martes, 15 de marzo de 2011

De Batallas, Simbolismo e Impunidad




Habitualmente cualquier relato de corte épico o justiciero representa un escenario en donde las “batallas” se dan en los campos de Marte, es decir espacios habilitados para la guerra o sitios en diferendo que son objeto de disputa. Así, el avance de cualquiera de las fuerzas en conflicto hacia el comando central del adversario representa una probabilidad significativa de invasión y captura de la ciudadela o país de resguardo, símbolo del triunfo de una de las partesen beligerancia y posible antesala de la derrota para los invadidos.





Lo anterior si bien resulta parcial, puesto que existen contraordenes, rebeliones y posteriores estratagemas que reviertan dicho escenario, representa un hito significativo en el historial de las representaciones del “gran teatro del mundo”. Ejemplos no faltan; Roma sitiada por los Bárbaros, Berlín colapsada por los soviéticos, Vichy capturada por los Nazis y mucha más en el largo historial de la humanidad.





Siguiendo este hilo conductor, podemos recordar asimismo la invasión de la catedral de Notre Dame por parte de los revolucionarios Franceses y su posterior declaración como Templo de la razón. Este hecho para Jung representa la conquista del alma de la iglesia y el inicio del declive del catolicismo a manos de un racionalismo extremo.





Los relatos previos han sido la antesala para abordar un hecho local no obstante relevante y que involucra la dimensión de los derechos de la mujer, específicamente ante la violencia de sus parejas. En efecto, esta semana hemos sido testigos con asombro de la agresión flagrante de una mujer que desarrollaba labores de aseo en las dependencias del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) por parte de su conviviente. Cabe consignar que dicho lugar representa una suerte de catedral y mando central de los derechos femeninos y esta agresión acaece en su interior, lo que al menos invita a pensar ¿que ocurrirá en el hogar?, espacio de predilección para hechos como estos y de mayor brutalidad aún..





Este evento que algunos pueden representar como simple casualidad o paradoja es la manifestación patente de que algo ocurre respecto a las ideas de; respeto, amor y justicia en la pareja. En efecto, el agresor traspasa la frontera de la “batalla” coloquial para llegar a la ciudadela mítica de la defensa de la mujer y sin hacer caso de normas, institucionalidad o autoridad, acomete cual Atila hacia Roma y en este caso procede a golpear sin clemencia a la mujer.





El sujeto detenido posteriormente es puesto en libertad, al parecer el simbolismo implícito de esta decisión es el signo manifiesto de que la fuerza de la institución invadida ya no representa la idea de fortaleza ni mucho menos equivale a la respuesta anhelada por los perseguidos sino es sólo un simple templo de papel que reposa dentro de la burocracia imaginaria y con discursos simplemente vanos ante la agresión de las tropas bárbaras…..





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