Nuevamente mis oídos son alertados por el sutil sonido de la lluvia
Esta vez ocurre de madrugada
Observo tras una ventana su despliegue
Me imagino su visita con alegría y afecto
Pues con abnegado esmero parece lavar cada espacio de la ciudad
Dotada de una paciencia propia del amor, asea nuestras calles abarrotadas de basura
Despeja muros con pinturas que desfiguran
y así, cada lugar arrasado por los hijos del fuego
La lluvia vuelve silenciosa
Los programas no la han pronosticado
Esa es otra señal de su autonomía y potestad
No requiere de los aparatos de los hombres para estar ahí
Su presencia simplemente -es-
¿Lo entiendes acaso tú? Que vives tras las pantallas que han capturado parte de tu vida
Comprendes la realidad más allá de las imágenes dictadas por un algoritmo
Prosigo mi reflexión
La madrugada ya se acerca, la hora de iniciar nuestros rituales está próxima
Mientras tanto como una secreta caricia, la lluvia se desliza en los contornos de los edificios
La hora prometida se acerca
Tal como habíamos dicho, la naturaleza ha hablado
Por más que los hijos del fuego se esmeren en destruir, guiados por la ira
La naturaleza volverá una y otra vez
La voz del viento, del agua, de la tierra también se hace oír
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