viernes, 30 de marzo de 2012

El extravío

No pasó un segundo cuando una luz serpenteante se coló por la ventana para comenzar a danzar de una forma absolutamente anómala. ¿Como podía estar pasando aquello?, -se pregunto asimismo-. Nada era real, su visión, la ventana, la misma luz, ni siquiera aquél momento, todo era parte de una ilusión, sin embargo altamente convincente...


Entonces, se dispuso a salir de aquella visión y se lanzó hacia la muralla, para su sorpresa la muralla era firme, demasiado real. No sabía que pensar, en ese espacio la realidad y la ilusión se mezclaban y alternaban como una suerte de juego de algún genio travieso.....


De pronto, una voz se coló en medio de aquella escena y fue portadora de un mensaje enigmático: camina para errar y duerme para encontar....


En medio de un panorama tan difuso no dudó en caminar, pues en aquella tierra todo parecía ser lo inverso y así pensó que caminando encontraría y soñando erraría. Como fuera, en elgún momento su camino se extravió en medio de la neblina sin precisar destino...


De lejos, la voz incógnita se lamentaba que su credibilidad no hubiese sido suficiente para convencer al extraviado, pues pasarían cien años hasta que pudiesen encontrarse nuevamente..


Todo ello y mucho más era tan habitual en aquellas tierras así como el día y la noche, de nuestro planeta......



(Divagaciones y relatos extraños en una noche de otoño).....

jueves, 29 de marzo de 2012

Decisión Vital

-Caminó por largo tiempo sin rumbo- en su extravío no supo donde estaba el norte, sur, oriente u occidente. Solamente el andar, ese tránsito de búsqueda que encarnaba esencialmente su vivencia existencial...





Luego de ocurrida esa travesía, experimentó la sensación de oir una voz, -era extraña, algo zalamera y sugerente-, esta voz le repetía: -¡salta!, ¡salta!, ¡muere!,¡muere!. No obstante encontarse en una suerte de abismo literal , reaccionó y escuchó conjuntamente otra voz que también emanaba desde si, era una voz conocida, lejana y sin embargo llena de sentido.



Esa voz le decía: eres especial, quédate, vive, vuelve, para transformar. ¿quién era la portadora de esa voz?, no lo sé a cabalidad, pensé en mi abuela muerta, ella me quería y aconsejaba, era mi protectora ...



"Fue una suerte de contienda interna, una verdadera lucha de vida y muerte, que yacía en mi interior, ese microcosmos que era mi interior , que a su vez era la representación del inmenso macrocosmos todo aquello emergía con un sentido inexorable e ineludible" (señalaría más tarde nuestro relator)....



Miró entonces hacia el horizonte y alrededores, encontró hermoso todo aquél paisaje; la brisa, las aves y ese aroma inconfundible a las flores del parque. No dudó entonces en llamar y buscar ayuda para su problema, ahora lo sabía y había decidido asumirlo sin ambages ni postergaciones....














lunes, 26 de marzo de 2012

La muerte de Sofonisba

El silencio envuelve a la joven Sofonisba, su imagen pétrea como estatua vigila desde su refugio los diversos acontecimientos de la guerra desatada, recordando cada uno de los episodios que han sucedido vertiginosamente. Alabada y admirada en las calles y salones en Cartago y alrededores debido a su hermosura e inteligencia, la hija de Asdrúbal Giscón guarda un secreto: desde niña ha estado enamorada de Masinisa, joven príncipe de los Numidas orientales, quien también corresponde su amor e incluso se han juramentado en secreto, más su destino se encuentra al filo del abismo, debido a la desesperada situación de su pueblo ante Roma. Por ello, en las horas venideras su ruta aciaga se delineará con el capricho de las Moiras….


En efecto, Sifax el pervertido Rey de los númidas occidentales también la desea y al mismo tiempo aspira a ser el único rey de las tribus Numidas. Cuando el padre de Masinisa muere, Sifax se apodera de todos los territorios númidas y coincidentemente en ese escenario, se produce también el avance de Roma hacia África, específicamente a Cartago. Ante esta situación la gran capital del imperio africano pide ayuda a Sifax, quién acepta, no sin antes exigir instantáneamente como esposa a Sofonisba para realizar la alianza.
De este modo la familia de Sofonisba y los aristócratas Cartagineses rompen el compromiso de la hermosa heredera con Masinisa y la entregan a Sifax, prometiéndole también ayudarlo a eliminar del todo a Masinisa. De esta manera Sifax proporcionó tropas en ayuda al general Aníbal, apoyando la causa contra Roma.


