Apariencia

La esfera dorada resaltaba en el horizonte,
mientras el silencio calaba en la conciencia.

Lejos, la algarabía,
 lejos, el mundano bullicio
que carcomía la atención entre tiendas y quehaceres.

Un canto se entonaba, una larga peregrinación le acompañaba.

Entre días y amaneceres, la sorpresa nos invita a descubrir más allá de lo establecido.

De pronto, una neblina cubrió el ambiente, tejiendo un sutil velo,
que daba una escasa visibilidad.

Entonces, los sentidos se alertaron, al constatar que la luz se alejaba
como una pequeña lampara a la distancia.

Quedaron sólo los estímulos mudos, la memoria de tiempos idos,
anhelos que despiertan de un sueño, en medio de la selva.

En un instante, desde el interior, surgió una suerte de guía; -era la intuición-,
que se instala como reina, cuando la razón  y sus coordenadas han sido derrocadas..

El camino se hizo conocido, la oscuridad se ilumino desde la tierra, como si nunca
hubiese abandonado la comarca.

Los brazos se alzaron con alegría, mientras la aparentes oscuridad se esfumaba, entre colores y melodías olvidadas.

Pues no debemos olvidar, que la exterioridad es simple apariencia, en donde el juego de ilusiones
 danza ante nuestros ojos y que sin más, se desvanece, cuando tus sentidos despiertan.