La noche más oscura ha envuelto a nuestra patria la madrugada del 27 de Febrero del 2010.
En medio de un ruido ensordecedor hemos constatado la manifestación del antiquísimo movimiento telúrico que nace desde las entrañas de la tierra que habitamos...
Cada segundo se torna en una eternidad y la vida parece extinguirse inevitablemente sin medio alguno que lo impida más que la divinidad omnipresente....
El clima se desfigura en sonidos ambivalentes: El grito desgarrador de madres en busca de su hijos, las bestias que corren en las explanadas y de cuantos otros atrapados, sustraidos por el mar o devorados por las grietas cual fauce hambrienta que ansía ingerir cada partícula existente en nuestra realidad......
Así, mientras barcos han sido expulsados ladera arriba o casas hacia el mar, la vida se ha rearmado de un modo particular despojados de aquella lógica hasta ahora instalada y reconocida, borrando en forma instantánea la certeza y razón de la que hacemos alarde diariamente......
Algunos pueblos han sido azotados con especial brutalidad por este látigo hasta quedar sumidos en una amalgama de árboles caídos, barro, arena, fuego y agua.
Todos ellos elementos primigenios de una alquimia particular que definen el regreso a un estado primario casi olvidado.....
El escenario ha retornada al comienzo, al Caos previo al Verbo y Logos ordenador de este universo que habitamos.
Del mismo modo el ser humano ha experimentado tal proceso, emergiendo la bestia ancestral que habita en cada uno de nosotros, en una metamorfosis aterradora. Tal transformación ha sido a su vez potenciada por la ausencia de la imagen arquetipica primordial del Totem, Tabú , Chamán o Guerrero que logren calmar las apetencias vitales de la tribu convertida en horda...
Entonces la campiña emerge devastada bajo el signo del salvajismo abyecto y bestial :Incendios, saqueos, riñas, enfrentamientos se han sumado a la devastación natural en una sincronía perfecta, llegando a una perspectiva dantesca......
El espacio para el hombre tornado en "Res Cogitans" ha sido abatido y tan sólo observamos los alaridos del "Homo Lupus Hominem" en la estepa movediza y sombría del desenfreno en la noche más oscura de la tierra amada.....
La luz en tanto no penetra los senderos del tránsito esperado, los ecos del lamento se multiplican en cada instante, llegando a constituir un verdadero coro de almas en pena y bien podríamos señalar que el Angel caído se enseñorea en nuestras tierras......
La heroicidad, valentía y audacia de antaño han sido apagadas como una frágil lumbre ante el temporal devastador, nuestra esencia animal campea y no existe control para semejante fuerza que emulando al azote telúrico nos entrega un panorama de sombras desde lo instintivo de nuestra naturaleza......
Somos así doblemente azotados; Por la fuerza natural desbordada y por nosotros mismos tornados en bestias devastadoras......
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