. Como quién guarda un chocolate en algún mueble y se alegra de encontrarlo en el futuro.
No olvides esto, nuestra historia se basa en estos espacios de la historia, pequeños detalles dejados a la espera de un encuentro probable, posible de alcanzar más adelante, en una suerte de ilusión que nos transporta hacia los sueños desde donde debemos algún día despertar...
Mientras, la jornada avanza, allí las horas contadas en diminutas manecillas de un reloj recóndito, se ofrecen como oportunidad de alternativa, en una delicada hoja de vida que alberga el aquí y ahora en este instante.
Dentro de estos sueños, que son parte de mil sueños más, desde donde transita nuestra vida en un constante intercambio de episodios, que se asimilan a una constelación de nubes que envuelven nuestra conciencia con historias creadas y recreadas, desde el inicio del universo....
Deja transitar tus pensamientos, eleva tu mirada al horizonte, respirando en la calma del instante, sin ansiedad. Deja que los gritos del pasado corran cual riachuelo, sin ánimo de control, sin ánimo de conquista, para avanzar sin cargas de anhelos, rencores o pesares...
No olvides esto, nuestra historia se basa en estos espacios de la historia, pequeños detalles dejados a la espera de un encuentro probable, posible de alcanzar más adelante, en una suerte de ilusión que nos transporta hacia los sueños desde donde debemos algún día despertar...
Mientras, la jornada avanza, allí las horas contadas en diminutas manecillas de un reloj recóndito, se ofrecen como oportunidad de alternativa, en una delicada hoja de vida que alberga el aquí y ahora en este instante.
Dentro de estos sueños, que son parte de mil sueños más, desde donde transita nuestra vida en un constante intercambio de episodios, que se asimilan a una constelación de nubes que envuelven nuestra conciencia con historias creadas y recreadas, desde el inicio del universo....
Deja transitar tus pensamientos, eleva tu mirada al horizonte, respirando en la calma del instante, sin ansiedad. Deja que los gritos del pasado corran cual riachuelo, sin ánimo de control, sin ánimo de conquista, para avanzar sin cargas de anhelos, rencores o pesares...
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