Y fue así como pude observar a una extensa masa humana, que caminaba en una suerte de somnolencia.
Pues pareciendo despiertos, igualmente tenían la apariencia de estar dormidos o bajo un efecto desconocido que les impedía reaccionar como se hubiera esperado.Caminaban y se desplazaban mansamente la mayoría.
Parecían incapaces de acción, su mirada era fija o cabizbaja, y esos eran los que denominé apacibles.
Dentro de los apacibles, había quiénes al parecer nada valía la pena de esfuerzo o tesón, tampoco de voluntad. Pues habían perdido la esperanza de un horizonte mejor. Y eran estos, a quiénes primero habían consumido los hijos del fuego.
De tal forma, eran esclavos de dicho grupo reinante.