El traslado a la ciudad de Sifax es realizado con el riguroso protocolo de su estirpe y sin mediar ningún tipo de reflexión más que el porvenir de su pueblo.


Viendo la situación, Publio Escipion inteligentemente ofrece ayuda a Masinisa para que pueda recuperar su reino, este movido por el odio y rencor hacia Sifax y Sofonisba por la traición, no duda en establecer una alianza con los romanos, decidido a aplastar a los cartagineses. Así el camino de la guerra púnica se delinea favorablemente hacia los romanos y de paso Masinisa recupera su trono derrotando a Sifax tomando posesión de la ciudad imperial númida.


Cuando Masinisa y su ejército entraron a la ciudad, Sofonisba conmovida por el reencuentro de su antiguo prometido y al mismo tiempo por el temor ante su ira, se presentó de rodillas ante él pidiéndole perdón y jurándole que lo amaba solamente a él y que odió con todo su ser a Sifax. Como Masinisa aún la amaba, se casó con ella ese mismo día, y se juraron amor eterno, prometiéndole que la protegería de Roma.


No obstante, el hilo del camino delineado por las moiras en sus ruecas no era precisamente ese. Frente a este hecho, el astuto y frío general Escipión, temiendo que Sofonisba convenciera a Masinisa de volverse contra los romanos, le exige que entregue a la joven mujer como botín de guerra (ya que era una cautiva romana) para ser humillada públicamente en el desfile romano. En el mismo acto, el mismo general le recuerda la alianza y deberes que cumplir con Roma. Al sentirse entre la espada y la pared, y para evitarle la humillación de su mujer y la ruina de su pueblo, Masinisa envía un esclavo a la alcoba de su esposa y le manda decir: "que cumplo con mi palabra, no caerás prisionera de los romanos y que beba de la copa que le acababo de enviar". Sofonisba al abrirlo se percata del veneno contenido y con lágrimas en los ojos pide al esclavo que señale a su amo: “ que el había sido el único gran amor de su vida y que no ha tenido gran fortuna al tener sus funerales la misma semana de su matrimonio". Cuando el esclavo vuelve, Masinisa ve su expresión y con esto supo al instante que su amada había muerto.

Después de eso, y sin importarle nada más, unió sus tropas con las romanas cumpliendo con la alianza. Su caballería jugó un papel determinante en la decisiva batalla de Zama, del año 202, que supuso la derrota total de los ejércitos cartagineses comandados por el mítico general Aníbal.

viernes, 23 de marzo de 2012

Esa voz

Brisa suave, susurro de mil voces
Camino de encuentro en perspectiva
Junto al aroma de antaño
La tarde es transición
Mientras el disco solar marcha
Las cumbres distantes parecen acercarse
En un concierto de extravío
Sueño, ilusión del llamado perdido
Día tras día, en medio de tu imagen
Recuerdos que brotan cual manantial
Desde las profundas aguas de la tierra
Mientras en algún lugar me llamas
Así, cada susurro se transmuta en oportunidad
Como esta tarde, donde tu voz es traída
De la mano del viento de oriente



jueves, 22 de marzo de 2012

Intriga

Se alza la mano vil de traición
Como Judas recibiendo sus monedas
en la oscura calle de oriente
Efialtes en las Termópilas o Bruto en Roma

Cada cual calibrando su conveniencia
Besando la mano del nuevo amo
Desplegando las velas ante el viento reinante
Cruzando los mares del oportunismo

Fiel y sumiso servidor
Inclinas tu cerviz ante la ocasión
En un ritual inagotable
Sobreviviente que anhela eternidad
Cual marioneta en su escena
Mientras siembra el campo de infortunio
Mera especulación de lealtad
Con rostros tornados en agria fuente
Junto a criaturas sedientas del olvido
Labras la vil intriga como aracné
En una suerte de mandato ancestral
Caminas a tientas, siguiendo el sutil aroma
Cual serpiente entre pastizales
Suave desplazamiento que adormece
Hasta consumar el sueño del infortunio
De quién ha de ser ofrendado
¡Escucha!: son los gritos de euforia y lamentos
Las calles se consternan

