viernes, 22 de junio de 2018

Muerte en la Madrugada: En Recuerdo de Margarita Ancacoy

Una mujer duerme plácidamente en su lecho, aunque inconscientemente sabe que pronto deberá levantarse.
La luz afuera es escasa, el foco que iluminaba la cuadra ha sido roto (una vez más) por sujetos anónimos.
Al interior del hogar, la temperatura motiva a dormir y descansar.
Un suave silencio cubre  la pieza en donde Margarita duerme
Entre sueños, un sol dorado intenso, se fusiona con el fuego de color naranja, que estalla
Mientras, el silbido de cientos de aves, retumba en sus oídos.
Un sonido lejano viene a recordarle sus obligaciones - El despertador-, señala entre sueños
El ritmo se acelera, pues pronto deberá salir y realizar el recorrido a su empleo
Día a día, realiza el mismo trayecto, hasta llegar al lugar donde trabaja como asistente de aseo.
Un camino que con el tiempo se ha tornado riesgoso, y que sin embargo cumple con esmero y puntualidad.
Hoy será un día especial, se afirma interiormente
Mis amigas han prometido una sorpresa
Además pronto celebrará el año nuevo de sus antepasados, pues Margarita Ancacoy Huircan, es una mujer de historia en nuestra tierra.
Bebe el último sorbo de café, arregla su pelo, y se despide
Cada paso, lo hace respirando el aire, y exclama ¡Que aire! , Mal, muy mal para los pulmones, pobres santiaguinos.
Camina mirando a la cordillera, que aunque cuasi ausente, revela la magnificencia de los cordones montañosos, que tanto le agradaban recorrer en su niñez.
Ensimismada en las labores de su día, apenas observa a un hombre de cierta edad que le hace señas, para escucharlo recién a menos de tres metros: -¡ESCAPE SEÑORA!
Cuando se percata del peligro, tiene a una suerte de jauría sobre si, son cinco individuos agresivos que intentan quitarle su cartera.
Esa misma calle que había recorrido tantas veces, ahora era una especie de trampa mortal.
Forcejea, corre, sin embargo uno de ellos la retiene, otro la golpea con sus puños, y los otros gritan, en una especie de chivateo gutural como en una escena perdida de nuestra humanidad, a los comienzas de esta para ser exacto..
Sin mediar esfuerzos, de pronto uno de ellos toma un poste y la golpea insistentemente, los demás lo siguen, el dolor los estimula, La compasión abandona el lugar y el crimen se consuma.
Margarita, yace tendida, a lo lejos el hombre que le avisó se percata de los hechos, mientras los responsables huyen festinando con su botin.
Los noticieros dirán que; Una nueva mujer ha encontrado la muerte, en una calle de Santiago.
Muy pocos dirán su nombre, muy pocos dirán sus apellidos, o se referirán al dolor de su familia.
Una vida ha sido extirpada, el mismo día en que algunos festejan allende Los Andes por una ley donde las pañoletas verdes se agitan al aire.

La vida parece valer poco, para algunos
La vida parece cobrar valor, sólo en ciertas ocasiones

Así las cosas, no es extraño que la muerte recorra calles y barrios, ante la perplejidad de los ciudadanos.

PD. Días después, los asesinos serán capturados, y al interior de la cárcel los presidiarios los raparán y aplicarán descargas eléctricas. Entonces, la TV, Diarios y Colectivos varios irán en su defensa. A la postre, serán cambiados de presidio, y se iniciará un sumario para investigar lo sucedido. Mientras tanto, de Margarita nunca más se habló, bastaron apenas 4 días para olvidar, y seguir con esta telerealidad de muerte....







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