Camino en forma decidida, el paso se acelera en la medida en que me sumerjo en ese mar de personas que van y vienen en dirección diversa. Unos entrando, otros saliendo de esa gran fauce de construcción artificial que emula a la caverna primigenia, la transición al mundo de luz y oscuridad. El metro es modernidad en transporte, más evoca distintas percepciones al momento de transitar por sus laberintos hacia destinos subterráneos y de cauce telúrico.
No obstante hay algo más, algo que en definitiva agrega nuevos condimentos a esta experiencia, simple imaginación dirán algunos más allí está la idea que se plantea, surge y prospera en mi caminata hacia el rumbo escogido. Idea antiquísima que se encarna en observación , reflexión y luego en pensamiento y expresión. Los pasajeros y caminantes por alguna razón enigmática me parecen conocidos; ¿reflejo de un tiempo pasado, quizás ido que se actualiza en este otro tiempo llamado presente?.
Así por ejemplo una muchacha de pelo ondulado y largo junto a su ropaje me parece asombrosamente familiares, lo mismo una anciana que camina, al niño que juega de la mano de su madre e inclusive el hombre obeso que a paso lento delinea su marcha en medio de una oleada que emerge del carro. Una escena reiterada, un tiempo que no es sino imaginación, mera ilusión y que permite la misteriosa continuidad de un modo mucho más estable que lo que imaginan los predictores de la sociedad.
Es cierto que alguien puede espetar que todo cambia y desde allí afianzar sus defensas de la variabilidad más extrema, empero, ¿Qué hacer?, ante la transición de las formas y estilos que se sumergen y luego reaparecen como el sol y la luna sino validar que bajo la sutileza del cambio se encuentra una dinámica de inmanencia que nos dispone frente a una suerte de escenario que si bien goza de retoques e inclusive de modificaciones arquitectónicas, encontramos finalmente la obra en pleno, sustentada y expresada como un mensaje de retorno, el eterno retorno que trae a nosotros el recuerdo de lo experimentado, lo vivido y vivenciado como algo mucho más cercano y fresco de lo que pensábamos hasta ahora….
Todo ello ocurre curiosamente, en este viaje evocador en donde el contacto con el mundo subsole y subterra se instala en este medio de transporte como algo cotidiano, emulando con ello en nuestro inconsciente la experiencias remotas que arraigadas persisten en una memoria ancestral y abriendo desde allí una perspectiva que aunque flotante logra penetrar en la mera vivencia rutinaria.
No sólo los rostros y vestuarios me parecen conocidos, muchos aspectos parecieran brotar, simplemente exponerse sin pudor ante mi persona y acercarse con rostro de viejos conocidos. En efecto, en una esquina una pareja de fiel romance es la misma encarnación de los amantes eternos de la historia, más allá una manifestación de multitudes se expresa tributaria de tantas revueltas con la violencia contenida, la intolerancia por su lado no es menos expresiva que en el pasado, asimismo el pillaje de antaño encarnado en tretas y lenguaje desenvuelto capturan a nuevos ingenuos en el ahora, el fanatismo que vuelve a idolatrar a Tiranos como divinidades e inclusive el rostro pasivo de quienes han claudicado y sólo esperan sin más , me es conocido. Me siento entonces hermanado con el clásico integrante de la asamblea, aquél que lanzó a los cuatro vientos el “Nihil Novum Subsole”..
Las preguntas me embargan y no se detienen;- ¿Seré un ser ajeno?-, ¿Acaso un hombre demasiado viejo, como para reconocer las triquiñuelas del olvido?, que cual Leteo priva de memoria a la humanidad en una ilusión de tiempos nuevos, cambios y reformas que no logran sino reiterar la presencia de la rueda que gira permanentemente con sus niveles estimados en cada instante-
Una sensación de angustia me recorre, es curioso que ello no logre ir más allá, pues si bien cada escena resulta una simple evocación, un recuerdo de aquello ido, empero en esto mismo radica que también se renace como las flores en primavera, trayendo la esperanza del reencuentro con todo aquello que ha partido, así cada instante es una oportunidad de actualizar la experiencia acumulada por milenios en nuestra especie y por siglos inclasificables del entorno universal.
Así, todo surge como posibilidad, pues como ha sido así será, inclusive que esta manifestación sea la misma que me llevó en un tiempo primigenio a preguntarme por doquier; ¿Para que Buscar? y que una tarde recibió como respuesta, un simple: Ven y Verás que aún retorna a mi memoria, en constante alegoría de motivos diversos en este viaje de recuerdos, reencuentros y devenir por la vida....
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