No paso mucho tiempo, para que se apreciara una bandada de aves sobrevolar el lugar, de ahí en más; llovizna, riachuelos, brotes y diversas criaturas se hicieron comunes.
Una mañana, desde el río principal, se presentó una mujer blanca que relucía como nieve, provista de atuendos extravagantes para quienes pudiesen observarla y desplazarse. Presentaba un cierto aire de realce, otorgado por su andar. Su figura evocaba antiguas diosas, imágenes evanescentes que nacen desde lo profundo de nuestra historia como arquetipos de suprarealidad.
Los lugareños se acercaron con cuidado y la observaron con atención por largo tiempo, para luego danzar alrededor en un acto compulsivo y de festejo (mal que mal, en ese lugar no crecía algo semejante desde la mujer cabellos de fuego )....
Su cuerpo era ondulante y altivo, con una mirada serena que calaba hondo a cada quién osara mirarla directamente a sus ojos de azul cielo. Los Hombres la llamaron "Wuina", que vendría a ser un concepto de diosa-mujer, hija de la montaña. Las mujeres en tanto la denominaron; "Huidal" que es una expresión de cualidad fría, marmórea y ventisca. Como sea nuestra Mujer-Diosa, extendió los brazos y abrazó fraternalmente a cada uno de los personajes que la observaban entre aturdidos y expectantes, luego se sumergió en el río y se baño, despojada de todo atuendo. Posteriormente, se envolvió en un traje reluciente y se adentró en busca de comida, algo que los seres tribales no pudieron negarle.....
Podría decirse que con la llegada de la mujer las transformaciones iniciales alcanzaron un punto culmine, así se multiplicaron especies y alimentos. Con esto, los lugareños se sintieron bendecidos por ese cambio que veían encadenado desde la minúscula partícula hasta el universo, y que para ellos era ahora una muestra patente de que nuevamente la deidad los favorecía.
Al amanecer,de un nuevo amanecer, los hombres danzaron alrededor del cactus, este había extendido una suerte de brazo que se alzaba más allá de los límites de días previos y vino esto acompañado de nuevas bandadas de aves, crecidas de río y migraciones de ciervos y guanacos que auguraban una despensa abundante.
Las mujeres en tanto, se acercaron a la mujer-diosa, una a una fueron tocadas en su frente y podríamos decir que un destello emergió de cada una de las integrantes. Una cualidad de realce también se extendió a su propia humanidad trayendo en ellas una suerte de conciencia "cualitativamente" distinta...
Al poco tiempo, el vientre abultado evidenciaba que la expansión y fertilidad no alcanzaba tan solo a la naturaleza de prados, flujos fluviales y bestias, sino también a los seres humanos. Todo aquello, fue acompañado con una inmensa bola de fuego que se consumió en el horizonte. Los lugareños, dijeron que era el consorte de "Wuina", quién se expresaba de tal manera, pues había pasado mucho tiempo sin su amada..
Como fueran las cosas, un día cualquiera de aquellos indeterminados, la mujer-diosa se levantó y visitó a la vieja sacerdotisa en su aposento, luego de una hora, salió de allí para encaminarse más allá del río para no volver....
Al rato las mujeres comenzaron a parir, una a una, un niño o niña de realce y destello particular, junto con ello, la vieja machi, salió con un niño en sus brazos, dijo que era el regalo de la diosa-mujer y que ese niño era también su futuro guía, pues era el legítimo heredero de la estirpe de sus ancestros.....
Corrieron y danzaron todos alrededor del cactus, para luego sumergirse desnudos en las aguas del río de la montaña...
Allí donde nada crecía, allí donde la espera era más grande que el tiempo, volvía nuevamente la vida a comenzar, en cada rincón, en cada espacio, de manera misteriosa ,de la mano de la mujer-diosa y de aquellos lugareños del fin del mundo.....
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