Expresión de facetas diversas de una realidad que entraña los destinos de la vida en clave de expresión indescriptible, belleza trascendente y en donde el cielo parece hermanarse con los silentes parajes del desierto....
Los principales atractivos se encuentran en los alrededores del pueblo:
Iglesia de San Pedro: Perimetrada por un muro de adobe que tiene tres puertas coronadas por un arco, es la más grande y hermosa de la región. Fue sede parroquial antes de 1641, pero sus actuales muros datan de 1744 y fueron reparados entre 1839 y 1843. La torre, del año 1964, reemplazó una antigua de madera.
Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige: Su fundador, a quien debe el nombre, fue un misionero jesuita belga que realizó un dedicado estudio de la arqueología andina y recolectó cientos de objetos indígenas, los que con la ayuda de la Universidad Católica del Norte logra reunir en un museo. Con éstos restos arqueológicos se ilustra la evolución de los pueblos que habitaron el Territorio Atacameño en sus once mil años de desarrollo.
Casa Incaica: Es la construcción más antigua del pueblo, techada con vigas de troncos, ramas y paja.
Museo Arqueológico R.P. Gustavo Le Paige: Su fundador, a quien debe el nombre, fue un misionero jesuita belga que realizó un dedicado estudio de la arqueología andina y recolectó cientos de objetos indígenas, los que con la ayuda de la Universidad Católica del Norte logra reunir en un museo. Con éstos restos arqueológicos se ilustra la evolución de los pueblos que habitaron el Territorio Atacameño en sus once mil años de desarrollo.
Casa Incaica: Es la construcción más antigua del pueblo, techada con vigas de troncos, ramas y paja.
Géiseres del Tatio: Emplazado en la cuenca geotérmica de igual nombre a 90 km al norte de San Pedro de Atacama a una altura aproximada de 4320 metros sobre el nivel del mar emergen imponentes fumarolas a través de las fisuras en la corteza terrestre originadas por el contacto de ríos subterráneos de agua helada con rocas calientes alcanzando unos 10 metros de altura y 85°C.
Valle de la Luna: Sitio localizado a 12 km del pueblo, por el antiguo camino a Calama. Es una depresión rodeada de dunas desérticas y cerros con impresionantes crestas filosas, que se encuentra sobre la Cordillera de la Sal. Forma parte de la Reserva Nacional Los Flamencos.
Termas de PuritamaTermas de Puritama]:,Termas ubicadas a 28 km de San Pedro de Atacama, están emplazadas al fondo de una quebrada a lo largo del río que corre a 33,5°c. Es un lugar ideal para el encuentro con la naturaleza y relajación. En lengua Kunza Puri quiere decir Agua y Tama caliente.
Pukará de Quitor, (Aldea de Quitor, Monumento Nacional): 4 km al norte, por el camino junto al río Grande. Es una fortaleza defensiva que data del siglo XII, aunque luego fue ocupada y reforzada por los incas.
Salar de Atacama: 62 km hacia el este. Es una reserva natural de flamencos, de gran tamaño. Este lugar tiene una vista magnifica, mostrando grandes montañas (en el invierno nevadas). Un lugar increíble para visitar y ser admirado por su gran belleza.
Valle de la Luna: Sitio localizado a 12 km del pueblo, por el antiguo camino a Calama. Es una depresión rodeada de dunas desérticas y cerros con impresionantes crestas filosas, que se encuentra sobre la Cordillera de la Sal. Forma parte de la Reserva Nacional Los Flamencos.
Termas de PuritamaTermas de Puritama]:,Termas ubicadas a 28 km de San Pedro de Atacama, están emplazadas al fondo de una quebrada a lo largo del río que corre a 33,5°c. Es un lugar ideal para el encuentro con la naturaleza y relajación. En lengua Kunza Puri quiere decir Agua y Tama caliente.
Pukará de Quitor, (Aldea de Quitor, Monumento Nacional): 4 km al norte, por el camino junto al río Grande. Es una fortaleza defensiva que data del siglo XII, aunque luego fue ocupada y reforzada por los incas.
Salar de Atacama: 62 km hacia el este. Es una reserva natural de flamencos, de gran tamaño. Este lugar tiene una vista magnifica, mostrando grandes montañas (en el invierno nevadas). Un lugar increíble para visitar y ser admirado por su gran belleza.
Creció la simiente en medio del desierto, construyendo la imaginación posible de anhelos significativos. De esta manera, se desplegaron en preciso enjambre desierto, salares, montañas, volcanes, animales variados y todo un indescriptible paisaje de enigma que dio inicio a San Pedro de Atacama.
Piedra que entraña labranzas milenarias, caminos de pioneros anónimos que se pierden en la memoria de un terreno de colores de misterio.
Tierra de rojo ardor, que parece deshacer la frontera de nuestra presencia ilusoria rodeada de una promesa de verde que de piedra se transmuta en pastizales, árboles y praderas por donde ebullen bestias y humanos en la hermandad del refugio prometido....
Volcanes imponentes son los guardianes custodios de lagunas encantadas, en donde se evocan tiempos desplazados más allá del presente, tiempo de encuentro que permite saborear el crucial desafío de la vida, sin más ambages que el signo de la heroicidad.
Cómo solemnes peregrinos que transitan en las caravanas de búsqueda permanente, tras la existencia de los corazones que laten en lo profundo de tus entrañas, allí mismo ante la mirada del Tatio, el viejo guardián desde donde observamos la respiración de nuestra tierra ancestral y primordial......
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