Más nada te distrae

Luego vendrá el destierro
Hasta que nuevamente urdas tu destino
Tras el ciclo ancestral de tu estirpe
En la silente noche del olvido

miércoles, 21 de marzo de 2012

Visita

Volviste cual aparición:
De imprevisto, sin aviso
Una casualidad entre miles
Mujer de misterio y sueños
Simple ilusión que rompe las certezas
Del escenario de nuestras vidas
Acompañas tu sonrisa encarnada de promesas
Como recuerdos de transición, melancolía del pasado
Junto a ese aire de mediación existencial
Tan propio de vivencias extremas
Cuerpo delineado por una silueta de proposición
Sensualidad bañada del oro de Isis
Enigmática como Parvati
Mirada extrovertida y salpicada de deseo
¿Mera proyección o simple formalidad ?
Las preguntas ebullen ante la imagen primigenia
De quién me visita con halagos
Acompañada de sirenas que entonan sus melodías
Elusiva promisa de futuro
Del que ve lo inexistente
Brazos alineados hacia el oriente
En una danza milenaria
Anima proyectada de anhelos
Juego de alucinaciones fantasmales
Sonríes y quedas reflexiva
Como esperando mi acercamiento
El silencio guarda tus secretos
Allí te quedas: mitad furor mitad ensimismada
Mientras la vida cursa su camino
Mientras te marchas de mi vida
Tras la puerta de la ilusión que ha golpeado
En una dimensión distante
Simple recuerdo de mundos perdidos
Para quedar nuevamente solo
En ese eterno retorno de mil vidas

Memoria

Dulce memoria, simple evocación
Alas de sueños hilvanados
Que se suceden sin cesar
Pues de ellos has venido en una noche olvidada
¿Cuándo sucedió?, tiempo remoto
Confusa evocación de instantes que se esfuman
Tras la ruta extraviada de la humanidad
Historias, relatos y rituales
Observarás a tu paso
En donde cada cual señalará su verdad
Mientras, en cada momento la búsqueda continúa
Tras el llamado hacia la ruta prometida
¿Canto de Sirenas o Arcángeles?
Quién sabe, el camino es el camino
Viaje inspirador, oportunidad de amanecer
En el devenir de posibilidades ocultas
Mientras tu vida se desplaza en la ilusión
Destello de momentos e instantes
Tras la esencia prometida
A lo lejos tu silueta se disemina
Como la nube en el mar
Memoria, recuerdo de vida
Sonrisas y momentos
Mientras llegas al gran océano
Tus pies se funden en la fuente
Con sonidos de olas que danzan su proceso
Acordes delineados para el encuentro
De la danza milenaria
Memoria, sonrisa manifiesta
En una tarde de otoño frente al mar
Pasos de niño y adulto en el momento
Sueño eterno de retorno

lunes, 19 de marzo de 2012

Encuentro

Luego de largas jornadas en donde los fantasmas y sombras que moraban en su interior se manifestaron sin ambages, expresando su parecer en un diálogo a ratos simplemente vociferante, nuestro viajero quedó extenuado y asimismo liberado.
 Un largo episodio de silencio rodeo su paso, en dicho instante todo pareció detenerse, una suspensión del tiempo en donde transitaba como un elemento incógnito relució en el conjunto de ideas que se agolpaban en su mente.Todo aquello, le parecía simplemente una suerte de engaño, una trampa para divertir a un perverso genio o espíritu quién se divertía observándole desde una suerte de nube, sin embargo era real, incluso mucho más que la montaña por donde caminaba en aquél día. Un sueño, se dijo asimismo, un sueño que me lleva nuevamente hacia tierras de cursos inexplorados, personajes que emergerán de cualquier forma en lugares recónditos y que nuevamente facilitarán el extravío. No pudo dejar de pensar que su perspectiva era algo tremendista empero nada era para el lo que simplemente aparentaba y desde dicho predicamento volver al centro resultaba una tarea digna de un titán.

Las colinas parecían desdibujarse a medida que descendía, los cielos cada vez más celestes y esa incomparable brisa que traía el aroma de frescura se escurría en cada parte de su vestimenta, impregnando los mensajes de la gran fuente. En ese ir avanzando por aquellos parajes olvidados y presentes, sus pies no dejaban de impresionar, pues parecía que volvían a su hogar. En el sólo hecho de andar se conjugaba el reconocer aquello almacenado en una esfera de recuerdos inmutables junto a la oportunidad de que los mismos emergieran en una proyección de extensa magnitud. Pensó con alegría en su lejana infancia y de inmediato vinieron tardes de caminata en verdes prados junto a las aguas del río que bordeaba su pueblo. -Tardes enteras-, repitió en silencio sumergido, atraído por ese misterioso canto de personajes que recorrían una travesía para reunirse junto a su voluntad de creer en la claras aguas de ese refugio.

