Se alza la mano vil de traición
Como Judas recibiendo sus monedas
en la oscura calle de oriente
Efialtes en las Termópilas o Bruto en Roma
Cada cual calibrando su conveniencia
Besando la mano del nuevo amo
Desplegando las velas ante el viento reinante
Cruzando los mares del oportunismo
Fiel y sumiso servidor
Inclinas tu cerviz ante la ocasión
En un ritual inagotable
Sobreviviente que anhela eternidad
Cual marioneta en su escena
Mientras siembra el campo de infortunio
Mera especulación de lealtad
Con rostros tornados en agria fuente
Junto a criaturas sedientas del olvido
Labras la vil intriga como aracné
En una suerte de mandato ancestral
Caminas a tientas, siguiendo el sutil aroma
Cual serpiente entre pastizales
Suave desplazamiento que adormece
Hasta consumar el sueño del infortunio
De quién ha de ser ofrendado
¡Escucha!: son los gritos de euforia y lamentos
Las calles se consternan
Más nada te distrae
Luego vendrá el destierro
Hasta que nuevamente urdas tu destino
Tras el ciclo ancestral de tu estirpe
En la silente noche del olvido
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