jueves, 29 de junio de 2023

Lluvia al Fin del Mundo

 La lluvia llegó finalmente. 

Su paso no fue indiferente, más bien marcó una señal de advertencia a la soberbia humana, también a la pasividad que enmascara la pereza.

La lluvia olvidada y menospreciada por muchos, retornó como un temporal de días eternos

Su agua bañó el reseco rostro de nuestra tierra, también dando de beber a los sedientos.

También lavó el rostro de nuestra ciudad y llenó como antaño los lechos de ríos 

Sus aguas aumentaron la extensión de nuestros torrentes y rebalsaron vías

No fue el fuego de mano humana, sino el agua de origen natural lo que nos desafió en esta ocasión.

Así, los campos inundados, casas arrastradas como frágiles plumas, nos recordaron nuestra propia fragilidad.

Los que danzan al fuego, esta vez callaron o a lo más se alejaron

El agua retornaba por sus antiguas  sendas

Limpiaba la basura material acumulada por la indiferencia humana

Asimismo, aseaba las calles de cenizas y pintura desfigurada

El ciclo invernal cubría por fin nuestras cordilleras de blanco

De tal forma la naturaleza instalaba su mensaje

Los ecos del pasado retornaban en la adversidad, y asimismo nos recordaban que nada es eterno

Incluso bajo los cánticos de sequía en nuestra tierra

Que el frío cale los huesos o el agua interrumpa los días, no es algo ajeno a nuestra historia

Quizás sea importante recordarlo

Más allá de memorias selectivas o discursos diseñados en la torre de marfil de alguna academia

Tanto clamamos por agua, que al final esta llegó en abundancia, sin mezquindad

Para lavar nuestro rostro añejo y fertilizar la tierra anhelante de verdes prados 

De tal forma, obra la naturaleza y de tal forma nos enteramos de nuestro lugar en ella


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