Dichos predicamentos le envolvían como suave seda, llevando su presencia a la mera formalidad, se sentía transportado a un mundo distinto, algo muy diferente a la rutina que había conocido. Sin lugar a dudas quién observara detalladamente su andar definiría que era más bien propio de la convicción, con ademanes y gestos de expresión mecánica que repite un paso tras otro, una suerte de peregrinación en donde la revelación aguarda y no deja espacio para titubeos ni ambigüedades. Así, podríamos testimoniar que si bien su cuerpo estaba presente, su mente volaba lejos de aquella comarca, en una ensoñación de innegable impacto en su persona. -Que fácil resultaba aquél descenso -se repitió asimismo-, versus la lucha desenfrenada del ascenso inicial. Allí sentía como si unas manos sutiles le ataran, inmovilizándolo e impidiendo su avance hacia la conquista de la cumbre.

Luego de culminada una primera etapa, su andar se dirigió hacia el oeste, en esta decisión no hubo el mínimo aspecto de duda, era como si la música de una lejana estancia le llamara, un encanto en curso que le poseía y del cual nada podía hacer frente a ello. La brisa nuevamente silbó de manera graciosa y en esta ocasión parecía más cercana de su origen, de alguna forma los contenidos se tornaban nítidos y anunciaban un encuentro con la una nueva estación, algo diferente y sin la capacidad de explicar de forma sencilla. ¿Acaso la última estación de aquél viaje?, -se interrogó-, no dijo nada más y prosiguió su rumbo, las aves le daban la bienvenida volando en círculo que luego ascendían en espirales de suave trazo en el cielo y parecían rendirle un justo homenaje a su llegada.

El sonido de las olas era creciente y asimismo el aroma que emanaba de la gran fuente, de esta forma en un momento dado se dio paso al encuentro, la gran amplitud del océano se hacía presente ante sus ojos. Descansó con la mirada fija en el horizonte, mientras el sol cursaba su viaje milenario y parecía que remontaba el azul cenit para refugiarse en la lejanía de su hogar. Miró aquella escena con algo de melancolía, sabía que alguna vez había estado en esa situación aunque ignoraba cuando o cómo. Los recuerdos de la transición de Helios o el disco solar de Ra aparecieron en su pensamiento por corto tiempo, luego dejó que cada idea avanzara como las nubes de ese horizonte que se presentaba ante si, pues el ya no estaba en ese presente, sino en el ensueño de los elegidos a la travesía.
Luego de meditar comenzó a caminar hasta tocar las aguas del gran océano, cada paso era un a suerte de contacto esperado, que permitía entender su inicio. De esta forma avanzó cada vez más hacia la profundidad, parecía que iba deshaciéndose e integrando su corporalidad con las aguas danzantes que parecían mecerlo. Así procedió paulatinamente, sintiendo cada partícula de su corporalidad para unirse a ese viaje de encuentro con la gran fuente primigenia desde donde habían emergido hace millones de años los primeros atisbos de vida, en una nueva búsqueda que le llevaba hacia el fin de una fase donde cual río desembocaba en ese gran caudal que albergaba a cada ser dentro de sí. Luego de su integración total, vino una sensación de ensueño que lo llevó a un instante de silencio,esto le pareció una eternidad en medio de la música que emanaba de cada espacio desde donde ascendía.....

miércoles, 14 de marzo de 2012

Un Viaje Austral

Inicio un viaje hacia el extremo sur, una aventura de encuentro con el mundo de Magallanes, donde navegantes osados y exploradores labraron un destino en nuestro territorio, cuando este aún transitaba por el mundo de Yamanas, Selknam, Kawescar y Tehuelches.

Mi partida es una remembranza por parajes indómitos, es la víspera ritual de quién se adentra en la historia profunda de caminos delineados por otros, -antes, mucho antes de que la memoria recuperara el destello de conciencia respecto al destino prometido-. Tiempo meramente artificial, ilusión de convenciones que permitía descubrir al simple neófito, ese espacio mágico que cruza hacia el continente de los hielos.

Punta Arenas es nuestra anfitriona, allí camino tras la búsqueda que atrajo a tantos y aún mantiene el imán hacia un devenir indeterminado. Me acompaña la imagen de ella, cuerpo presente de sonrisa que llevo en el corazón, así como la promesa realizada de encaminarme hacia el misterio de la vida austral lanzada hace ya tantos años cuando aún era un niño.

