-¡Ya nada es igual, absolutamente nada!- señaló
una voz en tono grave. Tal reflexión provenía del dueño del almacén a donde
concurría a realizar compras de emergencia.
-
Don
Apolonio, usted ha hermanado su reflexión con Heráclito-, indiqué en un tono
festivo.
-
¿Qué?,
¿Con Quién?, dijo el aludido con una mirada extraña, ajeno a la observación que
buscaba ser una chanza.
-
No lo tomé
a mal, espeté-, sólo quise elevar su razonamiento a las alturas del pensador de
Efeso.
-
A mí no me
diga nada, señaló con aire de severidad, pues esa es la conducta que aludía mi
observación. Sólo deseo dejar constancia que desde hace mucho tiempo las cosas
vienen con un cambio y no necesariamente para mejor.
-
¿Por
ejemplo?, indiqué en el afán de que profundizará su análisis
-
-A todo- a
la ciudad, la juventud, los abuelos. Pero para ser más claro le citaré algunos
casos: “Rompemos record y no precisamente en deportes”. Usted se ríe, pero los
robos aumentan y no es tan sólo el simple pillo o lanza tradicional, no señor,
ahora tenemos los denominados; “robos del siglo”, con camiones blindados y todo
bajo la mira del los delincuentes, pero no nos quedemos allí, vaya usted a
encontrar un cajero con dinero y yo le regalo diez mil pesos.
Para más remate, nuestro gobierno está en una
suerte de epifanía reveladora, una búsqueda de identidad al estilo de los mitos
iniciáticos y todo esto favorece estos actos y atentados. Ya sé que para usted
las cosas parecen ser distintas, pero para mí, señaló, como viejo zorro, no me
compran como a un cachorro salido de una tienda de mascotas, con verborreas y
explicaciones baratas. Sigamos, pues aún me queda algo más que comentarle, me
indicó, algo ansioso: El metro, producto de estas andanadas de criminales del
terror, ha optado por la política de Don Otto, ahora no encuentra usted
basureros y los andenes y salidas de este servicio han devenido en verdaderas
porquerizas. Para más remate ahora según los medios internacionales, somos
parte de la “Nueva Mediocridad”, ayer “La joya de las Américas” y ahora
simplones del montón. No me diga que esto es preocupante, más aún con la
posibilidad de que cierren los colegios, pues según el Ministro de la Cartera,
cito, me dice: “Se deben quitar los patines a quienes los tengan”, con esa
política entonces quitemos zapatos, pantalones, medicamentos y volvamos al
estado primario de las cavernas, entre matorrales y oscurantismo. ¡No hay caso!,
remató, la cabra siempre tira para el monte…..
En fin, no lo molesto más, usted venía a
comprar y se encuentra con mis inquietudes de abuelo y ciudadano, cosas que
para usted no son prioridad…
Debo manifestar que mi compra pasó de ser un
simple trámite a una situación de urgencia nacional, me comprometí con Don
Apolonio a ser más riguroso con los acontecimientos, y a no confiarme de esta
primavera tan voluble e inquietante……
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