miércoles, 19 de marzo de 2008

Remembranzas


Mi amor germinó en invierno, soportando heladas, lluvias y temporales
Pese a los vientos amenazantes, con sus mascaradas de fantasmas milenarios
Avanzó a la par de la escarcha, bajas temperaturas y escalofríos
Pues siempre confíe y soñé con poblar mis sueños junto a ti
Así, no obstante la artera enfermedad, los vacíos del entorno invernal
Seguí la huella del creyente, del ave hacia el norte
Como testimonio silencioso de quién sencillamente ama sin más

Luego al poco tiempo las obscuras ventanas del amanecer se esclarecieron
Llegando la tibieza del viento entremezclado de tus besos y tu sonrisa
Esa sonrisa misteriosa, traviesa, infantil y seductora de mis momentos
Así aprendí en una tarde de primavera a escudriñar y recorrer los senderos de tu cuerpo
Beber del cáliz la ambrosía magnífica emanada de tus entrañas míticas
Conjugar nuestros cuerpos, sencillamente amarte sin límites
De tal manera mi imaginación voló como un cometa junto a ti, unida sin fronteras
Te conocí en los estertores del invierno y te amé en primavera de eso no hay duda

Vino luego el abrasador verano, estación de ebullición, que hizo olvidar el frío del amanecer
Nuevamente unidos, juntos, sonreíste como sólo tú sabes hacerlo, me acogiste de igual manera
Nos amamos sin mirar donde ni cuando, en una maratón fervorosa de pasión
Al contemplarte tu mirada era reflejo de éxtasis, deseo, emancipación y amor no hay duda
Por mi parte yo veía en ti distintas caras; mujer, amante, compañera, cómplice y más
El tiempo corría, la semilla germinaba, mis sueños se expandían de preñez ilusionada
Un día en el cine, otro en tu casa, más allá una velada, playa, vacaciones y más
Sin embargo en un momento la ensoñación tropieza con los augurios del pérfido ser
Las huellas del demonio retorcidas opacaron nuestro estar
Nublada de esta forma nuestra relación, todo es nada y nada es todo, sólo confusión

Llegando al otoño se desmembra la floresta del árbol milenario, nuestro árbol
Argumentos van y vienen, el espíritu remecido ante amenazas, sólo hojas que caen
Recorro entonces el parque en donde mi amor germinó, encontrando sólo hojas caídas
El espíritu de otoño me arrebata hoja a hoja mi sueño de primavera
Pido entonces consejo a la voz ancestral, llamo, reflexiono, busco la paz
Te busco a ti, sencillamente a ti, entonces escucho tu corazón y sus latidos junto a mi lado
Tu voz, tu mirada, tu cuerpo y esa magnífica sonrisa aún están presentes
Son las Hojas que se niegan a caer en esta tarde de otoño, algo fría y oscura
Más que importa, si mi amor germinó en el frío, bien pueden guardarse por mucho tiempo más
Para florecer nuevamente en primavera, pues fue allí donde te aprendí a conocer y amar

1 comentario:

Miriam Jaramillo dijo...

Gracias por corresponder mi visita. Sera un gusto leerte. Con infinito respeto.