Leo con agrado el libro que lleva como título “Antología de la literatura fantástica”, compendio elaborado por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.
Los textos corresponden a una selección que tiene como data 1940, allí el prólogo es extenso y precisa los recovecos de la literatura fantástica junto a los alcances casi indescifrables en la atracción a oírlas y narrarlas. Prosigue una posdata de 1965 en donde el revelador autor de la Invención de Morel, aborda ciertas precisiones y busca rectificar juicios o sentencias que a su gusto fueron excesivas o poco rigurosas en el decir. Como sea, el compilado sorprende, promete y revela con elementos constitutivos de una narrativa que busca salir de los cauces normales, aquellos de pauta consignada en la cotidianeidad.
Mantengo mi excursión de lector y aventurero, como si me preparara a viajar en la máquina del tiempo o en el ingenio sorprendente de una explicación de las mil y una noches, de este modo surgen, más bien brotan cuentos de extensión variada y que surten el efecto vital de sorprender, dislocar la línea recta en una elíptica o definitivamente deshacer las premisas para reconstruir desde las bases una nueva concepción. Desde la trama esencial se bifurcan entonces pequeñas hebras de un hilo casi invisible y que no obstante, aborda una historia dentro de otra historia, la que sin embargo implica un subsistema diferente, un universo tan ajeno a esa trama que nos permite releer con nuevos ojos esa realidad a veces gris o sempiterna que percibimos.
Edgar Allan Poe, Ryunosuke Agutawa, Thomas Bailey, José Bianco, Chiang Tzu, Lewis Carrol, Julio Cortázar, José Zorrilla, junto a tantos otros y obviamente nuestros anfitriones mencionados antes, constituyen un verdadero festín desde donde cada instante se torna en una suerte de arena movediza, sin la calibración de certezas y estructuras que acostumbramos leer de forma común…
-El escritor en busca de fama que vende su alma, el enigmático romance de un solterón con un fantasma, el aprendiz de sennin que traspasa los límites de lo esperado- y así cada historia y relato configuran esa dimensión del mundo fantástico que encontramos en cada esquina donde vayamos y que a ratos simplemente olvidamos, quizás por comodidad, quizás por mera costumbre o simplemente por la misma razón que utilizamos anteojos al perder la flexibilidad de nuestra retina. Como cada cual desee explicarse ese proceso allí también encontrará un devenir de incertidumbre que será un fino hilo de la costura fantástica…
En efecto, en este mismo instante mientras ustedes leen, alguien golpea la puerta y me despido tras la pista de un hecho sin par y que muy bien puede ser la oportunidad de ingresar por la puerta de esta historia que no se detiene y más bien avanza sin detenerse hacia esa perspectiva que nos desliga de lo construido, amén de la razón y nos deja en esa faceta de mero invitado sin saber adonde ni cuando; cual Teseo sin hilo ni Ariadna que lo socorra del laberinto de la vida………
No hay comentarios:
Publicar un comentario