Cae la lluvia sobre la faz de la ciudad
Ciudad oculta entre el hollín
Ciudad extraviada de parajes idos
Cae la lluvia y su golpeteo es caricia
Afecto de la mágica provisión celestial
Así en medio de la nada, surge sonrisa oculta
Aquella que se encuentra en rincones, calles y avenidas
Las del pasadizo entre la realidad y la fantasía
Las gotas se acoplan, susurrando un canto
Mis oídos se esmeran en oir, simplemente oir
El viento desplaza el agua en forma sinuosa
Bañando escondrijos, autos y transeuntes desprovistos de ilusión
Poco a poco se va removiendo el velo
Aquél que cubre, prohibe y calla
Así, en medio de la tarde se aprecian los macizos cordilleranos
Blanqueados, como una sonrisa límpida
Como castillos invernales
Custodios del presente, pasado y futuro
Cae la lluvia, es invierno, las aves cantan
Rodeando los círculos vitales del rito
Más allá, el río corre a sus anchas
En un encuentro majestuoso
La mujer que camina lo hace de manera distinta
Lo mismo el anciano y el niño
Cada paso es nuevo, no hay huella
Es la libertad de quién rehace la historia
Pues así la lluvia, remoja las entrañas
Trayendo la alegría en clave misteriosa
La tierra se solaza, los brotes se preparan
Aún lejos de la primavera, la lluvia es recuerdo del porvenir
Ese que late internamente, ese que corre sin resguardo
Una y otra vez
Día a día, por siempre, en el instante
Como la serena mirada de ese amor
Que no se olvida, ni se olvidará
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