Nuevamente cae la lluvia
Nuevamente lava el rostro de mi ciudad
Riega los campos yermos, y aleja por ahora a los hijos del fuego.
Prolijamente se escabulle entre cerros y edificios.
Para instaurar la presencia de su autoridad
En el valle hay alegría
Las montañas observan majestuosas
Por fin el ciclo se acrecienta
Dejando atrás la ruina y sequía
Un nuevo camino se prepara
Para siembras y cosechas
Antes, debe morir la era del fuego
Para dar paso a la era del agua
Así se extingue un tiempo nefasto
Así, nace una esperanza
Como gotas de manantial celestial
Que otorgan vida en cada rincón
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