Por un instante, mis recuerdos me permitieron volver al pasado.
Fue un sueño disfrazado de memoria,
una suerte de evocación perdida entre días y noches lejanos,
entrecruzada como hiedra, en medio de pedestales de fortaleza
que retornó sin más, en un momento.
Todo eso, mientras bebía del agua en el jardín
El aire campeaba en la cordillera, -como mi padre lo había relatado-
Mientras, en la quebrada, crecían algarrobos, maitenes, quillayes y litres, por doquier,
regados por vertientes copiosas que emanaban desde la profundidad
Las huellas en la tierra, demarcaban el rumbo de arrieros y caminantes de otros tiempos
Más abajo, el río acompañaba esa escena con sonidos melódicos, los que armonizaban con el gorjeo de las aves.
Allí estábamos de nuevo, iniciando una travesía hacia el largo sendero venidero,
que ascendía entre curvas serpenteantes.
Atraído por ese magnífico escenario, me acerqué con cierto sigilo hacia el curso, y de pronto me vi sumergido en las alegres aguas.
Mi hermano, también estaba presente -como antaño-,entonces buceábamos en piletas de formas sinuosas,
Los peces se escabullían entre nuestras manos, al intentar capturarlos
En tanto, hacia el cielo, una ronda de cóndores parecía observarnos
Bebí del agua regalada por la cordillera
Su sabor a misterio, no hizo más que animarme a contemplar mi alrededor,
por un instante sentí que ya no estaba allí, sólo para volver nuevamente a disfrutar
Luego, el frío caló mis huesos
Una gran roca, ofrecía el lugar ideal para el descanso
Entre sombras, las ventisca de primavera acarició mi rostro
Mientras las mariposas ondeaban entre las flores silvestres
En medio de ese paisaje, las figuras, sombras y destellos del día, se traslucían como en una película, con mi mano intenté asir el rostro de una joven mujer, que sonreía
Su imagen se perdía entre miles de arrayanes, tras el río cristalino
Moradora y anima esencial de aquel lugar, dueña del amplio llano que nos rodeaba
Cerré los ojos nuevamente, tan sólo por un instante, y me encontré de pronto en la vieja casona
Las manos ajadas movían unas fotografías del ayer, en una búsqueda de añoranza. Afuera, el sol quemaba los pastos, e irradiaba un calor asfixiante
Lejos, los cerros despoblados, lejos las aguas alegres
Un cielo límpido, y sin cóndores, me vino a recordar que la tierra clamaba por agua,
Esa misma que refrescó mi memoria, en medio de la tarde
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