lunes, 25 de octubre de 2010
Lenguaje Hoy
La expresión de un pensamiento, idea u opinión requiere de un correlato constatable a través del lenguaje. Esta manifestación aparentemente básica y elemental nos dispone en un verdadero laberinto al enfrentar la realidad actual, pues podemos apreciar de manera significativa el deterioro que ha experimentado el hablar tanto a nivel conceptual como razonamiento argumental.
La posibilidad de ampliar ese horizonte que involucra el interactuar humano se restringe dramáticamente cuando observamos y oímos la forma en que la juventud u otros actores sociales se manifiestan. Para ello apelan a modismos, deformaciones y sonidos más allá del típico lenguaje informal que destila en la coprolalia uno de sus vértices de mayor avance.
Si consideramos que como persona cumplimos diversos roles, resulta razonable preguntarse legítimamente: ¿Cómo ejecutarán sus tareas de padres, empleados, funcionarios, jefes,hijos entre otras?
Quizás algo tenga que ver esto con el desafecto familiar, las riñas en los estadios o las discusiones habituales que constatamos en diversos ambientes.
Un escaso lenguaje, nos impulsa más hacia los actos y si estos predominan es factible considerar que imperarán los extremos pues de la capacidad de razón nace el autocontrol. Así a menor riqueza lingüística y de intercambio, menor calidad del diálogo y mayores posibilidades a reducir nuestras relaciones a simple gritos, insultos, carcajadas y a simples afirmaciones o negaciones.El reflejo de esto es nuestra sociedad, por ello al preguntarnos que tipo de sociedad buscamos, en realidad señalamos que personas aspiramos a ser, esto en un contexto de elección más no totalmente determinante pues en ocasiones se confirma que tendemos a validar aquello de moda, lo simple y sin mayor sacrificio.
Así resulta obvio que de no existir estímulos a nivel familiar, de comunidad o social el individuo tiende a recoger de fuentes de dudosa calidad los insumos para su formación.La diaria confirmación de esto es la televisión que lamentablemente ha desbordado la frontera de lo superfluo, instantáneo o simple estímulos dejando de lado el aporte cognitivo, reflexivo hacia quienes siguen su programación.
El desafío es significativo y como todo no está exento de; trabajo, disciplina y voluntad, más la meta que debe impulsarnos es la convicción de que el lenguaje y la información son elementos de desarrollo significativos para la configuración de ciudadanos con una perspectiva de mayor alcance frente al embate comunicacional de cualquier trinchera simplista que intente abordarnos……
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