miércoles, 9 de enero de 2013

Luna Llena


Los sueños  evocan experiencias, vidas y memorias de otros tiempos. Instantes de nuestra realidad e imaginación, entretejidos en el fino hilo de nuestra conciencia, que permite reconocer que los recuerdos son ineludiblemente parte de nuestra existencia…..

De tal forma es posible delinear historias que emergen sin más- cual flor en el desierto- como aquella durante  la sexta noche del mes, donde la  luna se mostraba luminosa y presente de tal forma significativa que permitió que  la simple mirada se transmutara en un verdadero observatorio. En efecto, como en pocas oportunidades el escrutinio permitió aquilatar cada detalle con un énfasis particular en el presente.

-Ella-, simplemente se animó a destacar la esfera de argento con su índice en medio de los árboles resaltados por  la luminosa esfera, como señalando un designio que solamente ahora venía a recordar.

El espacio se presentaba calmo, una verdadera interpelación del silencio en medio de esa figura suspendida en el horizonte infinito, como una señal de resguardo en medio de la marcha de nuestras vidas.

Su mirada sigilosa, luego dio paso a la suave reflexión, la respiración pausada y finalmente al sueño, ese sueño que envuelve y retrotrae a un universo de dimensiones inescrutables, en donde simplemente se puede acariciar la realidad  como una sutil seda, sin llegar a capturarla jamás del todo.- ¿Acaso lo hacemos estando despiertos?-. En fin, caminando en medio de esa estepa ocurrió que nuevamente se presentó  la luna aunque con mayor destello y poder, era una manifestación de notoria invitación que asimismo se encontraba bajo el velo de un cielo entrecerrado, pues llovía con un ritmo ascendente. Eso vino a saberlo cuando sintió primero los golpes de las gotas en el techo y posteriormente en el piso, las ventanas y cada espacio del hogar junto a ese eco inconfundible de armonía que acompaña la composición de dicho proceso, cual orquesta guiada por invisibles manos.

Esa sensación trajo nuevamente la oportunidad de transitar en dimensiones inesperadas, de esta manera sin pensarlo se lanzó afuera, a caminar, transitar y sentir la lluvia en su cuerpo mientras recorría los trazados de la calle sin saber ni importarle adonde se dirigía. Por momentos olía el aire, con ese frescor que sólo trae la limpieza renovadora del agua caída en pequeñas gotas mancomunadas en la belleza de la lluvia. Luego simplemente  dejaba que sus manos jugaran con el líquido elixir y lanzaba algarabías por reencontrarse con ese escenario que le evocaba su pertenencia a lejanas comarcas donde el frío y la lluvia acostumbraban asentarse por largo tiempo.

Miró un instante  la acera y pudo observar como el agua corría fluidamente  conducida rumbo abajo en una suerte de acueducto ocasional, que permitía admirar toda la fuerza desplegada por la unidad de cada gota transmutada en un verdadero río. Le agradó sentir esa sensación de mancomunidad y pensó en la capacidad de transformación de cada pequeña partícula y asimismo en la renovación del momento.

La cara de la ciudad era lavada con afanosa laboriosidad y de esta forma renacía un nuevo rostro bajo la máscara de polvo y hollín. –Sonrío,mientras proseguía su caminata- El viento golpeaba con fuerza mientras el sueño la adentraba a esa fase de necesaria tranquilidad, pues nada de aquello le era extraño o ajeno, por el contrario se podría decir que esa era una parte recuperada de su vida y de esa manera volvió a observar la Luna llena que resplandecía con mayor intensidad, en esa entrañable noche de revelaciones……. 

No hay comentarios: