jueves, 11 de octubre de 2012

La Mantis Religiosa


Es media tarde, Santiago aparece amigable en medio de un sonido que  emula el ronroneo de un viejo gato remolón.
Camino por la alameda rumbo al centro  cultural Gabriela Mistral a un taller  relacionado al microcuento o cuento breve.....

La Charla taller no decepciona, logrando reunir a un sinnúmero de asistentes que participan animosamente. El proceso está matizado de humor, referencias y vivencias varias....

Me queda un  sabor alegre, activo y revelador que ineludiblemente me impulsa a compartir una partícula de esa experiencia. Escojo entonces un poema-cuento de José Watanabe, por su alto contenido simbólico :


-La mantis religiosa-

Mi mirada cansada retrocedió desde el bosque azulado por el sol
hasta la mantis religiosa que permanecía inmóvil a 50 cm de
mis ojos
Yo estaba tendido sobre las piedras calientes de la orilla del
Chanchamayo
y ella seguía allí, inclinada, las manos contritas,
confiando excesivamente en su imitación de ramita o palo seco.
Quise atraparla, demostrarle que un ojo siempre nos descubre,
pero se desintegró entre mis dedos como una fina y quebradiza
cáscara.

Una enciclopedia casual me explica ahora que yo había destruido
a un macho
vacío.
La enciclopedia refiere sin asombro que la historia fue así:
el macho, en su pequeña piedra, cantando y meneándose, llamando
hembra
y la hembra ya estaba aparecida a su lado,
acaso demasiado presta
y dispuesta.
Duradero es el coito de las mantis.
En el beso
ella desliza una larga lengua tubular hasta el estómago de él
y por la lengua le gotea una saliva cáustica, un ácido,
que va licuándole los órganos
y el tejido del más distante vericueto interno, mientras le hace gozo,
y mientras le hace gozo la lengua lo absorbe, repasando
la extrema gota de sustancia del pie o del seso, y el macho
se continúa así de la suprema esquizofrenia de la cópula
a la muerte
Y ya viéndolo cáscara, ella vuela, su lengua otra vez lengüita.

Las enciclopedias no conjeturan. Esta tampoco supone que última
palabra
queda fijada para siempre en la boca abierta y muerta
del macho.
Nosotros no debemos negar la posibilidad de una palabra
de agradecimiento.

No hay comentarios: