jueves, 9 de agosto de 2012

Los Hijos de la Nieve II

Nuevamente frente al televisor -no espero demasiado-, sólo ese efecto de letargo emanado ante una lógica informativa algo lejana y francamente irrelevante, que termina casi siempre induciéndome al anhelado sueño..

De pronto y  para mi sorpresa, aparece en pantalla  la continuación del reportaje de los niños de la Escuela Callaqui, en Alto Bío Bío…

Son los Hijos de la Nieve que emergen ante mis ojos algo adormilados, -entonces como si nada, mi somnolencia vuela lejos-, observo con atención el avance de una caravana de camiones cargados con bienes diversos que avanza en dirección sur y  personas que salen a su paso para entregar donativos para estos niños y sus familias…

Surge frente a mí ese espíritu cíclico y tan nacional de colaborar y ser parte de un proyecto noble y sincero que tan poco se ha estudiado y potenciado. En fin, Una vez realizada la travesía en medio de curvas y laderas nevadas, la expresión de emociones es generosa en alegría y  sorpresa,  sobretodo para los moradores de esa lejana comarca que no suele recibir a tantos visitantes..

Mas sorprendido resulto yo, al ver aparecer entre la multitud al Ministro de Desarrollo Social junto a otros funcionarios como parte de esa manifestación. Resulta imposible no preguntarse: ¿Por qué ahora?,  pues pareciese que sólo con cámaras de televisión nuestras autoridades operan con un sentido de visión amplia.

Sé que muchos dirán más vale tarde que nunca, sin embargo previamente es necesario manifestar y reconocer la nula capacidad de visión geopolítica de nuestros gobernantes. Digo esto, pensando en los sucesos de Magallanes, Tocopilla, Coyhaique, Arica, Isla Juan Fernández, Chiloé  y tantas otras localidades que deben postergar su progreso y apelar a una verdadera heroicidad para avanzar y obtener servicios mínimos y elementales. Pues ya sea el gas para Magallanes, un puente para Chiloé o  la prolongación de la Carretera Austral para Aysén, todo ello pareciera ser una verdadera odisea  a la hora de proponerlo y llevarlo a cabo.

¿Dónde están esos criterios y políticas públicas para guiar un proceso de inclusión territorial para nuestro país?

-Silencio-, nadie parece escuchar más allá de la alameda santiaguina, pues  el ensimismamiento centralista se torna rayano en la obsecuencia e indiferencia extrema, trayendo como corolario el aislamiento y fractura de nuestro espíritu nacional

Que diferencia con las iniciativas centralistas como el Transantiago, que sólo en los últimos cinco años significado más de $ 9500 millones de dólares para las arcas de nuestro país….

En fin, es parte del desarrollo ausente  que necesitamos como prioridad transversal y que debemos elaborar a la brevedad pues Chile demanda por su geografía una visión estratégica de inclusión hacia sus habitantes y de allí a una apuesta de integración efectiva. Para ello, no necesitamos inventar el hilo negro en esta materia, nuestros vecinos argentinos han demostrado como  Calafate un pueblo pequeño ha saltado de menos de cinco mil habitantes a más de veinticinco mil habitantes o asimismo EE.UU. con estados fuera de la estructura geográfica de continuidad tales como Hawai, Alaska o la misma  Gran Bretaña que  con las significativas  Falklands ha previsto y provisto una verdadera red de apoyo y vínculo con su nación.…

Por ello, confieso que finalmente me duermo con cierta esperanza y un sincero deseo de que los valientes  niños de la nieve de Callaqui no sientan que están solos, lo mismo que los niños de Chaitén, Puerto Natales o Colchane, lo mismo que todos nuestros niños de todo nuestro  territorio de norte a sur……


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