miércoles, 30 de marzo de 2011

Divagaciones


Tus pasos transitan en el largo pasillo marcando la huella que surgirá en cada instante detrás de ese amanecer esperado. La vivienda vacía nada remite, nada define sino un extraño olor, mezcla de pasado, tiempo ido desvanecido entre los artefactos mohosos que se amontonan en cada esquina. ¿Adonde has ido?, pues hasta ayer tu figura resaltaba en medio de sillas, espacios, aromas y sonidos de vida. Latido, tras latido, impulso tras impulso conectabas el destino de la vida a ese ambiente descubierto de amor que llamaba hogar.. ¿Adonde has ido?, tu sonrisa no está presente, sólo los rincones cabizbajos, ensimismados y cubiertos de esa sensación a soledad, abandono como los antiguos salones de la abuela; ¿Te acuerdas?. Camino, sigo nuestra ruta, la de días, meses y años que marcaron la rutina, huella invisible ante los extraños que vienen a observarme de vez en cuando, ¿Qué saben ellos?, simples mutantes, abalanzados en un réquiem de indiferencia, ¿Qué saben de amor?, ¿Que saben de mis recuerdos?, plasmados en partículas, en cada instante que te abracé y nuestras manos se encontraron, mientras mis ojos se fijaban en tu sonrisa. ¿Lo reconoces acaso?, es nuestro secreto, te lo dije tantas veces, tu no me creías, me reprochabas y en momentos parecías gruñirme. ¿Te recuerdas?, gruñías de mentiras, mientras tu sonrisa aguardaba para darme el regalo de contemplarla justo cuando perdía las esperanzas. Parecías disfrutar cuando anhelaba tu mirada y de vuelta encontraba evitación. Te lo dije tantas veces, te amaba, mientras escéptica me interrogabas como si desearas encontrar una contradicción ante mi juramento elevado hacia la solemnidad de los cielos… Camino nuevamente, observo la ventana, es otoño, los edificios parecen de otro tiempo, mientras el tránsito repica en medio de avenidas y calles atestadas, nadie parece detenerse, nada es importante para ellos, ¿Qué saben?, si ni siquiera saben de ellos mismos, míralos, como caminan, derrotados, doblados, consumidos, ¿los puedes observar?...... ¿Me escuchas acaso?, quién sabe yo sólo hablo mientras tú estás lejos, muy lejos más no tan lejos como para que mi corazón te atrape y te guarde como la esencia que alimenta mi vida. Tonterías dicen algunos, ¡ja!, -ellos los que más viven-, me río en su cara, que decirme a mí, ¿que saben?, -dímelo tu- que con esa sonrisa alimentabas mis días de fatiga y recordabas que mis sueños y vidas anteriores tenían sentido pleno. Anochece, ¿adonde han ido todos?, ¿nos reuniremos los sábados nuevamente? o tal vez subiremos un cerro, caminaremos al teatro a ver esa obra que te gustaba, ¿no lo sé?, la verdad es que me encuentro preso en esta casa y no tengo opción, debo encontrarte para iniciar nuestra vida de nuevo, así deberé partir en mi peregrinaje hacia el camino que me llevé a ti.


Tu no me conocerás yo tampoco, sólo sé que cuando vea tu sonrisa algo parecido al recuerdo y la nostalgia brotaré en mí, quizás hasta una lágrima emerja como el manantial que se abre paso en medio de rocas, arenas y horizontes perdidos en medio de la nada. Así será nuestro reencuentro, ¿lo dudas?, tu siempre dudaste de mis palabras, que más da que una vez más evites asumir que yo soy tu y tu eres yo; La Flor dorada del eterno retorno……..

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