La costanera maravilla con ese mar que es inicio y salida por la vía del estrecho donde tantos buscaron la transición entre los dos océanos y donde por mucho tiempo los habitantes primigenios navegaron sin más guía que el recuerdo de sus estrellas y dioses tutelares.

El viento campea, es amo y señor ante un frío que se asoma, más no logra inhibir a los caminantes que transitamos por veredas y calles labradas de nombres con una historia significativa para este extremo de nuestra tierra.

-Es extraño-, pues esta tierra representa una suerte de encuentro amplio que traza una línea imaginaria tras la búsqueda del camino prometido, en las mismas condiciones que cuando en mi niñez conocí de los rituales del Hain, llevados a cabo en medio de una estepa amplia, que era el templo diseñado para el designio trazado por los chamanes correspondientes. Huelo nuevamente esos aromas de tiempos remotos resguardados en el hielo, como una suerte de conservación predispuesta para el visitante. El tránsito ahora es hacia las afueras de esta ciudad, más allá de las convenciones establecidas en los límites, hacia un espacio devenido en santuario de todo aquello que ahora es recuerdo.

Una cadena montañosa avanza por medio de la tierra consagrada como una gran serpiente que destella sus escamas hacia el cielo: Torres del Paine. Estas configuran un macizo reluciente junto a otras estructuras otorgadas por este templo natural donde recorro senderos perdidos, deambulo en el silencio de la cordillera y desde una peña avisto al cóndor en su vuelo de vigía milenario, una manada de guanacos que pasta calmadamente, la pasividad de ñandúes o al astuto carancho rodar potenciales presas.

Todo ello sorprende, de cierta forma abruma y reduce al espectador a un rol secundario ante la majestuosidad que nos rodea. Sin embargo el camino ha reservado algo distinto, pues un poco más arriba de la ruta aparece un Huemul que camina solemne sin mostrar apuro ni sorpresa alguna, su andar recuerda a quienes son amos y señores, cuyo despliegue es significativo más no altera su rumbo ni marcha. Pienso un instante que el viaje ha sido una suerte de concilio con diversos integrantes destinado a recordar y resguardar esa tierra mágica de la cual emergieron.
Mi marcha me lleva a la orilla del lago Grey, sus aguas se muestran agitadas y en su extensión se puede observar un enorme iceberg que navega a la deriva, desprendido seguramente de la lengua del glaciar que alimenta a esta fuente y espejo del cielo límpido que parece caer en cualquier momento sobre nosotros.

La tarde avanza y sobre las lomas cercanas se asoman nubes caprichosas que simulan las humaredas de patagones ancestrales que se encuentran avanzando desde tierras lejanas.
En ese mismo instante constato el desgarro de la tierra, las trazas de fuego voraz que han consumido una extensión significativa de aquel Santuario, su huella de destrucción se pierde tras colinas y valles. Un bosque de lengas carbonizadas mora como testimonio fantasmal y me deja perplejo ante semejante destrucción. Pregunto y nadie responde. -Ha sido el hombre- me refiere una voz, -no cualquier hombre – asevera, ha sido aquél que usa el fuego como exterminio, pues de otra manera la naturaleza lograría comunicar lo mismo que a ti, -me refuerza nuevamente la voz-….

Todo aquello resulta inquietante, más sin cuestionamientos asumí que la voz realmente emanó y que era portadora del mensaje de la multitud de bosques, bestias y seres diversos. Era la voz del espíritu de todo aquello, por esta razón no me incomodé, sino más bien sentí que representaba una expresión legítima del dolor y consternación ante semejante desastre.

Estas experiencias y muchas más se me presentaron como verdaderos dones de revelación en el viaje hacia el sur mágico, todo ello lo he querido testimoniar ahora que he sabido que la hermosa Punta Arenas ha sido inundada por un temporal. Asimismo no puedo evitar recordar esa voz que se desplegó en sueños señalándome: “Es el agua que clamaba el santuario mientras sus entrañas ardían y eran consumidas por el fuego vil del exterminador, es el llanto de un mundo olvidado ante la indiferencia de quienes debían ser guardianes del Templo”….

jueves, 1 de marzo de 2012

Dialogo Zen

Un gran general preguntó al maestro:
-¿Realmente existen el paraíso y el infierno?
-¿Usted qué hace? -Soy un general.
-¡Haa! ¿Qué general? ¡Mas bien parece un carnicero!
-¡¿Qué?! -dijo furioso el general-
¡Lo voy a matar!
-En este momento se abre la puerta del infierno.
-Disculpe, perdí mi postura...
-En este instante se abre la puerta del paraíso.

D.T Susuki