martes, 29 de enero de 2019

La Marcha


  “He allí que avanzan los jóvenes”. 
Se muestran fuertes y viriles.
 No temen a nada, o al menos eso dicen sus rostros. 
Atrás, le siguen niños con sus madres y criadas.
 En tanto, desde el salón de honor, les observan ancianos y adultos retornados de extensas travesías y meditaciones.
“Ellos son el contrapeso de los jóvenes guerreros”,
 con su ímpetu y temeridad a todo evento. 
Asimismo, de sacerdotes fanáticos o severos.
 Al extremo de la demencia del sacrificio vano.

Consejo




Con calma en mi interior,  escuché la voz que decía: 
“Es más valiosa la frase certera, que mil hojas espurias”.

Atento entonces a las alabanzas y halagos, 
a doctas palabras, que sólo rellenan el vacío de tu  existencia. Sin responder, por el fin último, ni por la luz que trae el amanecer.




* Nota de un viejo libro encontrado en mi escritorio

La visión


       Imagen relacionada

El tiempo cambiaba, algo extraño preocupaba a la tribu y en mi interior también...

Me dirigí la noche de luna llena, al pequeño monte. 

    Allí, junto con el mar de estrellas que decoraba el cielo, tomé la pipa ancestral y llamé al espíritu del árbol. 

     Su humo, me hizo avanzar en penumbras, hasta que de pronto me sentí transfigurado. 

     Tres lobos eran  mi proyección, ellos me acompañaban como guardianes en esa larga jornada.

     Dos Lobos Negros y uno Blanco, caminaban conmigo por el río, si bien el  curso era débil,  (como no lo era hace mucho) el paso era difícil, entre piedras, barro y ramas atrapadas como verdaderas trampas.

De pronto, los tres lobos encontraron al gran  Oso, en nuestro camino.

Un oso pardo, que mostraba sus filosos dientes y lanzaba sus zarpas como saetas letales. Más, ellos eran valientes y me defendían. Lucharon de manera hábil e inteligente, como ellos saben hacerlo.  Así, el oso acorralado por la valentía de los lobos, cedió terreno y se marchó.

Pronto nos alejamos del río, y  avanzamos por el campo, la dirección iba en el sentido de mi abuela (que yo había conocido de niño).

 El atajo de antaño, aparecía en mi memoria de ensoñación. Finalmente, me deslicé de la conciencia y no recuerdo más de lo sucedido.

Eso es todo lo que puedo contarles, que ocurrió aquella noche de luna llena, cuando las estrellas destellaban de manera intensa,  en el ciclo de verano, donde los animales pastan en abundancia, y el sol mira con su rostro quemante e intenso.

Aquél fue el día, en que los tres lobos fueron mis hermanos, para luchar unidos contra el oso amenazante….


viernes, 11 de enero de 2019

Evocación Ancestral

Un largo camino delinea la jornada, mientras el sol está oculto
Entre ruidos de viento y el baño de una lluvia incipiente, se divisa apenas el sendero
Un largo río corre mas abajo
Zigzagueando por el valle, dejando su huella serpentina
Unos ladridos me alertan
Son tres lobos jóvenes que vagan solitarios
Dos de color negro y uno Blanco
Corro hacía el río, intentando perderlos de vista
Al mirar hacia atrás, veo que me siguen
Sus largas extremidades, les hacen su labor fácil
Delinean una danza grácil mientras avanzan, ladera abajo
Mi situación, no es similar, más bien es una danza de sobrevivencia
O al menos, así lo percibo.
Mis piernas se aceleran, aprovechando la pendiente favorable
Nuevamente observo, ellos simplemente corren
En un instante, salto hacia el agua y me dejo llevar
Uno a uno, mis perseguidores me imitan
Se aprecia claramente, que no poseen la experiencia
Entonces, su rol cambia
Lanzan aullidos, y se acercan
Sus patas parecen manos, los tomo y acerco a la orilla
Su tamaño no parece tan significativo
Sus cuerpos están flexionados hacia abajo, y su cola se mantiene recta
Ahora son otra cosa
Han devenido en compañeros de ruta
Me observan, y el primero de ellos de color negro y gris en sus patas
Se levanta y toma contacto, luego lo hacen los otros
Caigo extenuado, sólo siento la respiración de estos acompañantes
Al retomar la marcha, somo cuatro
El Valle ha quedado atrás, mi pasado ha quedado atrás, su manada se ha quedado atrás
Sólo queda ese futuro esquivo para nuestro camino de viajeros
Bajo una hermandad que hemos sellado, en la luna llena
En la zona del gran río serpiente y la estepa de animales diversos