martes, 15 de noviembre de 2011

Ausencia de Eurídice

He llegado al límite de mi larga travesía para encontrarme contigo, extenuantes jornadas acompañadas de tinieblas y destellos de anhelos que convertían mi desesperanza en añoranza y de esta, a la esperanza última, forjada en rudas canteras de la vida.
Simple relato de quién constata que su vida ha sido una ofrenda constante ante el devenir, simple transición de eventos que recogidos y ordenados por mis manos, son depositados en la guardería de la imaginación. De esta forma recuerdos y sucesos se convierten en materia prima para la construcción de la carta de presentación, pergaminos oblongos que sustentan mi existencia junto a lo olvidado, aquello dejado atrás y que sin embargo me acompaña como el más fiel perro, me identifica aún en mi vejez al igual que el rey de Itaca en su regreso. ¿Lo recuerdas?
-Guardas silencio solemne- mientras tu mirada permanece perdida en medio de este jardín de flores magníficas.

-No entiendo tu actitud- pues he recorrido valles, mares, desiertos y mi cuerpo ha sufrido el vaivén del tiempo, algo debiese alegrarte o al menos sorprenderte, empero ninguna de las dos alternativas resalta en tu mirada, es más tus pupilas presentan un extraño destello que me hace recordar el simple eco de la foresta…

-¡Habla, canta, grita o simplemente maldice mi ausencia!- ¿Qué ocurre contigo?, tu silueta se dibuja en medio de mi existencia, no obstante eres ausencia en presencia, ¿Qué ha sucedido con tu sonrisa?, acaso mis largas jornadas terminaron por exterminar tu cordura y ahora no soy más que un simple extraño. – No respondes- mi voz es mera ilusión, caminas en medio del prado y tus pasos resultan suaves caricias para las hierbas que sustentan tu marcha, cual alfombra de verde extensión dispuesta para la precesión de tu destino.

-¿Dónde estoy?- ¿Acaso es esto la vida o tal vez mi ruina?, siento que te observo e inclusive el dulce aroma de tu perfume se escabulle entre la brisa de la mañana hasta llegar a mi cuerpo, más todo esto pareciese ser una apariencia, un engaño de seres pérfidos que juegan conmigo al igual que lo hacen algunos truhanes con los niños del pueblo. Mírame al menos un instante y envía tu alegoría de amor acompañada de tu suave sonrisa, para dejarte en paz y abandonar esta jornada hacia nuevos tiempos y destinos….

-No hay respuesta- te extravías y comentas con otros de planes, proyectos y ese devenir que labra configuraciones caprichosas, de mi presencia en tanto apenas un instante de interrogación, como si fueras a decir algo y luego callaras. Remembranza, recuerdos idos, caminos recorridos que simplemente se traen al instante y luego se dejan ir como los cometas luminosos de china, así cual luciérnagas se van desvaneciendo en los confines de nuestra existencia sin más retorno que el despertar del anhelo…

Mientras, sigo alerta, atento a tu regreso, pues al parecer es mi designio el esperar más que encontrarte, pues paradojalmente habiendo encontrado tu presencia eres ausencia constante, simple tibieza de recuerdos latentes que no logran conectar con esa realidad que tu llamas vida y yo en tanto ; Muerte……

2 comentarios:

Fabián Arturo dijo...

Interesante, según mi parecer sabe jugar con las palabras, es directo, sin mucho rodeo, no muy abstracto,
os recomiendo la pagina http://escribiendolatidos.blogspot.com/

seguro encontrarás algo interesante.

Ishel dijo...

Un placer leerte...
Saludos