lunes, 9 de marzo de 2015

Erosión del Sistema Democrático

A medida que transcurren los días, somos testigos de una creciente develación de nuevos episodios donde actores políticos traspasan el límite legal para acceder al oscuro mundo de la corrupción. Esto, a través de acciones tales como: triangulación de dinero, tráfico influencias, desviación de fondos públicos, colusión entre lo público y privado,  mal uso de información confidencial, nepotismo, cohecho y soborno, entre otras expresiones.

 De esta forma lo que en algún momento era mínimo y casi imperceptible, ha tendido a ir en aumento,  como una oscura nube de tóxico contenido. Al seguir los hechos, pareciese existir una  máxima encubierta que une cada evento, donde la consigna es :  -Que Nadie desea quedar fuera de los beneficios que permite ser el controlador del poder-. Un verdadero carnaval del llegar y llevar, con aires de bacanal, donde se danza con desenfreno hacia un verdadero abismo. 

¿Lo saben acaso sus actores?-  Pues no será la primera vez en nuestra historia,  que los propios actores políticos abran la fosa del sistema democrático y de paso su propia tumba. Antecedentes sólidos existen de sobra, y no es  necesario señalar el riesgo inminente que esto implica para una ciudadanía que ha optado por una sociedad libre. De aquí a la descomposición institucional y luego al  populismo o soluciones de tiranía, el paso es mínimo.

Universidad Arcis, Penta y Caval, con toda su gravedad son la noticia del presente, sin embargo podemos retomar el hilo en innumerables casos del pasado, tales como: MOP-GATE, CORFO (Caso Jarrón), ENAP (Desmalezamiento) ,CODELCO (ventas a futuro), PINO-CHEQUES, etc, etc…..

La conducta no desaparece con demonizar al lucro ni traer soluciones totalitarias como algunos buscan (para esto basta ver la corrupción flagrante del Estado en Venezuela, Cuba, Corea del Norte y otros). Tampoco servirán el silencio prolongado (ver actuación de nuestra Presidenta), ni menos arreglos entre cuatro paredes con simulaciones  de justicia que terminan en simples farsas o perdonazos, con un premio de consuelo al infractor en alguna asesoría, embajada lejana o directorio estatal.

El déficit presente y pasado ha estado por un lado; en la incapacidad de regular adecuadamente el manejo de los partidos políticos, respecto al ejercicio de sus actos en Democracia. Esto, ha quedado en evidencia ahora y como señalara previamente no poseemos  ninguna sanción efectiva en el pasado, pues el juego de camarillas internas impide una real capacidad de reacción y castigo desde quienes debiesen velar por el control de sus militantes. La existencia de Tribunales de Ética pareciese ser más efectiva cuando se trata de votos o alineamientos hacia una u otra decisión,  más que en casos de corrupción donde las simulaciones son abundantes.

Dado este antecedente, el embate de los partidos políticos ha sido tal,  que el aparato del Estado ha pasado a ser un área demasiado limitada para sus aspiraciones , y ahora los horizontes apuestan por  abordar el mundo privado. En este sentido, hoy en día se ha develado un rostro nuevo de la tradicional rapiña política respecto a la institucionalidad y asimismo respecto al mundo privado que puede conducir a una alianza de peligrosa fragilidad para el sistema democrático, casi como estar sentado en un tanque de nitroglicerina.

Por otro lado, debemos reconocer que el control desde  la ciudadanía también ha sido débil, permisivo y sujeto a cuestiones de simple comparación entre lo que hicieron unos, versus lo que hicieron otros (juego perfecto para la impunidad y división bajo el prisma de interés de los partidos). Esto, en algo ha sido suplido por la creación de entidades autónomas de acceso de información o monitoreo, tales como : El Consejo para la Transparencia, Observatorios ciudadanos o la simple difusión de las redes sociales. No obstante el mayor déficit se encuentra en la incapacidad de exigir y forzar cambios versus un sentimentalismo infantil de fidelidad hacia ciertas figuras o partidos.

Sin embargo, lo anterior no explica por si mismo la grave situación presente, si no incluimos el rol  de la Justicia, la que muchas veces no ha estado a la altura, como gustan decir los “siúticos analistas”, lo que en lenguaje trivial implica derechamente que el Poder Judicial ha sido cooptado por alguna vía y con esto, imposibilitado de cumplir con el mandato constitucional. Si este actor no asume su papel en el momento crucial que atravesamos, probablemente el malestar tenderá a ir en aumento con un colapso potencial del sistema, pues la comunidad espera sanción no sólo en este ámbito sino también en otros (ej. Delincuencia).

Caso aparte es el de los medios de información que son quienes han develado estos hechos y a quienes se debe impulsar por ampliar las fronteras de la información más allá de ideologismos particulares.

Por último, la esperanza de muchos se encuentra en una legislación milagrosa que salve la situación presente que agobia a nuestro país. No obstante, debo señalar que de no cumplirse mejoras en los ámbitos planteados previamente, cualquier ley será letra muerta, pues si no existen jueces, ciudadanía, políticos y medios dispuestos a hacerla carne en el día día, mal podremos esperar que suceda una suerte de prodigio en la conducta de los involucrados……

Por ello, debemos sacudirnos de sentimentalismos vanos, así como de  utopías voluntaristas y encaminarnos derechamente a reconocer que ha llegado el momento de zanjar el rumbo de nuestra sociedad hacia un compromiso integral por asumir con responsabilidad nuestros actos y con ello las consecuencias que derivan, sin buscar la falsa impunidad que muchos aluden llegado el momento de recibir las penas o condenas pertinentes...

Año de la cabra, año díscolo, año de riesgo, baja de valoración de los políticos, baja la aprobación del gobierno, baja de la oposición. Puertas abiertas en bandeja para el populismo y otras variantes “de cuyo nombre no quiero acordarme”………….


No hay comentarios: