lunes, 20 de mayo de 2019

Iquique


El cielo, aún no descubre su faz celeste
Un velo oscuro rodea el horizonte,
Mientras la humedad de la bruma, permea los rostros silentes
Agrupados en una bahía distante
Los ojos se afilan ante el catalejo
-No hay novedades mi capitán- Señala un vigía
Las olas mecen la embarcación, con la facilidad de un débil contrapeso
Tablas antiguas que honran su historia
Hombres noveles, que custodian la inmensidad
Es 20 de mayo de 1879
Un día más, dentro de la extensa lista de esa cruzada
Nada hace sospechar, que más tarde, desde el norte vendrá el máximo desafío
Mientras avanza la mañana, el sol hostiga los últimos resabios de frío
La calidez, llama a la camaradería
Aunque nunca, al olvido del deber
Las voces del poblado, trasmiten un efecto magnético
Con impulsos de sensaciones que afloran en el desierto
La piel pulsa extrañas sensaciones, que invaden de manera sinuosa
No hay probabilidad de combate (en apariencia)
Sin embargo, cada fibra se extrema al máximo
La sentencia dictada con el nacimiento de cada humano
Es una cláusula, que sólo se revela al final, más nunca falla
Mortales de vida, Inmortales en la épica gesta
El sentido de la vida pocas veces se entiende, hasta que no enfrentas esa opción
De tal forma, el escenario está dispuesto
Un delicado escenógrafo ha delineado los espacios
Los hombres siguen silentes y alertas
Serán actores de un episodio sin igual
Cada trozo de madera será cercenado, destrozado en jirones
Los cañones del adversario, no trepidarán en atacar
Mientras, los espolones gravarán la esencia de su sostén

Un nuevo amanecer despierta los sentidos 
El trazo del tiempo avanza hacia la hora señalada,
Aquella, donde vivir o morir no será mera consigna
Entonces, nuestros atentos actores jugarán sus roles definidos por la historia
Desde un lejano taller de eventos sucedidos en los pergaminos de la humanidad
El capitán preguntará, si sus marinos han desayunado
La voz de Aldea, destacará los Humos al norte
No habrá evasión, sino confrontación
El acero pulido y acelerado en motores modernos, versus la madera, velas y viento
Desde cada posición los actores, de aquí y allá avanzarán
El torbellino de acciones, ruido y explosiones, no impedirá el desarrollo
Así, en un momento decisivo, se escucharán las palabras inmortales:
“Muchachos, la contienda es desigual, pero nunca se arriado nuestra bandera…..
Los cuerpos acelerados y envueltos en un frenesí
Abrasarán la vida para trascenderla, y caer, uno tras otro…
Hasta dar paso al abordaje, un salto de osadía hacia el adversario
Nunca huir, nunca evadir, hasta consumar el rol de nuestra obra
El público observará desde cerros, los actores del acorazado harán lo suyo
Las palabras volarán por el mar y desierto
Para decir, que los hijos de Mapuches e hispanos
Aquellos menospreciados de la Capitanía General, nuevamente han rendido su vida
Las olas, en tanto mecerán los cuerpos, tablones e irán llevando hasta el fondo
A la anhelada Esmeralda, que decorará el sinuoso océano
Mientras la tarde cae, Iquique descansará por breves momentos

Para dar paso a un nuevo día, una nueva obra y nuevos desafíos
En el teatro de la vida