martes, 12 de enero de 2016

Medusa

Medusa recorre los laberintos del pasado,
pues allí radica su fortaleza.

Los dioses le otorgaron la facultad de petrificar con su mirada.

Así, el tiempo detenido, se transforma en perpetuidad.

Tal perpetuidad, es el anhelo latente de medusa,
tal deseo proviene de la carencia de evolución.

Los Budistas llaman al cambio permanente: -Transitoriedad-

Medusa desea detener el tiempo, y al no poder realizar su deseo
busca -simple  y llanamente - congelar uno por uno, a quienes le miren.

Medusa es la antípoda del cambio y desarrollo. Más aún de la transitoriedad.
Para ella, todo debiese estar congelado, detenido en un pasado ideal.
Una idea similar a un tiempo ido, un fósil del proyecto perdido en sus manos, apenas ayer.

Lo que emana de ella, es simplemente una proyección guardada hace mucho, primero como simple
represión, luego como una sombra que creció bajo el alero de lo oculto.

Por tanto, no es extraño que de tarde en tarde, señale : -¡Ustedes no me conocen!-
En realidad,  son muy pocos los que conocen su profundidad,  y sólo ellos han sido los elegidos...
-Ellos la rodean, ellos le susurran, ellos la acompañan-

Medusa disputa un lugar con el Mítico Rey Midas
Aunque adversarios, ambos se unen en su efecto;  detienen, petrifican y congelan
Roca y Oro..
¿Cual es la diferencia?
Sólo la simple apariencia

Medusa niega el cambio, aunque ella ha cambiado -eso no lo acepta-
Sin embargo, sus palabras ya no atraen, ni sonrisa cautiva como ayer
Más bien es evitada
No sería extraño que sus últimos días, sean de soledad

Ella, en tanto niega modificar su conducta y disfruta del momento,
olvidando, lo que señaló el sabio de Efeso: -Nadie se baña dos veces en el mismo río-
¿Consuelo, obsesión, engaño?
Tarde, muy tarde, entenderá Medusa, las sutiles formas de Maya....




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