lunes, 8 de septiembre de 2008

Destino





La sombra amenazante de nuestros temores inunda paulatinamente nuestra conciencia, así somos testigos privilegiados de nuestro devenir y además vivenciamos la amenaza en ciernes que se nutre desde nuestro interior.

Cada día se acercan los fantasmas que permanecen vivos en nuestra secreta guarida interna, cada día se revuelcan con incesante fortaleza intentando demoler la muralla de represión que hemos construido ilusoriamente.

Asimismo la luz penetra en nuestras agrietadas existencias proveyendo la significación y delineando el rumbo que hemos osado asumir en el viaje de la vida.

La sinceridad con nosotros mismos, a ratos se torna algo distante, inclusive al mirar nuestra figura en el espejo sentimos que somos otros, sencillamente transmutados en lo debiésemos ser, la invasión de nuestras certezas es la antesala para la inequívoca demostración de fragilidad, levedad e insignificancia de nuestros planes. Todo lo diseñado se desmorona, cae y al igual que en la demolición sísmica “nuestros sueños” son remecidos desde la base hasta el derrumbe.

Los intentos vanos por escapar entonces son revelados, el escape, la huida son estériles intentos por negar nuestra naturaleza emparentada con los diversos elementos de la alquimia humana, esto es: alegría, dolor, nacimiento, muerte, vida, extinción, alza y caída, junto a tantos elementos que configuran un diseño único y común.

Los ecos entonces de las advertencias, las voces de los designios manifestados por los ancianos de los consejos emergen en nuestra memoria, nada ni nadie hace nada al respecto somos siempre nosotros los que obstaculizamos y asimismo aligeramos el paso del devenir.

¿Qué hacer?, es una pregunta que surge de forma incesante, como un atronador trueno que irrumpe en la silenciosa estepa, la pregunta persecutoria nos sigue sin dejarnos tiempo ni instante solos.

Nuestros fantasmas, nuestros miedos nacen con nosotros, con nuestras experiencias y con la manera en que fuimos concebidos socialmente, es posible ir avanzando en un camino de evolución e integración, más la mirada absolutista, totalitaria pretende imponernos una verdad y nos cierra la posibilidad en oportunidades de ampliar nuestra perspectiva, logrando integrar nuevas visiones, compartiendo el parecer de otros, sentir las vivencias de una forma amigable. En fin, la negación es la primera reacción ante el devenir manifiesto, el rechazo rotundo inundado de soberbia espumante y de sabores excéntricos adornados de una displicente mascara de rigidez.

Transitará mucha agua bajo el puente, antes de que surja la necesaria aceptación e incorporación de la experiencia como una lección ante la vida, mucho tiempo se requerirá para comprender el sentido de nuestra existencia como extensión de una historia y relato desde el universo individual, hermanado en la amplia raigambre de la humanidad e iluminado desde la fuerza increada y generadora de aquél mítico primer instante.

Los fantasmas prosiguen el diálogo festivamente, no se han marchado para algunos en tanto otros gozan del privilegio de caminar sin oír los golpeteos de su saturada conciencia que intenta comprimir el peso de la noche y su propia historia personal.

Ve y anda, ve y camina hacia tu yo, hacia tus sueños y anhelos permitiendo descubrir entre el discurso, la sonrisa anónima o el amanecer, la verdad que yace en ti para realmente alzar el vuelo liberador.

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